Nadie dijo que fuera normal
Estado de excepción extendido hasta el 28 de junio, con una diferencia semántica entre aislamiento y distanciamiento. Incomodidad general versus irresponsabilidad de una minoría.
Habló el presidente Alberto Fernández y dijo más o menos lo que se sabía que iba a decir. Hizo una distinción semántica entre aislamiento y distanciamiento. Y dejó algunos números para justificar la extensión de la cuarentena por otros 21 días, esta vez hasta el domingo 28 de junio inclusive. El dato más relevante es que el 15 por ciento del país está en situación de transmisión viral comunitaria. San Juan se encuentra en el 85 por ciento restante, con fábricas, comercios y emprendimientos productivos en funcionamiento.
A nivel nacional el 79 por ciento de las industrias no tiene restricciones, el 81 por ciento del comercio tampoco y la totalidad de las actividades agropecuarias está en funcionamiento pleno. Sin embargo, los números merecen una consideración de carácter cualitativo. Esta nueva normalidad también impacta en la economía.
Dijo el presidente que el aumento de circulación de personas demanda un mayor esfuerzo para preservar las medidas de prevención. Que la clave de la transmisión ocurre por la visita al área metropolitana de Buenos Aires. La gente viaja a la gran ciudad y regresa a su provincia con el virus encima. San Juan puede dar testimonio de ello. Todos los gobernadores le contaron a Fernández ejemplos similares.
En videoconferencia, el jefe de Estado les anticipó a los mandatarios provinciales lo que iba a plantear más tarde: "tenemos que entender que no superamos el problema", dijo tajante.
Sacando al área metropolitana de Buenos Aires y la ciudad chaqueña de Resistencia, el resto del país pasa a una fase llamada "distanciamiento social preventivo y obligatorio". Esto implica que los sanjuaninos seguirán más o menos con el mismo protocolo. Se podrá salir a hacer compras básicas, a trabajar y algunas otras actividades muy reguladas. Que no haya transmisión comunitaria del virus es condición obligatoria para acceder a estas libertades. Nuevamente, San Juan pudo validar su estatus sanitario.
Entre las restricciones que se van a mantener está el ingreso de extranjeros y el tránsito interjurisdiccional. Es decir, no habrá en el corto plazo ninguna posibilidad de viajar a otras provincias. No habrá servicio de transporte de pasajeros de larga distancia. Mucho menos vuelos de cabotaje.
Consciente de que hay un agotamiento, Fernández destacó el respaldo de los gobernadores. "Todos estamos de acuerdo en esta idea que estamos impulsando", dijo con expreso reconocimiento a los 24 caciques de todo el país. Mientras tanto, el movimiento anti-cuarentena ya se convocó para el próximo sábado para manifestarse en el Obelisco con la peligrosa consigna de no llevar barbijo.
La cuarentena no resulta cómoda ni fácil absolutamente para nadie. Incluso para las personas que adhieren al plan oficial, que respetan el diagnóstico de los especialistas y que entienden que esta es la única receta efectiva para reducir los contagios. Aún para ellos, la mayoría, son días difíciles. Por eso un gesto de irresponsabilidad como concentrarse unos al lado de otros sin tapa-boca, más que un mensaje a la Casa Rosada debe interpretarse como una provocación hacia el resto de la sociedad.
En San Juan los niveles de tensión parecen moderarse a medida que el gobierno habilita nuevas actividades. Este viernes llegará el turno de los bares y restaurantes. Y a partir del lunes, también gimnasios, canchas de paddle y de tenis, campos de golf y de tiro. De todas formas, aunque sigan creciendo los permisos, serán solo eso, excepciones en el marco de una restricción general.
Le pasó al comercio con mucha visibilidad. Más allá de la aprobación para atender al público de manera presencial, las ventas se cayeron estrepitosamente. La alteración también está sucediendo en las industrias donde el distanciamiento social impide tener una aglomeración de operarios como antaño. Las mineras tienen campamentos ocupados a la mitad. Y ocurrirá algo semejante con las camas originalmente pensadas para los trabajadores del dique Tambolar.
El Centro Cívico recibe público a cuenta gotas. Esta semana el gobierno de la provincia le imploró a la titular de ANSES, Fernanda Raverta, que abra sus oficinas en San Juan, cerradas desde el 20 de marzo. Los bancos siguen atendiendo por turno previo algunos trámites, derivando todo lo otro a la página web, la línea telefónica o la misma Providencia. Las escuelas continuarán cerradas hasta nuevo aviso. La Universidad Nacional de San Juan no logra activar los exámenes virtuales y el malestar estudiantil empieza a sentirse.
No, nadie dijo que esto sea lo normal. Es apenas una nueva versión, acomodada a la pandemia. La cuarentena siempre se definió como una circunstancia, excepcional y transitoria. El plazo se extendió mucho más allá de las fronteras de la imaginación. No es grato. Provoca daño e incertidumbre. A pesar de todo, parece no haber otra respuesta posible. Los que plantean la rebelión, están dispuestos a pagar con vidas ajenas el costo. Posiblemente por ese motivo siguen siendo minoría.
JAQUE MATE