¿Vendrá Patricia Bullrich a San Juan en el puñadito de días que le quedan a esta campaña presidencial? Nadie lo sabe con exactitud. Sin embargo, tiene extensiones que le permiten monitorear lo que está pasando en esta geografía montañosa. Los halcones, famosos por su sentido de la vista, están custodiando el comportamiento -y la fidelidad- de Juntos por el Cambio.

Lo dejó claro la ex precandidata a senadora por la lista de Bullrich, María Luisa Velasco, este miércoles en Banda Ancha. La dirigente con casi cuatro décadas de militancia radical a cuestas integra los equipos técnicos de Patricia en el área seguridad. Tiene contacto fluido con Buenos Aires. No es la única, por cierto.

También está Mario Capello en minería, por citar otro ejemplo prominente. En caso de una victoria bullrichista, ambos tendrían asegurado un lugar de responsabilidad en el organigrama nacional. Antes, por supuesto, habría que ganar el comicio. Y eso está por verse.

Velasco no se mostró desesperada por recibir a Bullrich en San Juan. Tal vez no pueda concretarse, en función de los problemas de salud que tuvo la candidata presidencial y, sobre todo, porque la madre de todas las batallas está en Buenos Aires. Ahí se concentran prácticamente cuatro de cada diez votos del padrón argentino.

Aunque Patricia no vuelva a San Juan, Patricia está. Palabras más, palabras menos, así lo definió Velasco. ¿Qué quiso decir? Que los halcones están sobrevolando el territorio sin perder detalle. Y que Bullrich tiene quien la represente en esta provincia, empezando por Marcelo Orrego.

El gobernador electo acompañó a Bullrich en los dos debates que se llevaron a cabo, tanto en Santiago del Estero como en la UBA. Si esa señal no fuera suficiente para abrochar la pertenencia, Velasco se encargó de martillar la idea. Les habló, fundamentalmente, a los que siguen apostando por provincializar la elección.

'Me parece que no se puede disociar', dijo adusta la dirigente bullrichista. Reconoció que el componente local es muy importante porque Orrego viene de ganar la gobernación hace tres meses. Pero el 22 de octubre se elegirá presidente de la Nación. Por lo tanto, defender la provincia sin militar la fórmula Bullrich-Petri con el mismo énfasis podría salir mal.

Velasco puso blanco sobre negro. Dijo que algunas personas -en el interior de Juntos por el Cambio- analizan si es mejor provincializar el comicio. Si ella lo pudo advertir, su apreciación habrá llegado oportunamente a oídos de Bullrich. Por eso apeló a la conducta del mandamás, Orrego. Si el gobernador electo está identificado plenamente con Patricia, hacia abajo nadie debiera tener dudas.

Los halcones repelen los discursos sinuosos. De hecho, Velasco admitió que no le gustó la seguidilla de marchas y contramarchas de Mauricio Macri. El expresidente tuvo que aclarar que está con Bullrich, después de haberse mostrado sugestivamente cercano a Javier Milei.

Quien puede lo más, puede lo menos. Si Velasco se permite cuestionar frontalmente a Macri, con mayor razón podrá hacerlo con las segundas líneas del orreguismo. Su declaración este miércoles en Banda Ancha tuvo ese temperamento. Traducido: ojo con olvidarse de Patricia, porque aunque no venga, Patricia está.

El eje de la campaña local de Juntos por el Cambio ha sido bastante explícito: lo primero es darle al gobernador senadores y diputados nacionales. Su músculo en el Congreso para poder negociar políticamente durante los próximos cuatro años. Se ha dicho en reiteradas oportunidades en esta columna: quien nada tiene para ofrecer, nada puede pedir a cambio.

Recién en segundo plano apareció en la campaña local la figura de Bullrich, asociada al 'cambio con certezas' como slogan. 'Orrego necesita un presidente de su mismo color político', dijo Velasco con soltura. Para el gobernador electo nunca será igual la receptividad de sus inquietudes en la Casa Rosada si tuviera que entenderse con Sergio Massa o con Javier Milei

'Hay que plantear la cuestión de ir juntos y a la par', sintetizó Velasco, parafraseando a Norberto 'Pappo' Napolitano.

Orrego lo entendió de arranque. Pero sigue apostando a su mayor capital político, que es su propia imagen. Viene de ganar por 51 puntos el 2 de julio. Ese es su electorado objetivo que, ciertamente, está bastante por encima de los votos que obtuvo Bullrich el 13 de agosto en San Juan. Entonces parece sensato focalizar la campaña en la figura del gobernador.

Olvidarse de Patricia es otra cosa, muy diferente. Marcelo nunca lo hizo. Incluso les dio cobijo a los halcones derrotados en las primarias. Recibió a Velasco y hablaron de su área, la seguridad. No hablaron de cargos en el futuro gabinete, pero quedó la línea abierta. No es el momento de sellar compromisos. Tampoco habría que descartarlo.

'El doctor Orrego es amplio', dijo Velasco. También tuvo una 'charla profunda' con el vicegobernador electo, Fabián Martín. En ambas oportunidades la dirigente radical presentó sus credenciales bullrichistas. A buen entendedor, pocas palabras.

A diez días de volver a las urnas, Patricia se jugará la chance de su vida para estar en el ballotage y no ser eliminada en primera vuelta. Marcelo también tendrá el tiro definitivo para contar con sus propios legisladores nacionales. En esa codependencia está impresa la poesía. Nada como ir juntos a la par.


JAQUE MATE