En San Juan, la mayoría de los dirigentes de Juntos por el Cambio silbó bajito cuando Mauricio Macri y Patricia Bullrich se subieron a la campaña libertaria. Solo una parte del bullrichismo más duro salió a militar el voto por Javier Milei y a despotricar contra los neutrales, siempre dejando a salvo a Marcelo Orrego. Nuevamente el gobernador electo se convirtió en el garante de un microclima. Otra vez logró blindarse contra la implosión amarilla a nivel nacional.

Ya sucedió durante los largos meses de interna entre Patricia y Horacio Rodríguez Larreta. Mientras en Ciudad Autónoma se tiraban con munición gruesa, Orrego encontró la alquimia para dejar pasar los balazos sin sufrir ni un rasguño. El 2023 quedará en su registro como el año en que se convirtió en gobernador, pero también el más difícil por los conflictos porteños importados.

La debacle cambiemita le costó a Orrego quedarse sin senador. Emilio Achem no entró al Congreso aunque tuvo corte de boleta a favor suyo, debido al bajísimo rendimiento de Bullrich. Patricia no lo ayudó. La candidata presidencial no logró retener el voto de Larreta en San Juan como no consiguió hacerlo en el resto del país.

El drama de la eliminación el 22 de octubre les duró muy poco. Apenas 48 horas después de la derrota, Patricia ejecutó la partitura de Mauricio y anunció su total respaldo a Milei. Se cortaron solos, sin consenso previo con el PRO, mucho menos con los aliados -o ex aliados- de la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica. El saldo fue previsible: la ruptura de Juntos por el Cambio.

El espacio que gobernó la Argentina hasta 2019 llegó de esta manera a los 40 años de democracia. Fue incómodo para Orrego tener que enfrentar a la prensa local por primera vez desde el 22 de octubre, en los jardines de Casa de Gobierno el lunes pasado

Tuvo que dar su parecer sobre el caos interno en la alianza opositora. Con habilidad, habló más de lo que debiera ser que de lo que opina personalmente. Dijo que Juntos por el Cambio necesita conservar su rol opositor, porque es el lugar que le dio la ciudadanía en las urnas. Pero evitó condenar la actitud separatista de Patricia y Mauricio que generó el cisma amarillo.

En una tónica similar se expresó el senador Roberto Basualdo, también invitado al acto por los 40 años de democracia. El promotor político de Orrego intentó bajarle el dramatismo a la crisis de Juntos por el Cambio. Sostuvo que están todos juntos en el Congreso, aunque las noticias que llegan desde Buenos Aires indiquen lo contrario.

Hasta ahora solo Orrego y Basualdo han hablado en nombre de Producción y Trabajo, el partido que gobernará San Juan desde el 10 de diciembre. Ningún otro referente de este espacio político emitió una sola palabra en medio de la tempestad, como sí lo hicieron los socios. Uno de los primeros fue el radical Eduardo Castro

En Banda Ancha el presidente de la UCR manifestó que tienen una profunda incompatibilidad ideológica con Milei. No apoyarán a Sergio Massa tampoco, pero jamás podrían acoplarse mansamente a la estrategia que intentó imponerles Macri.

También fue categórico en el rechazo a la alianza macrista-libertaria el presidente del GEN, Marcelo Arancibia. 'Macri y Bullrich decidieron hacer una nueva alianza de extrema derecha', acusó el ex candidato a gobernador. Además dijo que Patricia lo decepcionó por su actitud inconsulta.

Pero tal vez el testimonio más revelador haya sido el del mismísimo presidente del PRO en San Juan, Enzo Cornejo. Hizo malabarismos para no quedar pegado con su presidenta partidaria, Bullrich, sin cuestionarla abiertamente

Es uno de los resabios de aquella interna entre halcones y palomas. La primera opción de Cornejo fue Horacio, no Patricia. En este contexto de derrota y repentino romance con Milei, las diferencias en el PRO volvieron a quedar expuestas. La vicepresidenta del partido amarillo, Verónica Benedetto, fue implacable.

En Banda Ancha dijo que acompañará el cambio que representa Milei. Pero también denunció traiciones contra Patricia en las elecciones generales. A esa deslealtad atribuyó que no fuera posible retener los puntos larretistas. Fue un tiro por elevación contra Cornejo. Finalmente Benedetto consideró que votar en blanco o impugnar el voto es funcional a Massa.

Esto último sonó muy parecido a un reproche hacia Orrego y su postura prescidente. Pero no. Tanto Benedetto como el resto de los halcones más rústicos cuidaron milimétricamente sus expresiones. Con el gobernador electo nadie se metió.

Así actuó el ex precandidato a senador Juan Domingo Bravo, elegido por la propia Bullrich para integrar la boleta en las primarias. 'Hoy hay que ayudar a que Milei llegue a la presidencia de la Argentina', dijo Bravo en Banda Ancha la semana pasada. 

No es la postura de Orrego. Sin embargo los halcones a coro justificaron la prudencia del gobernador electo. A fin de cuentas, todo el mundo sabe que tendrá que entenderse con el próximo titular de la Casa Rosada, independientemente de su pertenencia. 

Son militantes fervorosos, pero no comen vidrio. Harán todo lo posible para bloquearle la victoria a Massa, pero no pretenderían jamás que Orrego se suba a ese tren. En ese mismo sentido se expresó Mario Capello al decir que la decisión de los gobernadores electos le pareció prudente.

Gran dilema el de los radicales como Capello, que están interpelados por la alianza macrista. Macri los puso en el dilema de acompañar a Milei, haciendo oídos sordos a las descalificaciones históricas del libertario contra la UCR. Contra Raúl Alfonsín, especialmente. 

'Estoy pensando entre votar a Milei o abstenerme', dijo Capello en Banda Ancha. Fue el referente de Bullrich en minería. Posiblemente hubiera ocupado un lugar en el gabinete. ¿Terminar con el peronismo/kirchnerismo es suficiente motivo para llevar al libertario anarco-capitalista al poder?


JAQUE MATE