El audio viral con la voz inconfundible de César Gioja fue hasta ahora la nota más explosiva de esta campaña, la cuarta para los sanjuaninos en 2023. Que la interna peronista volviera a resonar -por enésima vez- tuvo efectos colaterales. Dejó en evidencia el bajo perfil de Juntos por el Cambio. Es notable la moderación discursiva de los candidatos de Marcelo Orrego. El corset no es un accidente. Obedece a una decisión política.

La mesura de los candidatos Emilio Achem y Nancy Picón tiene la marca del gobernador electo. Fundamentalmente, el momento que transita. Faltan dos meses para asumir el poder. Esta campaña no debería provocar una interferencia grave en la gobernabilidad futura.

Es importante para Orrego tener legisladores propios en el Congreso, pero no a cualquier costo. Detonar el clima de razonable convivencia en esta transición podría ocasionarle problemas severos a Sergio Uñac pero también a la gestión entrante. Nadie saldría indemne.

Ahí radica el corset autoimpuesto por Orrego. Está a la pesca de los votos necesarios para Juntos por el Cambio, pero lo está haciendo como gobernador. Con la responsabilidad que ello implica. Su mayor preocupación por estos días es evitar un espectáculo vergonzante que termine espantando inversiones.

Hay varios interesados en la gatera, según dijo Achem este martes en Banda Ancha. Reconoció que San Juan está bien rankeada internacionalmente como destino de capitales para minería, energías alternativas y manufacturas agroindustriales. Pero hay una pausa expectante hasta que pasen las elecciones presidenciales.

Si a esa incertidumbre propia del cambio en la Casa Rosada se agregara un picoteo o incluso algún carpetazo en la provincia, el costo sería ahuyentar a estos capitales. Cuidar la institucionalidad es la premisa. La política es el medio.

Implica un frágil equilibrio, salir a buscar votos sin atacar al oponente. En este caso el adversario es Uñac como candidato a senador por Unión por la Patria. 

Orrego supo caminar por esta delgada línea de no agresión durante la batalla por la gobernación que concluyó el 2 de julio. Pero tuvo en paralelo otros sabuesos -gracias a la Ley de Lemas- que se ocuparon de morder a la presa.

Marcelo Arancibia, Sergio Vallejos y Eduardo Cáceres fueron el tridente ofensivo de aquella contienda. Ganó Orrego y se consagró como líder del espacio amarillo en San Juan, sin ningún frente interno que le haga sombra. 

Ni siquiera tuvo que confrontar con los candidatos de Patricia Bullrich, Juan Domingo Bravo y Eugenia Raverta. La PASO se liquidó en San Juan en un clima de armonía atípico entre halcones y palomas.

Orrego impuso a su lista para el Congreso y eventualmente recibirá a Patricia para apuntalar la campaña. No será este viernes, porque se suspendió la visita por segunda vez. Pero llegará el momento. Seguramente hablarán de ponerle fin al kirchnerismo y del 'cambio con certezas', para diferenciarse de Javier Milei. Y punto.

Habiéndose liquidado el capítulo provincial, Orrego no está dispuesto a enchastrar la transición con esta contienda de corte nacional. 

Lo dijo Achem abiertamente este martes en Canal 13. Reconoció que les convendría 'tirar alguna cosa' o 'decir alguna cosa que pueda afectar al otro candidato'. Pero eso pondría en riesgo el futuro de los 800.000 sanjuaninos. Tal vez a ese corset obedezca el silencio que le fue bajando el tono al picoteo por las designaciones en la Justicia. El vice electo, Fabián Martín, encendió la mecha. Pero la bomba no terminó de explotar. Alguien la desactivó.

Con esta estrategia, Orrego consiguió generar un efecto espejo: Uñac tampoco ha sido agresivo en la campaña. Surgieron temas delicados en la transición, pero el gobernador saliente evitó la controversia. Guardó la compostura incluso cuando se demoraron las definiciones sobre temas sensibles para la gestión justicialista que se retira. Por ejemplo, la Vuelta a San Juan.

A Uñac nuevamente le tocó lidiar con el fuego interno, más que con el frente externo. Fue la marca de todo el año. La Ley de Lemas resucitó para darle un paraguas de contención a las diferencias irreconciliables del peronismo. El objetivo era sumarse recíprocamente a pesar de todo. Pero no funcionó.

Las esquirlas del primer semestre se maquillaron con la foto de unidad en el Hotel Viñas del Sol el jueves 14 de septiembre. Uñac y José Luis Gioja volvieron a mostrarse juntos después de mucho tiempo. Buscaron mandar un mensaje hacia la militancia para trabajar por Sergio Massa y la boleta completa.

Pero duró poco la armonía. El fin de semana pasado se viralizó un audio del ex senador César Gioja, en el que llamaba a votar solo por la fórmula Massa-Rossi, desechando al resto de los candidatos, desde Uñac para abajo. Fue una conversación privada, presuntamente por Whatsapp. Pero bastó para que el mayor de los Gioja tuviera que reconocer públicamente lo que había dicho de manera reservada.

De carambola, el nuevo capítulo del culebrón peronista podría redituarle electoralmente a Orrego. En un escenario de tercios tan cercanos, un voto más o un voto menos puede hacer la diferencia. A veces la paciencia es la mejor estrategia.


JAQUE MATE