Los bloquistas y el poder
El casellismo y el ruedismo intentan moderar una interna que se tornó feroz, ahora por los cargos en el Tribunal de Cuentas y el IPEEM.
La interna bloquista pasó de ser una disputa mediática de orgánicos versus disidentes, a convertirse en una pelea sorda en el intestino del partido centenario. Las diferencias ya no se liquidan en frentes electorales diferentes sino que se juegan dentro de la histórica fuerza fundada por los hermanos Cantoni.
Así lo sintetizó un referente que observa por estas horas cómo escala la tensión entre el casellismo y el ruedismo. Iba a ocurrir en algún momento. Pero el tironeo se aceleró ante la toma de un par de decisiones inminentes. Se trata de los cargos dentro del Tribunal de Cuentas y dentro del Instituto Provincial de Exploraciones y Explotaciones Mineras (IPEEM).
El casellismo pretende que continúe en la vocalía del órgano revisor de cuentas del Estado, la contadora Laura Yanzón, quien se sostiene en el puesto desde hace 12 años. El ruedismo, en cambio, reclama una rotación y promueve para esa función a Darío Maratta, hijo del ex ministro de Hacienda de Don Leopoldo, Juan Gilberto Maratta.
Para el IPEEM, el ruedismo también pide una oxigenación, cambiando a Juan Genest por Alejandro Quinto Bravo, el hermano menor del embajador fallecido en el año 2010. Y si bien ambos cargos, en el tribunal y en el instituto, son muy apetecidos por su elevada remuneración y por su prácticamente garantizada permanencia durante los próximos cuatro años, hay una disputa simbólica profunda.
Es el anticipo de la pelea de fondo, que ocurrirá el año que viene, cuando llegue la hora de la renovación de autoridades del Comité Central y la Convención Bloquista. El lunes pasado, el diputado chimbero Andrés Chanampa reclamó que Graciela Caselles acompañe a Luis Rueda para poner al joven pocitano al frente del partido. La entrevista generó una fuerte reacción interna.
Chanampa junto con el diputado zondino Edgardo Sancassani, tienen un distanciamiento visible con Caselles. Ambos han defendido su potestad de designar a los representantes del partido para el Tribunal de Cuentas y el IPEEM. El iglesiano Mauro Marinero, tercer diputado en cuestión, los acompañaría.
Sin embargo, el ex intendente del departamento minero estuvo presente el lunes pasado en la reunión de Comité Central a la que convocó la legisladora nacional para rechazar la autonomía de los diputados y retener en la conducción partidaria la decisión de los vocales.
A ese encuentro también fue invitado Rueda, pero el secretario privado del gobernador Sergio Uñac prefirió no estar. De esta manera, inclinó su postura a favor de Chanampa y Sancassani. Y estiró todavía más la cuerda con Graciela.
Volviendo al comienzo, la interna bloquista ya no está más dentro y fuera del oficialismo. Ya no hay que buscar los orgánicos dentro de la sociedad con el PJ y a los disidentes debajo del ala basualdista. El campo de batalla es ahora el Frente Todos. Esto implica un desafío adicional, que pondrá a prueba a los líderes.
Caselles y Rueda tendrán que llevar las rispideces con la mayor moderación posible, para evitarle al gobernador otro motivo de preocupación. Lo último que pediría Uñac sería una amenace a la unidad del espacio, que con tanto esfuerzo se logró.
Es grande la tentación de quedarse con una lectura superficial. Entender que aquí hay un tira y afloje por el premio mayor de los cargos políticos. En cierta medida lo es. Pero en un sentido más profundo, no son los cargos. No son las altísimas remuneraciones que tienen. Es simplemente, el poder.
JAQUE MATE