La moneda de Orrego
Mientras Laciar le contestó a Uñac en defensa de Rodríguez Larreta, el líder opositor santaluceño evitó polemizar. Sabe que cualquier error no forzado costará caro.
'Está la moneda en el aire', dijo Marcelo Orrego en el flamante parque de Alto de Sierra, en la última inauguración que pudo hacer su hermano Juan José como intendente de Santa Lucía en contexto de campaña. El martes terminó ese plazo, de acuerdo a la ley electoral. Obviamente el diputado nacional habló de estas últimas semanas que quedan antes de ir a votar. Tal vez dijo mucho más de lo que pretendía.
Primero, evitó polemizar con Sergio Uñac como sí se permitió hacerlo Susana Laciar, la candidata de Juntos por el Cambio en primer término. La dirigente le contestó al gobernador que si Horacio Rodríguez Larreta no carga idea de las parras, tampoco Alberto Fernández. Y tiene razón. A los dos porteños les queda muy lejos esta economía regional. Al vino lo toman y a la uva la encuentran en la verdulería, prolijamente expuesta para el consumo en fresco. Pero desconocen la realidad del gamelero, las heladas tardías o la peronóspora.
Sin embargo, hay una diferencia crucial entre el criterio libremercadista que se llevó puestos a los pequeños viñateros y esta segunda vendimia consecutiva de muy buenos precios. Hay serios problemas con el agua, es innegable. Pero hay muy buenos precios. Lo reconocen hasta los más combativos dirigentes viñateros. Si se abriera la importación de vinos a granel, como sucedió en la gestión anterior, el mercado automáticamente tendería a la baja. No hay misterio al respecto.
Rodríguez Larreta defendió aquel planteo de apertura total a los mercados externos. Dijo que hay que salir a exportar los vinos argentinos para que ingresen dólares, sin considerar la enorme cantidad de pequeños productores que quedarían en el camino.
Pero Orrego no entró en ese juego. Evitó la polémica porque sabe que son tiempos de montarse en la ola amarilla y dejar que las cosas sucedan. Simplemente, evitar los errores no forzados. Con eso le alcanzará para consolidarse como el rival indiscutido del uñaquismo. Cualquier palabra dicha de más implicaría un desgaste innecesario en una elección que se presenta a pedir de boca.
Posiblemente cuando Orrego no dio quórum el día que se trataban las jubilaciones vitivinícolas anticipadas, haya dado la prueba de fidelidad concluyente con Juntos por el Cambio. Pagó el costo político en San Juan. Pero inmediatamente el macrismo nacional lo coronó con una visita bautismal. Por primera vez vino Rodríguez Larreta a la provincia y lo hizo para apuntalar no solo la campaña 2021 sino para empezar a trazar el 2023.
Dentro de dos años la boleta imaginable podría empezar con Rodríguez Larreta y seguir con Orrego. Por eso cuando el santaluceño dijo que está la moneda en el aire, acertó. Su apuesta por el jefe de Gobierno Porteño, estrechar lazos desde ahora, mostrarse competitivo frente a un gobernador fuerte como Uñac, lo posiciona al santaluceño como la única alternativa. Es un contrato de mediano y largo plazo. Minimizar los efectos colaterales será, para él, el gran desafío. Compatibilizar los intereses porteños con los sanjuaninos, la mayor dificultad.
En una conversación privada, una altísima autoridad del gobierno provincial reconoció que Uñac se puso la campaña al hombro como nunca antes, después de la luz amarilla del 12 de septiembre. No cayeron bien en Libertador y Paula los desaciertos nacionales como el picoteo tuitero entre el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, y el humorista Nik. A lo hecho, pecho. La presencia agresiva del pocitano en cada rincón, el endurecimiento de su discurso, se pudo palpar en cada acto oficial.
Fue así que en la víspera del 17 de octubre, con la CGT, Uñac se acordó de Rodríguez Larreta sin nombrarlo. Pidió a los dirigentes sindicales no dejarse llevar por los cantos de sirena de Buenos Aires. Ahí asestó el golpe, el día después de la visita macrista de alto rango.
El último día habilitado para hacer actos de gobierno con inauguraciones, el martes pasado, entre otras actividades Uñac asistió a una fábrica de termotanques solares. Fue el escenario ideal para hablar de los números de la economía de San Juan, la recuperación del empleo muy por encima del promedio nacional en la pospandemia y las estrategias diseñadas en la provincia para facilitar el acceso al crédito.
Este miércoles hubo un gesto con los estatales. Un aumento del 8 por ciento para los sueldos de octubre, noviembre y diciembre, más otro del 7 por ciento, a partir de enero, a cuenta de futuros incrementos. Esos 15 puntos elevarán la paritaria original del 50 al 65 por ciento, en un país donde la inflación no da tregua y el problema excede ampliamente a San Juan.
La economía sigue siendo el asunto más apremiante y, cuándo no, uno de los aspectos más pesados a la hora de definir el voto. Uñac es consciente de ello, como también mide el embate amarillo que debe afrontar.
Entonces sí, tiene razón Orrego cuando dice que la moneda está en el aire. Caerá el 14 de noviembre, para un lado o para el otro. Aún así, la suerte del 2023 no estará echada. Esto recién empieza.
JAQUE MATE