Tuvo que pasar este martes, virtual inicio de semana por el finde largo, para recién aclarar un poco el panorama. Entre rumores de retroceso a Fase 1 y adhesión simbólica al decreto de Alberto Fernández, finalmente nada, absolutamente nada cambió en San Juan. Todo lo que se podía hacer siguió adelante. Pero se pagó el costo de la confusión.

La falta de claridad política detonó en la gente común la incertidumbre sobre presentarse o no a su lugar de trabajo, poder o no subir a un colectivo, contar o no con los bancos y el comercio abiertos. El transcurso de la jornada fue acomodando la carga y clarificando el asunto. La vida siguió como venía, tan complicada como siempre. Pero, afortunadamente, sin nuevos obstáculos.

Sergio Uñac tuvo que subirse al trapecio y comenzar a caminar haciendo gala de equilibrista. Terminó adhiriendo al decreto de necesidad y urgencia de Alberto para exhibir alineamiento político con la Casa Rosada. Pero al mismo tiempo se tomó del artículo 14 de ese DNU para sostener las flexibilidades intactas. En consecuencia, no generó más rispideces en su territorio con los empresarios y trabajadores que hubieran saltado en guardia contra un nuevo confinamiento.

Bien con Nación, bien con San Juan. Bingo. Por el momento, el gobierno provincial encontró un delicadísimo desfiladero para superar el momento. Quedará igualmente facturado el costo de la confusión que debió salir a clarificar el mismísimo Uñac, en una rueda de prensa en el dique Ignacio de la Roza.

"Nosotros adherimos al decreto nacional, no estamos polemizando", dijo por un lado. "Hemos adherido con excepciones", aclaró por el otro. "Continúan las actividades como hemos venido", agregó para más detalles. "Lo que estamos haciendo es pedirles mucho respeto al distanciamiento, uso de barbijo, lavado de manos", redundó para darle un cierre que justifique tanto decreto.

Ni polémica, ni contradicción. Enredo. Así lo entendió Uñac después de un fin de semana que si algo tuvo, fueron situaciones disparatadas. Diagnósticos muy disímiles respecto de la cantidad de camas ocupadas en San Juan, entre el Ministerio de Salud de Nación y el de la provincia. Y un DNU de última hora que sorprendió entre la noche del domingo y la madrugada del lunes feriado, insistiendo en la preocupación porteña por estos distantes municipios de Capital y Rawson.

"Para no enredarnos chicos, para que la sociedad sanjuanina lo entienda bien: continuamos como hemos venido. Lo que vamos a hacer es pedir es mayor respeto a los protocolos", redondeó Uñac. Tuvo que decirlo él, como máxima autoridad, para dar por cerrada la cadena de confusiones.

Igualmente hubo otros gobernadores que también tuvieron que pasar por situaciones delicadas. El cordobés Juan Schiaretti por retroceder a Fase 1 se convirtió en tendencia en redes sociales, no precisamente por los elogios sino por los insultos. El santafecino Omar Perotti por no retroceder a Fase 1 también cosechó tempestades.

El mendocino Rodolfo Suárez encontró cómoda la confrontación con Fernández, desde su sitio de opositor enrolado en Juntos por el Cambio. Ante la orden nacional de confinar, la respuesta fue negativa. Y se convirtió en héroe para sus votantes, que se manifestaron contra la cuarentena el lunes 12 de octubre.

Curiosa y llamativamente, Uñac y Suárez terminaron tomando decisiones políticas muy similares. Ni San Juan ni Mendoza retrocedieron en sus flexibilidades. San Juan lo hizo presentando la medida encuadrada en la postura de la Quinta de Olivos. Mendoza lo hizo emergiendo como adalid de la oposición. Solo en la política se puede decidir lo mismo y significar lo contrario. Sin embargo, esta dualidad fue parte del enredo, de la confusión.

Uñac justificó frente a la prensa la preocupación de Fernández por la evolución de la pandemia. "Los contagios en el interior, menos en la provincia de San Juan, están creciendo y lo que intentamos es que no crezcan más de la cuenta", advirtió el pocitano. Nótese la salvedad de poner a San Juan por afuera de la tendencia nacional que sigue desplazándose hacia afuera del área metropolitana de Buenos Aires.

Tuvo que pasar el martes completo, arrancar la nueva semana, para ver en la realidad la aplicabilidad de un decreto interpretado de tantas maneras como fuera posible. Los gobernadores lo adaptaron a sus propios tableros, mientras la gente atravesó por otro innecesario momento de confusión.

Es cierto que la pandemia rompió todos los moldes y que vino sin manual. Pero también es evidente que un enredo de esta magnitud no ayuda y no se puede repetir.


JAQUE MATE