Un cuadro contradictorio ofrecían anoche el Puente Cívico y la Plaza del Bicentenario. Mientras un dispositivo policial invitaba a reducir la velocidad vehicular y una agente saludaba amablemente a los automovilistas, una multitud circulaba a pie por la zona. Familias completas salieron a mitigar las altas temperaturas al aire libre. Los barbijos podían estar o no. Algunos los llevaban en la mano como quien porta el documento para cumplir ante el requerimiento de la autoridad. La medida sanitaria quedó reducida a un formalismo. Todo mal.

Cabe aclarar el concepto de contradicción, porque en un contexto de normalidad, ese espacio abierto fue concebido precisamente para el esparcimiento y para la reunión social. Como es sabido, las cosas cambiaron dramáticamente. En el mundo, en el país y en San Juan finalmente. Los números son cada vez más preocupantes. Basta retroceder 14 días para leer la contundencia de la curva epidemiológica.

Tomando los valores de este 1 de noviembre contra los del día de la madre, exactamente dos semanas atrás, los positivos diarios se triplicaron. Pasaron de apenas 104 a 321. Exactamente un 208 por ciento más. Ese ritmo vertiginoso empujó la cantidad de casos acumulados de 2118 a 5751. Es decir un 171 por ciento de incremento. Hace dos domingos, la duplicación de casos demoraba 14 días. Ese ritmo se ha acelerado a punto tal de que, de continuar las cosas como van, en breve en el mismo lapso habrá una triplicación de infectados.

Con los fallecidos sucedió algo bastante similar. El día de la madre había 71 y este 1 de noviembre eran 104, es decir un 46 por ciento más en dos semanas. El único dato que retrocedió y es una buena noticia, fue la cantidad de casos sospechosos. Bajó de 832 a 744, un 10 por ciento menos. Es un valor alentador porque entre otras cosas refleja cómo se aceleró la tarea de procesamiento de hisopados. Sí, a pesar de las quejas y de las demoras por todos conocidas, ha decrecido el stock de muestras pendientes de prueba en laboratorio.

Ni confinamiento, ni recetas mágicas
Datos comparativos en base a los números informados por Salud Pública

Pero ahí se termina la única conclusión relativamente optimista. La gravedad de la situación se plasmó también en la escalada de internados, que pasaron de 91 el 18 de octubre a 171 este 1 de noviembre. Fue un 87 por ciento, al borde de la duplicación de la demanda de camas en áreas Covid 19. En áreas críticas creció tamién el 87 por ciento la ocupación. Habían 32 personas en terapias intensivas de hospitales públicos. Ahora hay 60 también incorporando salas de sanatorios privados.

El requerimiento de respiradores artificiales pasó de 16 pacientes a 27, es decir un 68 por ciento más en apenas dos semanas. Todo esto, que está cuantificado, ha podido tener respuesta merced a una inversión realizada en los meses precedentes, desde que Argentina inició el combate contra la pandemia. Sin embargo, los recursos humanos son escasos. El personal especializado en terapia intensiva está sometido a una sobreexigencia. No es igual atender una sala con 4 pacientes que con 20, valga la obviedad de la afirmación.

Los números son inapelables. Frente a esta realidad, hay sectores que piden un confinamiento estricto otra vez. Pero esa medida sería equivalente al tiro de gracia final para familias enteras que dependen de una micro-pyme. Según la Cámara de Comercio de San Juan, las ventas de octubre fueron un 28 por ciento peores que las de octubre de 2019, que ya fue un año olvidable, de recesión e inflación históricas. De mal en peor.

Otros sectores, en el otro extremo de la grieta, no piden cuarentena sino la aplicación de drogas que prometen una cura que todavía no existe. Sí, así de absurdo. Medicamentos cuya recomendación clandestina y anónima proliferó por redes sociales. Pasaron de teléfono en teléfono, generando más confusión, poniendo a las autoridades sanitarias en la incomodidad de decir que son todos cuentos. Que no hay evidencia científica que acredite su efectividad. Pero contra las construcciones sociales que rechazan la peste, los argumentos rebotan sin la menor chance de ser atendidos o entendidos.

La Sociedad Argentina de Infectología emitió un comunicado que compartió la reconocida doctora Beatriz Salanitro el pasado viernes, donde categóricamente se expresa en contra de las medidas terapéuticas carentes de evidencias concretas que muestren su utilidad clínica. Plasma de convalesciente, vitamina D, suplementos de zinc, carragenina nasal, ivermectina e ibuprofenato inhalado integran un arsenal de tratamientos experimentales que son prescriptos sin pruebas válidas de su eficacia a la fecha. Palabras textuales.

Ni confinamiento, ni recetas mágicas
El comunicado oficial de la Sociedad Argentina de Infectología

Sin margen socioeconómico para volver a fase 1. Sin soluciones mágicas. Sin medicamentos ni vacuna hasta, con suerte, marzo de 2021, la única alternativa viable sigue siendo esa que fatiga: el distanciamiento social, el uso del cubrebocas, el lavado obsesivo de manos, la prohibición de las reuniones sociales, el límite de 8 personas para reuniones familiares, pedir permiso para salir en bici o ir al gimnasio.

Es agotador. Es desmoralizante. Es pandemia. Y esto, en algún momento, también pasará.


JAQUE MATE