Hay un temor no dicho entre los intendentes oficialistas. La eliminación de las PASO -resuelta por Sergio Uñac- podría complicarles el esquema para coronar heredero o heredera en 2023. Dependiendo del mecanismo que se utilice para sustituir las primarias, podrían caer en la dispersión del voto a nivel municipal, siempre sumando piramidalmente hacia la fórmula de gobernador y vice. Si los miedos se verifican, los próximos intendentes podrían llegar al poder con un puntaje modesto. ¿Cómo impactaría ese reparto en los Concejos Deliberantes?

Este temor silencioso de los intendentes oficialistas -o al menos de algunos de ellos- se funda en la posibilidad de la implementación de colectoras. Eliminadas las primarias, habría una sola cita electoral, la general, con varias listas municipales atadas a un mismo candidato a gobernador. El eventual arrastre positivo de lo provincial sería compartido por varios rivales internos departamentales. Las posibilidades de retener el poder comunal, más que nunca, estarán atadas a dar un batacazo que borre de un plumazo a los retadores. Pero, como dice el refrán, nadie tiene la vaca atada. Entonces, conocer la letra fina de la reforma electoral será crucial para trazar la estrategia más efectiva. Una cosa determinará a la otra.

Pero las colectoras no son la única alternativa posible, en el plan de eliminar las PASO. También existe la remota chance de retroceder a ley de lemas. Ya funcionó en San Juan en los años '90 y se eliminó sencillamente porque en aquel momento se volvió indefendible. A diferencia de las colectoras, la ley de lemas permite sumar los votos entre las listas que integran un mismo frente electoral. Entonces, el candidato con más porcentaje se apropia de los puntos de sus rivales internos. Con ese guarismo le puede ganar a un candidato de otra alianza que posiblemente haya obtenido más votos en lo individual.

Tanto en la hipótesis de colectoras como de lemas, el asunto se liquida en una sola vuelta. Las PASO funcionaron hasta ahora como un test previo que incidió en la general provocando reacomodamientos. En los municipios, incluso, definió la victoria de los segundos porque captaron el apoyo de los terceros. Es lo que se denominó como 'voto útil'. Sintetizar la convocatoria electoral a un solo día reducirá drásticamente el margen de maniobra. No habrá advertencias. No habrá prueba y error. Simplemente victorias y derrotas.

Los intendentes oficialistas, que fueron citados por el gobernador el pasado viernes a una reunión política en Paula y Libertador, recibieron una instrucción nítida: militar el Frente de Todos con mucha gestión. Ninguna sorpresa, por cierto. Los que no son intendentes y tienen aspiraciones de llegar se entusiasmaron con la posibilidad de una mayor apertura en 2023. Algunos entendieron que se alentará una mayor participación, para sumar todo lo que se pueda. ¿Cuántas listas en carrera serían lo tolerable para un jefe de distrito?

Como se dijo y escribió en esta columna el pasado jueves, de los 19 intendentes 11 no podrán repetir mandato y solo esa circunstancia abrirá el juego para que muchos y muchas se prueben el traje. Incluso los 8 que podrán buscar la reelección, podrían afrontar competencias con retadores internos como sucedió, por ejemplo, en Capital en 2019. Fue cuando Emilio Baistrocchi derrotó a Franco Aranda en las primarias. Sin PASO, la competencia hubiera sucedido el mismo día de los comicios generales. Aparentemente es la idea para 2023.

Los intendentes opositores navegan en la incertidumbre. Un referente de ellos dijo este domingo que todavía hay que ver el proyecto de reforma electoral que impulsará Uñac para sentar posición. Pero no será el único factor concluyente para tomar decisiones de cara a 2023. Juntos por el Cambio tiene una ficha puesta fundamentalmente en lo nacional. Así como la ola amarilla se hizo sentir en las legislativas de este año, confían en que el fenómeno tenga todavía proyección hacia adelante.

El contexto nacional no dejará escapatoria. De uno y de otro lado de la grieta se preguntan lo mismo: ¿repuntará el gobierno de Alberto Fernández? La clave, como siempre, será la economía. No hay demasiado secreto. Si la gestión del presidente consigue aliviar el bolsillo de los sectores populares y medios, el oficialismo tendrá mejores chances.

El desdoblamiento de las elecciones provinciales en 2023 hoy es casi un hecho. Lo hablaron el viernes el gobernador y los intendentes. Y lo ratificó el periodista Julio Turcumán el domingo en Diario de Cuyo. Era una versión que venía circulando hace alrededor de una semana en los altos círculos del poder.

La apuesta por el desdoblamiento le permitiría a Uñac jugar primero en lo provincial y después, con el número en la mano, apostar a lo nacional. ¿El desdoblamiento perjudica o favorece a la oposición? Depende cómo se mire. Los perjudica porque se pierden el arrastre eventual del candidato o candidata presidencial. Pero los favorece porque toda la primera línea de Juntos por el Cambio podrá desembarcar en la provincia y nacionalizar como nunca antes una campaña.

En cualquier caso, la reforma del Código Electoral requiere meses de antelación para tener vigencia al momento de firmar el decreto de convocatoria. Esto implica que el debate en la Legislatura deberá ocurrir apenas iniciado el periodo ordinario de sesiones 2022. Entonces es innegable: el 2023 se viene encima. Se acelera y es inevitable.


JAQUE MATE