Que Javier Milei ganara por paliza este domingo fue una buena noticia para el gobernador electo Marcelo Orrego. No lo dirá él, porque en lo formal se mantuvo al margen de esta campaña. Sin embargo, su entorno más duro cruzaba los dedos para que ocurriera este resultado. Nunca hubo una cuestión ideológica de por medio, sino simple pragmatismo.

El orreguismo duro consideraba que una victoria de Sergio Massa iba a dejar con vida al peronismo sanjuanino durante los próximos cuatro años, en especial al gobernador saliente Sergio Uñac, potencial integrante del gabinete de ministros. Pero no sucedió ni sucederá. La aplastante derrota sufrida por Unión por la Patria fue el golpe de nocaut para el PJ local.

Solo eso fue una buena noticia para el gobernador electo, que ya no tendrá que preocuparse por la sombra de Uñac ni de ningún otro referente justicialista que pudiera operar como filtro para acceder a la Casa Rosada. Este lunes Orrego amaneció con un horizonte despejado.

En la víspera del balotaje, tres operadores de Orrego ensayaron un escenario similar en estricto off the record. Milei tendrá urgencia por construir gobernabilidad y Juntos por el Cambio tiene el caballo del comisario adentro: Mauricio Macri. Marcelo jugará en bloque con los 10 gobernadores amarillos. Todos para uno y uno para todos.

Derrotado el 2 de julio en San Juan, al peronismo solo le quedaba la esperanza de retener el poder nacional a través de Massa. En ese escenario -hoy evaporado- iban a tener oxígeno para transitar los próximos cuatro años. Uñac será senador, que no es poco. Un senador de la oposición mayoritaria, que no es poco. Pero no será ministro del Interior. Esa hipótesis se cayó este domingo histórico.

Con José Luis Gioja también fuera del Congreso, toda la militancia justicialista quedará a expensas de la contención que puedan dar los intendentes peronistas. Pero estos jefes comunales también sufrieron un golpe fuerte este 19 de noviembre inolvidable. Quedaron en altísima dependencia de Orrego. Y esta es otra buena noticia para el gobernador electo.

Si los intendentes peronistas necesitarán de los favores de Marcelo, él podrá negociar más fácilmente los respaldos en la Legislatura donde el PJ tendrá mayoría de casi dos tercios. ¿Ganan todos? Posiblemente. Con seguridad serán las reglas de la política durante los próximos cuatro años. Así quedó el tablero después de las urnas.

Pero no todos serán pétalos de rosas para el gobernador electo. También habrá espinas para observar y, en lo posible, evitar. La primera de ellas es la amenaza contra la coparticipación. Massa resintió la recaudación con la exención de Ganancias para el 90 por ciento de los salarios y con la devolución del IVA en compras de alimentos. Milei no lo va a revertir. 

Por el contrario, el presidente libertario prometió un achicamiento del Estado y una menor presión tributaria. Menor recaudación significa una torta cada vez más chica para repartir entre las provincias.

A esto se suma la idea esbozada en campaña de eliminar la coparticipación para que cada provincia se arregle con lo suyo. Sería una medida para más adelante, pero está latente como inspiración de las políticas inmediatas. Por supuesto, será una pésima noticia para Orrego o cualquier otro que estuviera en su lugar.

Hay infinidad de recursos por afuera de la coparticipación que también resultan vitales para San Juan porque derraman en la economía doméstica. Por ejemplo los fondos para obra pública. Milei tendrá que definir con claridad cómo implementará su plan 'a la chilena', donde el Estado minimiza las partidas y deja prácticamente todo en manos de empresas privadas. ¿Cómo encajan las constructoras sanjuaninas en un modelo semejante? Todavía es incierto.

De arranque, Orrego tendrá que seguir pagando las certificaciones de obra por viviendas, rutas, escuelas, hospitales y demás. Con o sin asistencia nacional.

Aparte están los fondos para Educación y Salud. Ambos ministerios serán convertidos en secretarías para reducir su impacto presupuestario. La idea libertaria es que las provincias se hagan cargo de lo que les toca. Durante la presidencia de Macri -hoy alter ego de Milei- se desactivó la paritaria nacional docente. La lógica indica que en breve se avanzaría en ese sentido. 

Los recursos para programas federales en el ámbito educativo y sanitario también podrían resentirse, en la concepción de que el Estado es deficitario y necesita medidas de shock. En todo caso, será un problema para Orrego.

Las jubilaciones son otra arista pendiente. La ley de actualización de haberes vino acompañada por bonos y otros beneficios para paliar la inflación. Pero este modelo fue rechazado en las urnas. El sistema previsional argentino es un aspecto crítico que el presidente Milei podría cambiar, fundamentalmente por su impacto en las cuentas fiscales. ¿Vuelven las AFJP de los '90?

A través de ANSES, Nación inyecta cada mes un torrente de pesos a la economía sanjuanina. Cerrar este grifo también tendrá impacto en la gestión de Orrego, si Milei cumple con su plan anunciado.

La lista de recursos federales que recibe San Juan es inagotable. También habría que considerar los programas de fomento para la producción, la industria, el arte y la cultura. La motosierra parece incompatible con la continuidad de estas políticas. Vale la misma lógica que en los puntos anteriores: ahí donde Nación ajuste, la provincia tendrá que dar respuesta.


JAQUE MATE