Hay un par de certezas relativas a la interna justicialista de San Juan. La primera de ellas es que en marzo habría que renovar autoridades porque vencen los mandatos. Sin embargo, sigue en pie la idea de prorrogar plazos para estirar las definiciones y, fundamentalmente, licuar las tensiones.

La segunda certeza es que tanto Sergio Uñac como José Luis Gioja se autoexcluyeron de la contienda. Esto, no obstante, no significa que se mantendrán al margen. Coronar a un heredero o heredera de sus respectivos espacios es el nuevo punto focal de la pulseada.

Terminado enero, que de reposo tuvo muy poco, seguía en pie la consigna de evitar el enfrentamiento en las urnas, como sucedió en marzo de 2020. De ambos lados entienden que la tolerancia social no tiene margen para asistir a otro circo romano de esta naturaleza. Por lo tanto, el consenso más que una opción es un imperativo.

Entonces, Uñac y Gioja están de acuerdo en que ninguno se quedará con la presidencia del Partido Justicialista. Y coinciden en que la próxima conducción debería surgir del consenso. ¿Por qué razón sigue latiendo la idea de extender mandatos, si parece que reina la concordia? La respuesta es muy sencilla: porque está todavía muy lejos la posibilidad de cerrar una lista de unidad.

Que Uñac no quiera reelección como presidente del PJ no significa que vaya a estar ausente. Podría marcar continuidad a través de un sucedor de su espacio, inequívocamente indentificado. Por ejemplo, el intendente de Pocito, Fabián Aballay. La misma lógica le cabe a Gioja.

El justicialismo quedó severamente herido luego de las derrotas sufridas a nivel provincial y a nivel nacional en 2023. Los dedos acusadores apenas se tomaron un descanso en enero, al menos en el plano público. Pero las susceptibilidades siguen intactas y saldrán a la superficie más temprano que tarde.

En este pase de facturas recíprocas, hay figuras externas al uñaquismo y al giojismo que tienen apetencias y rechazan quedar subordinadas al acuerdo de cúpula que pudieran cerrar Sergio y José Luis. El ejemplo más nítido es el chimbero Fabián Gramajo. El ex intendente conserva el diálogo con ambos, en especial con Gioja. Pero tiene absoluta autonomía.

Tanto es aquí que la semana pasada mandó a su diputado provincial, Gabriel Sánchez, a constituir su propio bloque unipersonal en la Legislatura: San Juan Te Quiero. De este modo, tendrá un canal de diálogo propio con el actual oficialismo, independiente del trato que ya existe entre Gioja y Marcelo Orrego.

En este abanico de dirigentes externos al uñaquismo y al giojismo también se anotó el ex intendente de Capital, Emilio Baistrocchi. Aún derrotado en las elecciones municipales de 2023, sigue aferrado al volumen de votos que aportó al justicialismo. Dentro del uñaquismo, fue el candidato municipal más caudaloso, aunque no le alcanzara para retener el poder en su distrito.

Pero Baistrocchi está distanciado de Uñac y hoy critica el rumbo político que adoptó el senador y ex gobernador. El ex intendente está a punto de presentar su propia fundación, una organización sin fines de lucro pero con fuerte impronta política, para tener una voz desde donde proyectarse internamente.

¿Acaso Baistrocchi pretende ser el próximo presidente del PJ? No, de ninguna manera. Pero tampoco está dispuesto a ser silenciado y apartado de la mesa de diálogo que tendrán que conformar. No está dispuesto a tolerar que su lugar, en nombre de Capital, sea arrebatado por Carlos Lorenzo, uno de los referentes de Uñac.

Baistrocchi está tendiendo lazos políticos con otros referentes capitalinos importantes, como Leonardo Gioja. El ex diputado que también fue candidato a intendente el año pasado es uno de los nombres que suena con mayor potencia para disputar la conducción partidaria. Sin embargo, por apellido y pertenencia, siempre llevará el sello familiar. Difícilmente Uñac acepte entregarle el partido de una.

Hablando de votos, otro dirigente que se abre su propio espacio en la mesa de negociaciones es el intendente de Rawson, Carlos Munisaga. Sin embargo tiene un obstáculo a vencer: su origen extrapartidario.

Además de Aballay, también sonó con fuerza la posibilidad de que Uñac pueda impulsar al diputado veinticinqueño Juan Carlos Quiroga Moyano. Tiene pergaminos propios el dirigente del interior que solo ha ganado elecciones en los últimos 20 años y actualmente es el presidente del bloque justicialista de la Legislatura. 

En las mesas de café, también se menciona al ex intendente de San Martín, Cristian Andino, como uno de los referentes más cercanos a Uñac. Sin embargo, por carta orgánica no podría encabezar la nueva conducción partidaria, dado lo reciente de su afiliación. No debería extrañar que tuviese un lugar de visibilidad, apuntando ya a las listas legislativas de 2025. Sigue siendo un candidato competitivo.

Por el giojismo también se anota Facundo Perrone. El ex candidato a intendente de Rivadavia fue el peronista más votado en ese distrito en 2023 y con ese pergamino está reclamando su lugar. Tiene diálogo con los referentes de la nueva generación del uñaquismo, pero sigue fielmente la bajada de línea de Gioja.

A esta nómina no exhaustiva habría que sumarle los nombres femeninos. Hay figuras potentes como la intendenta de Caucete, Romina Rosas, más uñaquista que nunca. La jefa del Este es hoy una de las primeras espadas del ex gobernador e incluso ha protagonizado algunos cruces -todavía no se hicieron públicos- con funcionarios de Orrego.

Por el giojismo están en consideración la actual diputada provincial Graciela Seva y la ex funcionaria nacional Daniela Castro. También emerge la intendenta chimbera, Daniela Rodríguez, aunque su protagonismo estará atado a la cuota de representación que sea capaz de capitalizar Gramajo, su marido.

Si los mandatos partidarios vencen en marzo y la intención es evitarse una interna feroz, febrero debería ser el mes de los acuerdos. Está todo muy incipiente. El diputado nacional Walberto Allende lanzó la idea de prorrogar el calendario en Canal 13 a fines del año pasado. Lentamente la iniciativa tuvo algunas adhesiones. Algunos hablan de dejar todo para mayo o incluso para junio/julio. 

El peronismo no está en condiciones de cerrar de inmediato ningún acuerdo, como se ha descripto anteriormente. Pero a eso se agregan los factores externos. En particular, la incertidumbre respecto del gobierno de Javier Milei.

Por último, una aclaración imprescindible: más allá de la devaluación de las grandes estructuras, los partidos políticos siguen siendo las herramientas para presentar candidaturas y llegar al poder. Quien se quede con la conducción del PJ este año, correrá con ventaja para tallar en las legislativas del 2025. ¿Es muy pronto para hacer una especulación de esa naturaleza? Pobre de aquel que no lo vea.