Posicionarse en Corea del Centro significa mantenerse al margen de los extremos irreconciliables. Ponerse por encima de la grieta que durante las últimas dos décadas arrinconó a la dirigencia política, a la prensa y a la sociedad en pleno. La expresión fue acuñada por los periodistas María O'Donnell y Ernesto Tenembaum, en un esfuerzo titánico por zafar de los encasillamientos. Marcelo Orrego acaba de pedir ciudadanía en ese territorio, para encarar su convivencia con Javier Milei.

Lo hizo al firmar el comunicado de los 10 gobernadores electos de Juntos por el Cambio este miércoles. Elípticamente le dieron la espalda a Mauricio Macri. Rechazaron subordinarse a la alianza que impulsa el ex presidente con La Libertad Avanza. Tienen con qué hacerlo. Fundamentalmente, el apoyo de sus distritos.

Dicho esto, Macri se quedó solo con su círculo de influencia. Básicamente sus ex ministros, incluida Patricia Bullrich. Los gobernadores no están ahí. No le responden y lo dejaron en evidencia a 72 horas del ballotage. Saludos cordiales y caricias significativas.

Resulta interesante desmenuzar los términos de la declaración de los mandatarios provinciales. En primer lugar, marcaron la cancha. Subrayaron que 'los bloques legislativos de JxC serán determinantes en la próxima gestión nacional'. Fue una manera explícita de recordarle a Milei su alta dependencia de los consensos políticos.

El nuevo presidente necesitará aliados en el Congreso. JxC puede ocupar ese lugar. Pero no resultará gratuito ni mucho menos vendrá en la promo de Macri, Bullrich y compañía.

Los gobernadores electos de JxC se reunieron este miércoles en Buenos Aires

Los caciques provinciales plasmaron en el documento su decisión de 'contribuir con la gobernabilidad de la Argentina'. Pero con el mismo énfasis lanzaron una advertencia: 'sabemos que parte de nuestro rol es controlar la gestión del futuro gobierno'. El que avisa no traiciona. No hay ni habrá cheque en blanco. Buena predisposición sí, por supuesto. Vía libre, de ninguna manera.

La gobernabilidad será un camino de ida y vuelta. Así lo plantearon Orrego y sus colegas por escrito. Lo pusieron en términos de pretensión. Pretenden ser tomados en cuenta por el gobierno electo a la hora de definir políticas que afecten la gobernabilidad de cada distrito. Si esto no ocurriera, si Milei avanzara con la motosierra indiscriminadamente, habrá consecuencias.

¿Fue una amenaza? No habría que interpretarlo de ese modo. Sin embargo, Milei podría caer en la misma categoría de Sergio Massa, a quien los gobernadores cambiemitas acusan de haberles restado coparticipación por la decisión inconsulta de eximir salarios del impuesto a las Ganancias y la devolución del IVA en compras de alimentos. 

Ambas medidas impactaron negativamente en los fondos coparticipables. Mendoza y Corrientes fueron a la Corte Suprema en contra de este 'plan platita', en defensa de sus intereses. Cuando prospere la demanda ya no estará Massa para dar respuesta. Tampoco Alberto Fernández. Será un problema para la gestión libertaria. Hay antecedentes de pagos retroactivos millonarios que se heredan de una presidencia a la otra en beneficio de las provincias.

Cualquier atisbo de recorte de la torta coparticipable será motivo de berrinche. Y este es uno de los aspectos críticos de la gestión política de Milei. En su raid mediático tras la victoria del domingo dejó en claro que está dispuesto a cumplir a rajatabla sus promesas de campaña. Déficit cero y emisión monetaria cero, significan un ajuste fiscal feroz. Incluso, cortando el chorro de recursos para obra pública en las provincias.

Si no hay plata para infraestructura, ¿qué se puede esperar con respecto a otros programas nacionales? La respuesta es obvia y la dijo el propio presidente electo: 'no hay'. Que cada uno de las ingenie como pueda. Palabras más, palabras menos, esa fue la respuesta que dio en cada entrevista desde el lunes en adelante. En la bolsa cayeron también los aguinaldos estatales nacionales de diciembre. Si no alcanza, no alcanza.

Para los gobernadores como Orrego, todo este combo es una señal de alerta. Con los fondos coparticipables reducidos por Massa y la certeza de que no habrá partidas extraordinarias de ninguna naturaleza, la gestión en las provincias será complicadísima. Milei habló de reprimir la protesta social si fuera necesario. Macri lo respaldó. Pero no todos comparten ese rigor militar como respuesta aceptable.

En este sentido, Orrego empezó a hablar a través de su futuro gabinete. Este miércoles en Banda Ancha, el ministro de la Familia y Desarrollo Social, Carlos Platero, reivindicó la asistencia alimentaria para los que menos tienen y la continuidad de las colonias de verano. Darle la espalda a los sectores vulnerables no aparece en el GPS de la próxima administración.

En el mismo sentido se expresó el ministro de Turismo, Cultura y Deporte, Guido Romero, también en Banda Ancha. Dijo que habrá un especial acento en el deporte social y en el fomento a los artistas locales. Todo, en un marco de austeridad y bajo la consigna de 'hacer más con menos'. Nadie espere milagros. La estrechez de los recursos será el límite de lo posible.

Si efectivamente Milei corta los fondos adicionales para las provincias, además de achicar la torta coparticipable, los gobernadores estarán en problemas en el corto plazo. Por eso Orrego y sus colegas juntaron hombro con hombro. Antikirchneristas, sí. Libertarios arriados por Macri, no. Podría decirse, entonces, ciudadanos de Corea del Centro.


JAQUE MATE