No es altruismo simplemente o buena predisposición lisa y llana, en absoluto. La decisión del gobierno provincial de afectar algo más de 200 millones de pesos del presupuesto para asistir a los 19 municipios, sin distinción de color partidario, para atender un nuevo aumento de sueldos, es sobre todo una jugada política en línea con la de hace una semana. El objetivo es resguardar la paz social, poniéndose delante de los acontecimientos. En este caso, una inflación voraz.

Una primera observación es imprescindible. Los 202 millones de pesos son una cifra despreciable dentro del volumen del presupuesto 2022 de la provincia, que superó los 246 mil millones de pesos cuando se hizo la previsión original sin el ajuste por inflación que corrió todos los números hacia arriba con el paso de los meses.

En esta medida, 202 millones no representan mayor esfuerzo para las arcas provinciales. La suma, aún así, será muy bienvenida por los intendentes, por los más holgados y los más ajustados en materia de grillas salariales. Sobre todo, teniendo en cuenta que esta ayuda extraordinaria, a diferencia de la que recibieron en junio, vendrá por fuera de la coparticipación.

Hace tres meses el primer auxilio que les envió la provincia a los intendentes fue en nombre del Fondo de Emergencia Municipal o FEM. Es una reserva que se detrae de la coparticipación para afectarla, como su nombre lo indica, a casos de emergencia. Hasta ahora siempre se había activado por circunstancias naturales: lluvias, la mayoría de las veces. Bueno, en esta oportunidad la emergencia estuvo dada por la economía.

En aquel entonces el opositor Fabián Martín esbozó un reproche hacia Sergio Uñac porque esperaba que la ayuda para aumentar salarios viniera por afuera de los recursos coparticipables. Y efectivamente el FEM ya les pertenecía a los municipios legalmente. Bueno, llegó el día. Los 202 millones de esta oportunidad vendrán por afuera y se van a transferir en lo inmediato.

La nueva partida anunciada por la ministra de Hacienda, Marisa López, para asistir a los 19 departamentos incluirá a Rivadavia, a Santa Lucía y a 9 de Julio, los tres distritos administrados por jefes comunales de Juntos por el Cambio. Esos recursos saldrán directamente de las arcas provinciales, por eso tendrán que pasar primero por la Legislatura. Su aprobación será un trámite, por cierto.

Los 202 millones de ahora se sumarán a los 700 millones ya afectados del FEM en junio, totalizando 902 millones de pesos adicionales para los intendentes como ayuda para aumentar salarios. Con esta asistencia, los 19 departamentos quedarán en condiciones de igualar las condiciones de la administración pública provincial, cerrando el año con una suba de sueldos del 100 por ciento.

En cualquier otro contexto sería una muy buena noticia. Pero no en los tiempos que le toca transitar a la Argentina, cuando todavía hay altas probabilidades de que la inflación alcance esa cifra de tres dígitos en diciembre. Una locura, pero una locura cada vez más factible.

Algunos consultores privados están ubicando el índice de precios al consumidor de septiembre bien por arriba del 6 por ciento. El impacto de la 'segmentación tarifaria' en la energía también se hará sentir hasta fin de año. Son todos factores poco alentadores, en una carrera que escapa a los resortes de la provincia. Las variables de la macroeconomía están atadas directamente a la Casa Rosada.

Aún así, San Juan tiene una ventaja comparativa: hay recursos para actuar preventivamente. Como ya se planteó en esta columna hace una semana exactamente: no son solo salarios, es política. El gobierno de Uñac pudo escudarse en los porcentajes y dejar para más adelante el tema sueldos, porque en definitiva con el aumento de junio todavía los estatales están 10 puntos arriba de la inflación. Sin embargo se optó por retomar la iniciativa, ponerse por delante de los acontecimientos. Hasta ahora la estrategia funcionó.

Nuevamente hubo un levantamiento de docentes autocovoncados que desconocieron el acuerdo entre el gobierno y los sindicatos. Rechazaron el 35 por ciento dividido en cuatro cuotas, aunque les garantiza un 100 por ciento de mejora hasta diciembre. Ejecutaron un paro con alto acatamiento el viernes pasado y se movilizaron frente al Centro Cívico reuniendo una cantidad importante de manifestantes. 

La respuesta de Uñac fue indubitada. Les contestó que la provincia hizo su máximo esfuerzo y que 'día trabajado, día pagado'. La postura oficial provocó mayor malestar en ciertos sectores pero este martes por la tarde la segunda marcha fue visiblemente menor. Puntos suspensivos. La siguiente prueba será cuando convoquen a huelga, ahora con la certeza del descuento del día.

Es entendible el enojo, porque en verdad la inflación asfixia las economías familiares. La remarcación en las góndolas de los supermercados resulta por momentos sorprendente. Pero ese flagelo no es exclusivo de los docentes. El deterioro del poder adquisitivo afecta a todos los salarios, públicos y privados. Entonces, en términos comparativos, quienes hoy dependen del Estado pueden exhibir niveles de actualización razonables.

La sabiduría popular lo resumiría de la siguiente manera: mal de muchos, consuelo de tontos. La situación es delicada para todos. Cada sector saldrá a defender sus propios intereses. Es inherente a la naturaleza humana. Sálvese quien pueda.

Gatillar una partida extraordinaria para los 19 intendentes y no dejarlos librados a su suerte es parte de la estrategia provincial. Una inversión para el corto y mediano plazo. Ponerle paños fríos al humor social sin importar quién sea el pagador de salarios parece una medida acertada. Porque cuando el clima se vuelve tan combustible, una chispa será suficiente para detonar todo.


JAQUE MATE