La mano dura de Vizzotti y Venerando
Parece agotarse la vía amistosa para el control de la pandemia cuando el mundo vuelve a entrar en alerta máxima y un sector pone en riesgo a la mayoría.
Pasaron varias cosas durante la más reciente reunión del Consejo Federal de Salud, que encabeza la ministra de Nación, Carla Vizzotti, e integran los funcionarios de las 24 jurisdicciones, incluida la sanjuanina Alejandra Venerando. Se concentraron con el objetivo de evaluar la marcha del plan de vacunación y las acciones a seguir, pero en el medio les llegó la alerta de la Organización Mundial de la Salud por la agresiva e inesperada nueva variante de Covid 19 (Ómicron) procedente del sur de África, que ya está atemorizando a Europa. Las acciones se precipitarán en este virtual inicio de diciembre con un sesgo notablemente diferenciador: se agotó el periodo de gracia y habrá mano dura con la vacunación, como último recurso para evitar lo peor.
Lo peor, a diferencia del inicio de la pandemia, ya no es solamente la cantidad de contagios, de internados graves y de fallecidos. Todo eso es dramático y por supuesto el riesgo siempre aparece, cada vez que despega una nueva ola de casos. Pero esta vez lo peor también lleva asociado otros impactos ya conocidos por la humanidad y particularmente por Argentina: el cierre intempestivo de actividades económicas, culturales, educativas y deportivas. Si algo se puede hacer para evitarlo es sustituir el confinamiento por una mano dura preventiva con la vacunación.
A diferencia de otras naciones, particularmente las más desarrolladas, Argentina ha tenido un alto nivel de adherencia a la campaña de vacunas contra el Covid 19. Los discursos 'anti' se agotaron en aquellas marchas más o menos numerosas que desafiaron el confinamiento a lo largo de 2020 y que ya quedaron en el pasado. Aún los sectores más reticentes y desconfiados de la efectividad de las dosis terminaron acompañando mayoritariamente. El impacto de la inmunidad quedó plasmado categóricamente en la curva decreciente de casos y en el alivio de las terapias intensivas. Dato mata relato.
Por las manifestaciones de Vizzotti el viernes, al finalizar la jornada del Consejo Federal de Salud, el problema ya no son los antivacunas sino los que empezaron a menospreciar la pandemia por la evidente baja de contagios. Entonces se colocaron la primera dosis y después ignoraron completar el esquema. Son unos 7 millones de jóvenes y adultos jóvenes en todo el país en esta situación. Les llegó el turno para la segunda aplicación pero no asistieron. Total, la vida volvió a la normalidad. Es un error de interpretación severo. La normalidad puede ser, más que transitoria, efímera.
La situación sanitaria en Argentina puede inducir a generar conclusiones anticipadas. Al fin y al cabo, recién asumido, el jefe de Gabinete tucumano, Juan Manzur, prácticamente dio por terminada la pandemia. Claro, fue en contexto de campaña electoral. Esa falsa sensación de tranquilidad, salida de boca de un médico y exministro de Salud, rozó la irresponsabilidad. El slogan 'la vida que todos queremos' nunca jsutificó decretar el fin de la peste. El Covid 19 no se combate con optimismo. Ni con pesimismo. Requiere seriedad extrema.
En San Juan los números de este fin de semana estuvieron a tono con lo que se viene informando a diario en Banda Ancha. En el último mes hubo un sensible incremento de casos activos de Covid 19. Pasaron de 23 el 27 de octubre a 42 el 27 de noviembre. Es decir, crecieron un 82 por ciento.
El dato no debiera generar alarma, porque sigue siendo un valor muy bajo. Pero el aumento está a la vista y es inocultable. Demuestra que la circulación viral sigue ahí afuera. Apenas bajó la intensidad de los contagios en función de la estacionalidad y de una vacunación importante. No hay atisbos de un brote o una tercera ola. Por ahora no existe la menor sombra de una escalada exponencial. Pero las cifras merecen seguimiento.
Aunque los casos activos subieron el 82 por ciento en un mes, en paralelo cayeron los internados un 17 por ciento, de 35 a 29 pacientes. Y la ocupación de camas críticas también disminuyó un 24 por ciento, pasando de 12 a 10 personas, según la información oficial de Salud Pública comparada, del 27 de octubre al 27 de noviembre.
Las variaciones son mínimas, pero palpables. Con más casos activos, hay menos internados. Solo se puede explicar por la vacunación.
'La pandemia no terminó', repitió por enésima vez Vizzotti con Venerando a su lado. A nivel nacional la variante Delta ya significa el 90 por ciento de los casos. Que se detecte en San Juan es solo una cuestión de tiempo. Todavía no sucedió, pero no debería sorprender que suceda en los próximos días.
En el país, el 80 por ciento de la población está vacunada con una dosis y el 63 por ciento con dos dosis. El promedio sube cuando se toma en consideración el segmento de mayores de 50 años pero cae notablemente cuando baja el promedio de edad. En el segmento de los adolescentes el 70 por ciento tiene al menos una aplicación pero solo el 40 por ciento ha completado su esquema. El contraste es llamativo.
Argentina tiene ventajas con respecto al hemisferio norte. La primera es que nuevamente puede ver con antelación lo que está sucediendo arriba del Ecuador y prepararse a tiempo para resistir lo que viene. La segunda es la estacionalidad, las altas temperaturas dan una tregua. La tercera es que están terminando las clases presenciales y se puede aprovechar el receso de verano para acelerar la vacunación que falta. Para ello, no alcanza ya con la buena voluntad. Viene mano dura.
El conjunto de ministros y ministras de salud acordó imponer la obligación de contar con las dos dosis para ingresar a lugares de concurrencia masiva o cerrados. Es lo que se denomina pase sanitario, que algún dirigente se había atrevido a mencionar meses atrás sin mayor eco. Hasta entonces era mala palabra. Hoy se convirtió en una cuestión estratégica para los tiempos que vienen.
Vizzotti abrochó el respaldo de todas las provincias para avanzar en ese sentido y en las próximas horas seguramente se ajustarán los aspectos legales. Pero también comprometió a los empresarios del sector más castigado económicamente por la pandemia, el turístico, el gastronómico, el artístico y el cultural, para que de inmediato empiecen a pedir el carnet de vacunación con doble dosis, para permitir el ingreso a sus instalaciones. No lo dijo pero quedó implícito: de esta exigencia dependerá que la actividad pueda seguir con normalidad en adelante. Se están sentando las bases del funcionamiento del próximo otoño e invierno.
JAQUE MATE