Marcelo Orrego dijo mucho más que los primeros cinco nombres de su gabinete. Dio una señal concreta de verticalidad. El poder pasará por su figura de manera excluyente. Se percibió en el ambiente el viernes pasado en el Centro de Convenciones Barrena Guzmán. Como también se hizo sentir el clamor desde la tribuna con una romántica consigna macrista que pudo tensionar la neutralidad frente al ballotage.

De los cinco primeros ministros, cuatro son estrictamente orreguistas. Roberto Gutiérrez en Hacienda, Silvia Fuentes en Educación y Emilio Achem en la Secretaría General, fueron funcionarios de la Municipalidad de Santa Lucía desde el momento inicial del ahora gobernador electo. 

A ellos se sumó Amilcar Dobladez en Salud, quien también desembarcó en la política en 2019 como asesor de Orrego en el Congreso. El único que ingresó vía Fabián Martín y, al mismo tiempo, el único extrapartidario, es Gustavo Fernández para Producción. De todos modos, el referente de Dignidad Ciudadana hace tiempo se ganó la confianza de Marcelo.

Orrego anunció los primeros funcionarios de su gabinete faltando exactamente un mes para asumir al frente del Poder Ejecutivo y en la víspera del último debate presidencial rumbo al ballotage. Acribillado a preguntas por la prensa, debajo del sol picante de noviembre en calle Las Heras, el gobernador electo ratificó su neutralidad rígida, inmodificable. Cuidó cada palabra para evitar siquiera sugerir su preferencia.

'Yo me tengo que sentar a hablar con cualquiera que sea el presidente de los argentinos. Quiero que al presidente que sea le vaya bien', dijo Orrego. Nada ganaría al ventilar su afinidad por Sergio Massa o Javier Milei. Sería demasiado alto el costo de jugarse por el perdedor. A él le tocará conducir los destinos de San Juan y sería torpe empezar mal su relación con la Casa Rosada. Solo quedan seis días para saber quién llevará el bastón de mando.

La notable ausencia de Sergio Uñac y de Roberto Gattoni en el acto de entrega de certificados a las autoridades electas el viernes terminó de sellar el cambio de ciclo. El eje del poder se desplazó. Orrego fue recibido como un rockstar, pese a que la mayoría de los intendentes y diputados electos pertenece al justicialismo.

Desde la bandeja superior se desplegó un banderón con su foto y la de Juan José, su hermano. El cambio de ciclo involucra también un cambio de apellidos luego de dos décadas regidas por los Gioja y los Uñac.

Desde ese mismo palco, la hinchada empezó a corear: '¡Sí se puede! ¡Sí se puede!'. El slogan se remonta a 2015, cuando ganó Mauricio Macri. Pero también se utilizó en 2019, cuando el entonces presidente logró una remontada fenomenal entre las primarias y las generales, gracias a su 'caravana del sí se puede'. No le alcanzó para ser reelecto, pero quedó registrado su derecho de autor.

En clave política, uno de los funcionarios del próximo oficialismo decodificó ese cántico. '¡Sí se puede!' es todavía una marca indeleble del macrismo. ¿Y cómo juega el macrismo en este ballotage? La respuesta es obvia, ¿verdad?

El expresidente se puso al hombro la campaña de Milei. Su influencia fue explícita. Quedó plasmada en el giro discursivo del 'León'. En San Juan este acercamiento tuvo correlato. Los halcones de Patricia Bullrich salieron prontamente a marcar su voto para el libertario. El viernes en Banda Ancha la ex precandidata a diputada nacional Eugenia Raverta confirmó que está coordinando la fiscalización con José Peluc.

Orrego no participa de estas conversaciones. Pero su neutralidad implica fundamentalmente la libertad de acción hacia abajo. A decir verdad, ningún referente de peso dentro de Juntos por el Cambio se pronunció a favor de Massa. Solo el radical Eduardo Castro habló de su 'fuerte incompatibilidad ideológica con Milei', pero ahí se plantó.

Los que no se mantuvieron neutrales, salieron a apoyar abiertamente a la ola violeta. Fue el clima que se respiró en esa tribuna del Barrena Guzmán, con la bandera de los hermanos Orrego agitada al compás del '¡Sí se puede!'.

Que Marcelo mantenga su estricta neutralidad es natural frente a una realidad innegable. Vendrán tiempos difíciles. Lo dijo delante de las cámaras el viernes. Gane quien gane, el inicio de la gestión estará marcado por la escasez de recursos. Cuidar la institucionalidad futura es sideralmente más importante que dejarse llevar por las pasiones políticas. Incluso, más importante que el antikirchnerismo que cohesiona a La Libertad Avanza con Juntos por el Cambio.

De todas maneras, la neutralidad del gobernador deja liberadas las voluntades para sumarse a la fiscalización del comicio. Y ese es uno de los aspectos críticos del ballotage. Si las encuestas están en lo cierto, será un final muy ajustado. Por lo tanto, la custodia de cada voto será decisiva el próximo domingo. El 'aparato' que logre desplegar cada competidor podría ser determinante para el resultado final.

En Unión por la Patria confían en que Orrego siga transitando por el medio. Cuentan con que el gobernador electo no ponga a disposición de Milei su estructura territorial. Saben que hay algunos sectores del bullrichismo que están colaborando. Pero entienden que el poder real reside en Marcelo. Lo seguirán observando, mientras de fondo suena el coro macrista que augura el cambio total.


JAQUE MATE