La hora de elegir
Tras las declaraciones de Alberto Fernández desde España para Cristina Fernández de Kirchner, se estremeció San Juan. Primeras repercusiones en estricto off the record.
En lenguaje bélico, fue como un misil intercontinental. Desde Madrid, Alberto Fernández le contestó a Cristina y la tensión de la coalición gobernante quedó al borde de la ruptura, posiblemente sin camino de retorno. El remezón se sintió en San Juan. La preocupación previa prácticamente devino en angustia, porque se sabe que las réplicas de ese cisma, más temprano que tarde, llegarán a estas tierras. La hora de elegir.
Apenas había puesto un pie en España el presidente argentino, se reunió con su par anfitrión, Pedro Sánchez, y más tarde con el rey Felipe VI. Luego dio una entrevista al diario El País. El equivalente a Clarín, podría decirse. El medio es el mensaje, siempre. Y en clave política, los modos cuentan.
En esa entrevista, el misil intercontinental. 'La de Cristina es una mirada parcial, que desatiende que vivimos una pandemia', dijo Fernández. De inmediato se estremeció Buenos Aires. El kirchnerismo acusó recibo del impacto. Fue un punto de inflexión. Uno más, en una larga cadena que se remonta nítidamente a las PASO de septiembre del año pasado.
Puntualmente fue el 17 de septiembre cuando Cristina difundió una de sus cartas. Definió el resultado de las primarias legislativas como 'una derrota sin precedentes para el peronismo'. En esa declaración epistolar, la vicepresidenta le recordó a Fernández que ella lo eligió. Le reclamó que honre aquel voto de confianza. Y fundamentalmente, que honre la voluntad del pueblo argentino. Fue un punto de quiebre.
Lo que vino después ya es historia conocida: la renuncia masiva de ministros kirchneristas de primera línea, empezando por el titular de la cartera de Interior, Eduardo 'Wado' De Pedro. Intentaron forzar una renovación de funcionarios. Salió eyectado de la Jefatura de Gabinete Santiago Cafiero, aunque rápidamente encontró su reducto político en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Luego llegó el acuerdo del ministro de Economía, Martín Guzmán, con el Fondo Monetario Internacional. Renunció Máximo Kirchner a la presidencia del bloque oficialista de Diputados del Congreso. Y el cristinismo votó en contra en ambas cámaras. Fernández igualmente logró la aprobación con apoyo de los gobernadores y de Juntos por el Cambio.
La escalada siguió, pero sirve esta apretadísima síntesis para refrescar la memoria. En cada paso, Sergio Uñac intentó privilegiar la relación institucional con la Casa Rosada, sin quemar los puentes con Cristina. Durante la crisis por el Fondo, el sanjuanino se encolumnó inmediatamente con Fernández. Si hay que elegir, Uñac ya lo hizo.
Esto no significa que la situación sea cómoda para él tampoco. En absoluto. De hecho, rechazó dejar la gobernación para radicarse en Buenos Aires, cuando el presidente lo llamó en aquella renovación de gabinete forzada por el resultado electoral y la carta de Cristina. Uñac prefirió permanecer en San Juan, a diferencia de su colega tucumano, Juan Manzur, quien terminó como jefe de Gabinete.
En aquella coyuntura, en el entorno de Uñac una altísima fuente reconoció que el clima en Buenos Aires era imposible. Que la confrontación de las segundas y terceras líneas albertistas y kirchneristas era explícita. Que gestionar en esas condiciones era inviable. Que aceptar una responsabilidad ministerial en esos términos hubiera sido un error. Con el diario del lunes, fue un acierto.
La misma fuente, en ese contexto, lamentó que el presidente no hubiera mostrado mayor autoridad. ¿Cómo? Aceptándoles la renuncia a todos los funcionarios kirchneristas y quedándose con esos cargos claves para gobernar con las manos desatadas. Sin embargo, nadie podía desconocer que La Cámpora era y es una de las patas estructurales del Frente de Todos.
Por eso la declaración de este martes en Madrid marcó un punto de quiebre, con consecuencias todavía impredecibles. La más liviana de todas sería prepararse para una PASO donde confrontarán el albertismo y el cristinismo. En tal caso, esa división interna implicará el reclutamiento de aliados en cada porción del territorio nacional. En San Juan, por supuesto, también.
¿Quién quedaría de un lado y quién del otro? En principio, el uñaquismo podría tener mayor afinidad con Fernández. ¿Y el giojismo con Cristina? Es un ensayo muy precario, pero este martes por la tarde brotaban las especulaciones sanjuaninas y ardían los chats de Whatsapp.
En una de esas conversaciones en carne viva, un alto dirigente del kirchnerismo uñaquista -porque esa variante también existe- pidió 'que la política prime sobre las calenturas'. Reconoció que la situación es difícil como nunca antes, indisimulable ya. Aún así guardó una dosis de optimismo al pronosticar: 'nos vamos a deshilachar, pero no creo que se dé el punto de ruptura'.
El mayor desafío será morigerar el impacto de las diferencias políticas en la gestión de gobierno. Desde San Juan esperan que haya madurez suficiente para poner paños fríos donde se está recalentando el clima social. El deterioro del ingreso es, lejos, el problema más acuciante. En el horizonte asoma un temor bastante específico: el fortalecimiento de la derecha liberal en la víspera de las elecciones presidenciales.
Un dirigente formado en el peronismo durante décadas pero hoy enrolado en la oposición coincidió con este diagnóstico. En una charla reservada analizó que Javier Milei podría salir favorecido de las divisiones internas del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio. Consideró que si el libertario consiguiera entrar en un balotaje, tendría la victoria a mano.
En segunda vuelta, un macrista no votaría a un peronista/kirchnerista, como tampoco ocurriría a la inversa. Todo sería ganancia para Milei. En el medio de las fracturas, amparado en el descontento con la política tradicional, el economista histriónico podría capitalizar un respaldo insospechado.
Una lectura semejante hizo una primera figura del kirchnerismo uñaquista, afectada por el misil intercontinental de Fernández y las repercusiones inminentes. Anticipó que se viene una 'PASO loca' donde el presidente se enfrentará con el candidato de la vicepresidenta.
Llegará la hora de elegir. El peronismo sanjuanino y sus aliados tendrán que salir eventualmente de la zona de confort, porque esa pretendida unidad nacional hoy tiene las grietas en la superficie. Igualmente, quedan algunos anticuerpos contra la ruptura. Esos anticuerpos asoman cuando miden las consecuencias electorales.
JAQUE MATE