Entre otras valiosas enseñanzas, el 2020 demostró algunos patrones de comportamiento de la pandemia. Vale la pena repasar uno en especial, para entender el escenario que enfrenta Argentina y especialmente San Juan. La peste entró por Ezeiza y otros aeropuertos internacionales. Vino en avión desde el exterior. Atacó primero a las grandes capitales, los centros más poblados. Y luego se fue diseminando de manera progresiva hasta llegar al pueblo más recóndito de la geografía nacional.

Si se aplica ese mismo modelo de expansión a 2021, habría que dimensionar lo sucedido este miércoles. A las 7.42 de la mañana, apenas despuntaba el día, el gobierno de Córdoba informó oficialmente que había detectado dos casos de Covid 19 correspondientes a la variante de Reino Unido y otro caso más correspondiente a la variante de Manaos. Son más contagiosas que las conocidas en Argentina hasta ahora. Se materializó el peor de los temores.

Los casos cordobeses fueron diagnosticados en personas que regresaron de viajes al exterior, provenientes de países donde hay circulación comunitaria de esas nuevas variedades. Sin el ánimo de ser tremendista, eventualmente se detectará el primer caso en San Juan. No hace falta apelar a la adivinación, sino simplemente mirar el antecedente. El primer positivo en Argentina fue diagnosticado el 3 de marzo de 2020. En la provincia sucedió el 28 de marzo.

Aunque el arribo de las nuevas variantes sea motivo suficiente de preocupación, el Ministerio de Salud de Nación y también el de San Juan están en alerta por el inminente descenso de temperaturas. Es prácticamente inevitable que junto con la temporada otoño-invierno, que comenzará el próximo domingo, despegue nuevamente la curva epidemiológica

La segunda ola es una realidad, dijo la ministra Carla Vizzotti esta semana en una rueda de prensa. No sonó a derrota anticipada sino a blanqueo de una realidad que no se puede ocultar. Por eso urge la llegada de vacunas para inmunizar a la mayor cantidad de personas de grupos de riesgo. Si no se pude frenar el contagio, el objetivo de mínima es reducir la mortalidad. Y para ello la aplicación de dosis es clave.

Se aguarda para el viernes la llegada de otras 500.000 vacunas Sputnik V. El número es importante, pero en el contexto poblacional y territorial argentino, sigue siendo una cifra discreta. Alcanza apenas para mantener activos los vacunatorios pero no parece que vaya a acelerarse de manera determinante el proceso. En paralelo, se endurecerán los controles en el ingreso al país para demorar todo lo posible la entrada de las variantes nuevas. Resultará complejo, estando al lado de Brasil.

La variante P.1 de Manaos ya circula en más de 25 países. Es más transmisible que las conocidas en Argentinas hasta el momento y ocasiona la reinfección de personas que ya se habían recuperado de Covid 19. Parece un chiste de mal gusto.

El rebrote ya no solo es un tema del Hemisferio Norte, que está despidiéndose del invierno, sino que empezó a azotar a los países de la región. Según publicó Página 12, durante el último mes los casos diarios se incrementaron un 110% en Paraguay, un 80% en Uruguay, un 50% en Brasil y un 35% en Chile. Sí, también en Chile, donde la vacunación ha sido récord. Esto demuestra otra gran verdad: la inmunización no detiene el contagio, sino que atenúa los efectos de la enfermedad. Por lo tanto, aún con vacuna hay que extremar los cuidados del distanciamiento social.

En Uruguay el presidente Luis Lacalle Pou suspendió la obligación de asistir a clases presenciales en todos los niveles educativos a partir de este miércoles, debido a la fuerte escalada de casos. Lo resolvió el mandatario más admirado por la oposición a Alberto Fernández. Cuando la situación sanitaria se torna compleja, las recetas terminan siendo las mismas más allá de las diferencias ideológicas. A nadie le resulta grato cerrar las escuelas, pero la amenaza sigue latente.

Este racconto informativo no se condice con el presente sanjuanino. Este miércoles no hubo un solo fallecido por Covid 19 y apenas se registraron 73 casos positivos, contra 219 testeos negativos. Hay poco más de 4000 personas cursando la infección en este momento, pero solo 55 internadas, 33 en terapia intensiva y apenas 9 conectadas a respirador artificial.

Que el retardo no sea motivo de engaño. La pandemia se explicó a sí misma. Ya dio dos vueltas al mundo. Ahora le toca el turno a esta latitud. Solo que esta vez la humanidad tiene una gran ventaja: sabe cómo reducir al mínimo el riesgo de contagio. Dependerá del gobierno acelerar definitivamente la vacunación. El resto, nuevamente, quedará atado a la conducta de cada uno.


JAQUE MATE