El 2023 quedará marcado como el año que el peronismo debió cerrar dos décadas de poder ininterrumpido en la provincia, al borde de la implosión por la pelea irresuelta entre uñaquismo y giojismo. A tres días de volver a las urnas, no parece que la elección del domingo vaya a suavizar las diferencias. Ni de un lado, ni del otro. Mucho menos cuando aparecen nuevas ramificaciones, con cierta prescindencia de las cabezas actuales.

La fractura quedó plasmada en la incompatibilidad de las dos listas que llegaron en carrera, una encabezada por Sergio Uñac y la otra por Juan Carlos Gioja, con la vocación de eliminarse mutuamente. La primaria de este 13 de agosto tendrá el rigor de la muerte súbita para uno de los dos sectores.

Una alta fuente del giojismo reveló que hubo una negociación en la víspera del cierre de candidaturas para intentar intercalar nombres, dejándole los primeros lugares al ganador de la PASO pero permitiendo que el perdedor complete la nómina a partir del segundo escaño. La idea no prosperó y la batalla se redujo a matar o morir.

De este modo, el domingo solo uno se quedará con todo. Es decir, con la candidatura a senador y la candidatura a diputado nacional, con cierta garantía de al menos representar a la minoría en el comicio general del 22 de octubre. El otro tendrá que acompañar. Tendría que acompañar.

Este miércoles en Banda Ancha, Juan Carlos Gioja habló de madurez. Dijo que el que salga segundo tendrá que sumarse a la campaña. Tendría que hacerlo. ¿Acaso alguien imagina a los hermanos Gioja militando el voto para Sergio Uñac en octubre? Y viceversa: ¿alguien puede pensar que Sergio Uñac, en la eventualidad de la derrota, pondrá su maquinaria al servicio del giojismo?

La respuesta es categórica: de ninguna manera. Han cruzado ciertos límites y quedó plasmado en la publicación de panfletos ofensivos en redes sociales. Juan Carlos Gioja se quejó del daño que le provocaron al usar su imagen en memes. Pero tuvo que reconocer que el mismo mal rato le tocó sufrir a Rubén Uñac en la campaña del 2 de julio. Hubo juego sucio de todos lados.

Súbitamente apareció en escena César Gioja, el hermano mayor, con un explosivo posteo en su cuenta oficial de Facebook. Este miércoles por la tarde pidió una renovación total del PJ, abrirle espacio a las nuevas generaciones y que los veteranos den un paso al costado, relegando expectativas personales. Fue un tiro por elevación a José Luis Gioja, en un pugilismo fraterno que recordó al 2011, cuando se enfrentaron por la enmienda constitucional.

'Que no vuelva nadie', escribió César, utilizando sugestivamente la etiqueta de la subagrupación 'San Juan vuelve', que lidera precisamente su hermano José Luis. Más claro, imposible. César es el padre de Leonardo Gioja, uno de los exponentes de esta nueva generación que viene pujando por el recambio, de manera silenciosa y disciplinada.

Esta tensión intestina giojista también se puede palpar en el uñaquismo. Un intendente electo que estuvo en la foto con el gobernador el lunes, reconoció en la intimidad su procupación. En estricto off the record, mostró fastidio por la eventual permanencia de los estrategas de la derrota en el peronismo que viene.

Gane quien gane el próximo domingo, al menos un sector de los nuevos intendentes peronistas abriga la expectativa de barajar y dar de nuevo, con otros actores en la conducción para reconstruir un partido que, de alguna manera, perdió el contrato social. Quedó manifiesto en la derrota del 2 de julio. Rubén Uñac quedó tercero, es verdad. Pero la opción no fue José Luis Gioja, sino Marcelo Orrego.

De todos modos, Gioja logró remontar posiciones en la interna, al haberle ganado a Uñac en las urnas. Si fue producto de una circunstancia o fue algo de carácter más permanente, se podrá verificar el próximo domingo. Con una sutil diferencia: esta vez el candidato no será Rubén sino Sergio Uñac. Y esta vez el candidato será Juan Carlos, no José Luis Gioja. La rotación de hermanos altera el escenario y deja final abierto.

Mientras algunos, de uno y otro lado de la grieta peronista, protestan en voz baja por el alto costo que tuvo la pelea interna, otro se animó a asomar la cabeza. El intendente chimbero Fabián Gramajo lanzó su propio espacio, 'San Juan te quiero', con independencia del giojismo y del uñaquismo. El próximo 10 de diciembre quedará en el llano. Será interesante ver cómo opera políticamente para evitar que se diluya su capital político.

Hay varios dirigentes con el mismo plan, que reclaman trazar una línea y dar por superada la pelea interna. Pero no han actuado con la misma visibilidad de Gramajo, por prudencia, a la espera de este domingo bisagra.

Es toda una camada de referentes con mayor o menor despliegue territorial, tanto varones como mujeres, que tendrán que sobrevivir políticamente durante los próximos cuatro años mientras gobierna Orrego. En ese tiempo podrán lavar los trapos sucios, ponerse de pie y seguir adelante. En este contexto, anticipar quién asumirá el liderazgo es ciencia ficción.


JAQUE MATE