Hace exactamente 15 días, el 1 de noviembre Salud Pública comunicaba que a la lista de hospitales públicos Rawson, Marcial Quiroga, Aguilar, Ventura Lloveras, Giordano, Cantoni y CEMEC (ex Español), se incorporaba el Julieta Lanteri. Por primera vez aparecían sanatorios por fuera del Estado, involucrados en el tratamiento de pacientes Covid 19: el Hospital Privado y la Clínica El Castaño. Todo un símbolo en el inicio del penúltimo mes de 2020.

Siguieron sumándose internaciones privadas y dos semanas después, este domingo 15 de noviembre, también aparecían el Instituto Médico, la Clínica Santa Clara, el Sanatorio San Juan, el Sanatorio Argentino y el CCI. Lejos de confundir, la enumeración debe servir para reflejar la creciente presión en el sistema sanitario, situación reconocida oficialmente por las autoridades como un estrés pero no un colapso. 

Los números también acreditan la demanda de camas, de manera inapelable. Del 1 al 15 de noviembre la ocupación de las internaciones Covid 19 trepó prácticamente el 27 por ciento. Pero el dato realmente grave es el de áreas críticas, porque creció el 86 por ciento. Es decir, casi se duplicó la cantidad de pacientes graves en terapia intensiva en dos semanas. Un nivel parecido se registró en cuanto a los enfermos conectados a un respirador artificial para sobrevivir. Son un 74 por ciento más.

Elaboración propia

Pero la comparación de cifras oficiales de los últimos 15 días revela otras conclusiones cuanto menos llamativas. El número de casos diarios registrados e informados por Salud pública bajó el 52 por ciento. La detección de positivos decreció. ¿Significa esto que la pandemia está empezando a dibujar la curva descendente? ¿Acaso lo peor ya pasó? Podría ser una lectura válida, si no hubiera un contraste notable con otro dato que no se puede ignorar.

Es el número de casos sospechosos. Entre el 1 y el 15 de noviembre, la cantidad de pacientes con síntomas compatibles con Coronavirus, a la espera del resultado de PCR, se más que duplicó. Trepó el 135 por ciento. El trabajo del laboratorio del Hospital Rawson se ralentizó u ocurrió algún otro evento todavía no informado.

Lo cierto, tomando los partes de Salud Pública, es que el 1 de noviembre había solo 744 casos sospechosos y ese día se realizaron 699 pruebas sumando positivos y negativos. Pero este 15 de noviembre había 1.755 casos sospechosos. Más del doble. Y solo 365 test informados, entre positivos y negativos. Menos de la mitad.

En dos semanas, cayeron los test positivos un 52 por ciento y también cayeron los negativos el 43 por ciento. El pasado viernes la jefa de Epidemiología, Mónica Jofré, dijo en su conferencia de prensa que detectaron un amesetamiento en la curva de contagios en la semana 45 desde que comenzó la pandemia. Y al mismo tiempo anticipó que están reestructurando la información para combinar los testeos PCR y los antígenos. Ambos se realizan con hisopado pero mientras los primeros demoran al menos 72 horas en tener resultado, los segundos son inmediatos y con el mismo nivel de certeza.

Con estas salvedades, el total de casos acumulados en San Juan tuvo una suba relativamente discreta en la primera quincena de noviembre, del 59 por ciento. Es una reducción importante, partiendo de lecturas comparativas hechas en esta misma columna que acreditaban una duplicación de casos en menos de 14 días. Según Salud Pública, esto indica que se está amesetando el contagio. 

En la misma línea, la cantidad de pacientes con proceso infeccioso subió apenas el 4,8 por ciento. Prácticamente nada. El valor poco se entiende a la luz de la creciente demanda de camas de internación clínica y crítica en áreas Covid 19, en cada vez mayor cantidad de hospitales y sanatorios. Es decir, se suman cada vez menos casos positivos, pero hay mayor presión en el sistema sanitario. Al mismo ritmo, los fallecidos acumulados crecieron el 55 por ciento entre el 1 y el 15 de noviembre, pasando de 104 a 162.

Claramente esta descripción puede abrir debate. Sin embargo, hay un punto específico en que la discusión exige un finísimo manejo estadístico, en función de la complejidad epidemiológica. Las políticas aplicables van desde el cierre absoluto a la flexibilidad con mucho protocolo. En ningún escenario sería aceptable la negación. No para quienes tienen la responsabilidad de gestionar. Pero tampoco para cada uno de los sanjuaninos y sanjuaninas que salen cotidianamente a las calles.

Sergio Uñac volvió a insistir este domingo con un mensaje apelativo a la responsabilidad colectiva. En redes sociales compartió un video que emula un juego virtual, en el que un niño y una niña se enfrentan al gigantesco Sars Cov 2 que emerge detrás del Teatro del Bicentenario. "La mejor manera que tenemos de cuidarnos del virus es continuar cumpliendo con el protocolo de higiene y distanciamiento social", posteó el gobernador.

Captura del posteo de Sergio Uñac

Si esta es la mejor manera, queda descartado por enésima vez el retroceso al confinamiento estricto. Más que nunca, el cuidado depende de cada uno. Como desde el principio. Los chicos del video confrontan con el germen solitos. No hay superhéroes, rescate o fórmulas mágicas, hasta la llegada de la vacuna. Por ahora, eso es futuro indefinido.


JAQUE MATE