No solo Alfredo Avelín espera una señal de Victoria Villarruel, sino una buena parte del arco antikirchnerista que hizo el mayor esfuerzo por digerir a Javier Milei y le resultó imposible. La enigmática vicepresidenta, exiliada por su compañero de fórmula, se presenta como una alternativa posible para bifurcar el camino de los liberales, incómodos con los modales libertarios.

'Si Villarruel me invita a conversar voy a ir, si Milei lo hace no', dijo el presidente de Cruzada Renovadora en Banda Ancha. Reconoció que ya lo contactaron algunos intermediarios. Pero él quiere tener a la vice cara a cara para avanzar. De lo contrario, sería tanto como enredarse en una intriga de final incierto.

Y de eso, Avelín sabe bastante. Le tocó atestiguar de manera directa la caída de la Alianza, que empezó a resquebrajarse con el escándalo de la reforma laboral y la Banelco en el Senado, que derivó en la renuncia de Carlos 'Chacho' Álvarez al cargo de vicepresidente, dejándolo solo y librado a su suerte a Fernando De la Rúa.

Todos saben cómo terminó ese dramático capítulo de la historia reciente para los argentinos y las argentinas.

¿Acaso la historia podría repetirse? Hace un par de semanas Milei blanqueó la ruptura política con Villarruel, en una entrevista televisiva. Dijo que ella está del lado de la casta, a la que ella considera como el círculo rojo o la alta política. Fin.

La vice no contestó. Solamente hubo una pegatina de dudosa procedencia, con la leyenda 'Victoria Conducción', en los alrededores del Congreso Nacional. Los afiches con estética militar se convirtieron en otra apostilla del quiebre interno. Si alguien todavía piensa que hay camino de retorno, solo dedique un par de minutos a repasar los posteos de la diputada Lilia Lemoine, que bautizó a Vicky como 'Bichacruel'.

No, no hay remiendo posible. Pero Villarruel se mantuvo hermética y Avelín elogió ese silencio templado. Cualquier reacción de parte de la presidenta del Senado hubiera detonado el poder en la Argentina. De inmediato hubiera remitido al capítulo de Chacho y Chupete.

Sin embargo, hay un clima expectante. Victoria tiende puentes hacia todos los sectores, en especial el peronismo de derecha que hace tiempo la observa con afecto. Guillermo Moreno no se cansa de elogiarla en público. La vice puede ser contrafigura de Cristina en la arena política. Todavía no lo es, pero puede serlo.

A través de redes sociales viene tirando directamente contra la ex vicepresidenta, sin mayor réplica del otro lado. Cristina la ha ignorado. Deliberadamente. Por ahora, la cúspide del poder está en Milei. No en Villarruel.

Pero eso también puede cambiar. Esa expectativa es la que reveló Avelín en Canal 13. Acordar nuevamente con Milei, como intentaron hacerlo en 2023, sería imposible. El presidente desprecia la política y para los herederos de Don Alfredo eso es inadmisible. Victoria, en cambio, maneja bien los códigos. Solo resta que decida mover.

Hay una guardia sanjuanina que está en alerta, atenta a cualquier guiño, para encontrar cobijo en 2025. El día que Villarruel baje línea, se habrá consumado la ruptura.

El ex candidato a gobernador Sergio Vallejos se declara abiertamente como uno de los 'villarruelines' sanjuaninos. A él también le tocó sufrir el desprecio de Javier y los libertarios, que le impidieron el uso de la simbología del león en la campaña de 2023. Terminó jugando con una subagrupación al lado de Marcelo Orrego.

Y aunque su caudal de votos fue simbólico, igualmente tuvo alto protagonismo: Vallejos fue el responsable de que la Corte Suprema volteara la candidatura de Sergio Uñac por una nueva reelección. Este año pidió la destitución de tres cortistas vía juicio político y, aunque el intento no prosperó, nuevamente fue noticia.

Con seguridad querrá competir el año que viene. Solo le faltaría un sello nacional. Si Villarruel se lo diera, habrá nacido oficialmente el espacio. Primero hay que pasar las fiestas. Después, esperar las señales.


JAQUE MATE

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