Si no hubiera cambios de última hora, el próximo jueves Sergio Uñac y José Luis Gioja se mostrarán juntos por primera vez en años, empujados por la necesidad mutua de salvar al peronismo. Preparen la cámara, porque ya tienen hotel.

En apenas 41 días, seis semanas, llegará la elección definitiva. El justicialismo se jugará la última chance de permanecer en el poder. Si Sergio Massa no lograra entrar en el balotaje, la carrera habrá terminado ese mismo día. Estocada final, tras haber perdido el gobierno provincial y el municipio de Capital.

Massa será finalmente el paraguas unificador para Uñac y Gioja. Y para varios más que vienen satelitando por afuera de esta interna de dos.

Precisamente de esta órbita externa al uñaquismo y al giojismo surgió la confirmación: el gobernador y el diputado nacional se mostrarían en público el próximo jueves en el Hotel Provincial. Lugar icónico, si se tiene en cuenta que fue el escenario elegido para el lanzamiento del Frente Todos en 2019.

La política está llena de cábalas. El peronismo, mucho más.

Uñac y Gioja ya tuvieron un encuentro cara a cara hace un par de viernes. La cumbre, reservada, trascendió primero periodísticamente y luego fue confirmada en Banda Ancha por Luis Rueda y por Mauricio Ibarra. Ambos voceros se privaron de abundar en detalles. Simplemente coincidieron en que la reconciliación resulta impostergable.

El viernes pasado, durante la inauguración de una plaza en el Barrio San Francisco, el intendente chimbero Fabián Gramajo también se refirió fugazmente al reencuentro entre el gobernador y el diputado nacional.

'Ese rollo es largo, largo largo. Son varias fotos que debemos tener de la unidad', reflexionó el fundador de la línea 'San Juan te quiero'. ¿Qué quiso decir? Que de nada serviría una pose para redes sociales si luego no hubiera un correlato político que le dé sustento. 

En otras palabras, la unidad no significa mostrarse uno al lado del otro, sino arremangarse y salir a militar en el territorio. No les sobra absolutamente nada. Hoy la prioridad es sostener a Massa para que no se caiga del segundo puesto que empiezan a cantar las encuestas, para darle la oportunidad de llegar al balotaje del 19 de noviembre.

Por supuesto, habiendo ganado Uñac la primaria del 13 de agosto, este trabajo mancomunado por Massa lo favorecerá indirectamente. Si Unión por la Patria sobrevive, eso implicaría garantizarle al menos una banca por la minoría al gobernador en el Senado.

Será resta para el peronismo, pasar de los dos senadores actuales, Rubén Uñac y Cristina López, a tan solo uno. Pero no es el peor escenario imaginable. En un reparto de tercios, la medalla de bronce implica directamente caerse del podio. Para Uñac y para el peronismo significaría desaparecer de la Cámara Alta. Impensable hace apenas dos meses.

La derrota del 2 de julio y el tercer lugar para el uñaquismo en el escrutinio definitivo hizo estremecer el statu quo del PJ. El gobernador logró equilibrar un poco las cargas cuando derrotó a Juan Carlos Gioja en la PASO por las candidaturas legislativas nacionales. Hoy la interna está en el aire. Puede posponerse, frente a la urgencia del 22 de octubre.

Esta metamorfosis del ordenamiento justicialista le da marco a las conversaciones. Ya no es un tema que pueda resolverse entre Uñac y Gioja, solamente. Hay otros actores necesarios en una mesa un poco más larga y sin cabecera única, porque los liderazgos están puestos en crisis.

Esta es la mesa que se construye por estas horas, para ofrecer la esperada foto de unidad el próximo jueves en el Hotel Provincial. ¿Quiénes deberían estar junto a Uñac y a Gioja? ¿Cuál sería la ubicación de cada uno de los actores? Como es sabido, más cerca de los extremos se interpreta como menor jerarquía. Más proximidad con el arreglo floral del centro, mayor peso en la consideración interna.

Gramajo demandará su lugar ahí. Ha sido interlocutor tanto de Uñac como de Gioja. Está lanzando su propio espacio 'San Juan te quiero', con aspiración de sostener su proyecto provincial. Franco Aranda también tendrá su asiento cerquita del eje, coronado como presidente del Frente Renovador y, por lo tanto, referente oficial de Massa en San Juan.

Los intendentes ganadores del 14 de mayo también tendrán alguna ubicación expectante. Son el último reducto del peronismo caído. Carlos Munisaga quedó súbitamente elevado en la estantería peronista, al tener las llaves de Rawson a partir del 10 de diciembre. 

Será interesante observar el rol de la chimbera Daniela Rodríguez también. Aunque se presentó como continuadora del proyecto de Gramajo, la nueva intendenta empezará a mostrar su impronta en breve. Y al norte de avenida Benavidez el peronismo conserva un sostén imprescindible para los tiempos que vendrán.

En materia de municipios también tendrá un papel trascendente el pocitano Fabio Aballay, tal vez el último uñaquista puro con chances de prolongar la vida interna de este espacio. No olvidar a la caucetera Romina Rosas, que este año y contra los malos augurios de algunos compañeros logró la reelección. O el jachallero Matías Espejo, que barrió con otras expresiones de su departamento y podría convertirse en el cacique del Norte.

Los jefes comunales tendrán lo suyo para decir, articulados en la Liga de Intendentes Justicialistas. Serán el frontón para el gobernador electo, Marcelo Orrego. Tendrán autoridad para decir dentro del PJ cuál es el rumbo preferido, en plan de reconstruir el contrato social roto.

Preparen la cámara, Uñac y Gioja ya tienen hotel. Y muchas cosas por resolver en poco tiempo.


JAQUE MATE