Fue multitudinario el encuentro que encabezó Marcelo Orrego el martes por la noche en Santa Lucía, para agradecer a los fiscales el trabajo realizado el 14 de mayo e inyectarles una nueva dosis de entusiasmo. Falta todavía la pelea de fondo. Y una decisión estratégica aún pendiente.

Nadie podía prever que ese mismo martes el Procurador General Eduardo Casal iba a darle otro motivo de festejo a la oposición, al dictaminar en contra de la candidatura de Sergio Uñac. Pero así sucedió finalmente. La presencia o la ausencia de la boleta del gobernador en el cuarto oscuro siempre será un factor determinante.

Pero Orrego no ha querido subirse al tren de los festejos anticipados. Ha dicho y ha reiterado que quiere ganarle a Uñac en las urnas. Aparentemente esta vez no podrá ser, por el impedimento judicial en ciernes. La eventual caída de la candidatura del gobernador tendrá un costo colateral que pondrá a la oposición en una situación incómoda.

La demorada y lenta intervención de la Corte Suprema retardó la elección para gobernador y vice. Finalmente este comicio provincial sucederá luego de la inscripción de listas para senadores y diputados nacionales. Entonces, figuras tan competitivas como Orrego y su compañero de fórmula, Fabián Martín, tendrán que resolver si se inscriben también para jugar por una banca en el Congreso o ceden esos espacios, jugándose a ganar sí o sí la gobernación.

Sería invocar a un demonio de la vieja política, gastado en los discursos de campaña hasta el cansancio. Es decir, sería anotarse en una doble candidatura. Nada de esto hubiera sucedido si se hubiese votado las categorías provinciales el 14 de mayo. Pero la Corte rompió el esquema y superpuso un calendario con el otro.

El sábado 24 de junio habrá que registrar listas para senadores y diputados nacionales. Para gobernador recién se podrá votar en julio, debido a la readecuación de plazos que hará el Tribunal Electoral Provincial cuando la Corte levante la suspensión.

Entonces tanto Orrego como Martín podrán confiar en su victoria para la gobernación y apartarse de las listas para el Congreso Nacional. O podrán reservarse esa otra chance, para el caso de que les tocara perder el comicio provincial. La doble candidatura les ofrecería esa doble oportunidad. La candidatura simple, en cambio, equivaldría a jugarse a todo o nada.

¿Y si les tocara perder? Cuesta imaginarse a Orrego y Martín en el llano, sin ningún cargo público, durante al menos los próximos dos años, hasta que llegue la siguiente elección parlamentaria de medio término. 

Este miércoles en Banda Ancha el presidente del PRO, Enzo Cornejo, prefirió esquivar la definición porque lo excede. Si la dupla más poderosa de Juntos por el Cambio será candidata por doble vía, a gobernador y vice y a senador y diputado nacional, eso dependerá exclusivamente de ellos.

Claramente es una cuestión de fondo. Estratégica. Hay otros pretendientes para esa apetecible lista de senadores y diputados nacionales. Varios. Tal vez el más visible sea Rodolfo Colombo. Mujeres también, por supuesto. ¿Por qué no Nancy Picón? Entiéndase ambos nombres como un ensayo libre, sin más sustento que la lectura de lo que dejó disponible el comicio del 14 de mayo.

Quedan cuatro sábados para la línea final. En política eso puede parecer un instante o una eternidad. No será una cuestión que preocupe solamente a la oposición. El justicialismo también está sacando cuentas por estas horas.

Si, como todo indica, la Corte le impide a Uñac ser candidato a gobernador, automáticamente quedará liberado para encabezar la lista de senadores. Hay sobrados antecedentes de mandatarios provinciales que pasaron a la Cámara Alta del Congreso. Pero José Luis Gioja tendrá un dilema muy semejante al de Orrego.

Ambos son diputados nacionales y sus mandatos terminarán el próximo 10 de diciembre. Ambos compiten por la gobernación. Por lo tanto, ambos tendrán por delante la decisión de jugar con doble candidatura: si pierden en la provincia, todavía podrán aspirar a renovar su banca.

No tienen impedimento legal, porque son jurisdicciones diferentes. Pero cada vez resulta más difícil presentar ante la sociedad una apuesta de este tipo, a dos puntas. Orrego se siente ganador, el próximo gobernador de San Juan. Gioja también, en la medida en que Uñac desaparezca de la grilla de competidores. Pero solo uno podrá recibir el bastón de mando. El resto quedará afuera.

Este razonamiento tan lineal es el que alimenta las especulaciones. Así como los casos de Orrego y Gioja son comparables, también lo son Fabián Martín y Fabián Gramajo. Ambos son intendentes en ejercicio y están transitando el último periodo. Ambos aspiran a convertirse en el próximo vicegobernador de San Juan, pero el que pierda tendrá que irse a la casa. O no. Podrá reservarse un lugar en la lista para el Congreso Nacional. Por las dudas.

En los cuatro casos, Orrego, Gioja, Martín y Gramajo, se trata de primerísimas figuras del espectro político local. Cada uno tiene militancia y estructuras propias. Por lo tanto quedarse al margen del próximo reparto es sencillamente impensable.

Esta disyuntiva nunca debió suceder. El 14 de mayo debió liquidarse el capítulo provincial y quedar todo resuelto para encarar el segundo semestre con la cabeza puesta en lo nacional. Pero la ¿parsimonia? de la Corte Suprema rompió el calendario original. Las consecuencias apenas están asomando.

JAQUE MATE