Que las grandes empresas mineras estén entusiasmadas con el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones o RIGI es entendible. Les garantiza 30 años de beneficios impositivos y el derecho a reclamar directamente ante el CIADI cualquier incumplimiento de futuros gobiernos. Que las pymes proveedoras locales se hayan subido tan enérgicamente a la militancia no es tan natural. Merece un análisis aparte. 

Una de las grandes dudas de la oposición sobre el RIGI es la libre importación sin el corset del compre local. Los grandes capitales pueden traer lo que necesiten de afuera prácticamente sin restricciones, aunque aquí se ofrezca el mismo producto o servicio. Viva la libertad carajo. Por lo tanto, los prestadores sanjuaninos podrían haberse declarado en alerta. Pero no lo hicieron.

Con 32 años de experiencia en el rubro, el empresario calingastino Martín Ossa lo explicó de manera sencilla en Banda Ancha: 'apoyemos ahora al RIGI y después profundicemos el concepto de empresa local'. Dicho en otros términos y con licencia editorial: más vale RIGI en mano que 100 promesas volando.

Los proveedores sanjuaninos están negociando con el gobierno de Marcelo Orrego una regulación que les otorgue esa prioridad que omitió la Ley Bases. Será un instrumento legal anexo, de carácter local y complementario a la normativa nacional. Porque, en definitiva, el recurso natural seguirá siendo propiedad de la provincia. Eso tiene rango constitucional y es irrenunciable.

La semana pasada, también en Banda Ancha, el ministro de Minería, Juan Pablo Perea, confirmó que están trabajando en una definición de proveedor local, junto con su par del Ministerio de la Producción, Gustavo Fernández. Fue un pedido directo de Orrego. No más de cuatro o cinco líneas deben elaborar entre ambas carteras para establecer las reglas de lo que vendrá de manera inminente.

¿De manera inminente? El gobierno provincial está contando con que el RIGI active las inversiones pisadas durante años. Hubo algunas reacciones positivas en este sentido. La más fuerte de todas fue el desembarco de la gigante BHP, que se asoció a Lundin para acelerar Josemaría y también Filo del Sol. El monto de la inversión superó los 4.000 millones de dólares. Algo vieron en Argentina y en San Juan que alentó el desembolso.

Pero no solamente esos proyectos iglesianos están en la gatera. También el enorme Los Azules en Calingasta tiene un plan de construcción de la mina de cobre para 2026, con proyección de iniciar la producción en 2029. Alto coraje para proyectar a mediano plazo en Argentina, con varias elecciones en el medio.

Si todo esto es producto del RIGI, habrá respuestas diversas. El gobierno de Orrego considera que sí. La Casa Rosada también, por supuesto. De hecho, la llegada de BHP a San Juan fue noticia nacional desde el atril del vocero Manuel Adorni.

¿Qué garantías tienen los prestadores locales de que la gran minería del cobre abrirá buenas oportunidades de negocios y no terminarán con la ñata contra el vidrio, viéndola pasar? Primero está la palabra de los gerentes locales. El desarrollo de las comunidades es uno de los eslóganes más repetidos dentro de la industria minera. Sin ello no hay licencia social posible.

Pero, por las dudas, prestadores y gobierno trabajan en una reglamentación adicional que defina con exactitud qué se entiende por proveedor sanjuanino. La experiencia de Veladero dejó muchas enseñanzas, de las buenas y de las malas también. Cuando el negocio es para unos pocos, el chisme corre con velocidad. La minería, por momentos, fue un conventillo.

Entre los aprendizajes, los proveedores tuvieron que mejorar notablemente los estándares de calidad para ponerse a la par de los competidores foráneos. Esa es la gran apuesta de Ossa, por ejemplo. Su empresa de catering ya tiene contrato con Los Azules. ¿Habrá lugar para otros emprendedores? ¡Cómo saberlo!

Este jueves se tratará la adhesión al RIGI en la Legislatura y el poroteo previo indica que Orrego tendría la mayoría simple necesaria para ponerle el moño a su militancia por la Ley Bases. Cuenta con esa conquista para empezar a cosechar los anuncios de inversiones paradas largamente por el contexto nacional.

El peronismo sanjuanino -Sergio Uñac y José Luis Gioja- no consiguió ablandar a Alberto Fernández, Sergio Massa y compañía. El cepo cambiario bloqueó cualquier entusiasmo inversor, a pesar de que San Juan siempre estuvo a la cabeza en el ranking del Instituto Fraser.

El cepo continúa, es verdad. Es el gran obstáculo que queda. El único, tal vez. Si la minería vuelve a despertarse, el impacto será inmediato. Lo sabe Orrego y lo sabe la oposición. Mientras las empresas cuentan sus ganancias en millones de dólares, la política las cuenta en votos. Y el 2025 queda demasiado cerca.


JAQUE MATE