En dos lunes, los bloquistas tendrán que presentar listas para disputar la conducción partidaria. Si se descuenta el fin de semana súper largo de Carnaval, quedará apenas un puñado de días para desactivar la interna que tensiona a los correligionarios en un momento de suma debilidad.

Luis Rueda buscará la reelección por cuatro años. Cuenta con algunos acuerdos internos. A sus colaboradores históricos como el chimbero Andrés Chanampa y el capitalino Alfredo Nardi, le sumó la alianza con Graciela Caselles. En frente entró en ebullición el sector enfurecido con el romance fallido con el PJ uñaquista.

Alejandro Bravo está operando en este otro espacio. Su hermano Juan Domingo esperaba por estas horas un fallo judicial que le restituyera la afiliación revocada, para poder competir. Su regreso sería con tono de revancha.

Fue nada menos que el elegido de Patricia Bullrich como precandidato a senador en 2023. Tiene llegada directa con la ministra de Seguridad de Javier Milei. La diputada nacional María de los Ángeles Moreno, que entró en el lugar de Susana Laciar, fue puesta también por Bravo cuando se conformó la lista en 2021.

Aparte está Pedro Medina y su aspiración perenne de conducir. La mayoría de las veces se quedó en el intento. Esta vez no se trata de Medina o de los Bravo estrictamente, sino de los sectores disconformes con Rueda que puedan cambiar de camiseta por lo bajo y salir a la luz al momento de presentar las listas.

Por eso Rueda habló de unidad este miércoles en la reunión del Comité Central. En esta cuenta regresiva, su apuesta será desactivar los malestares internos. Alejandro Bravo mandó un mensaje: están dispuestos a negociar. Pero la condición sine qua non es cortar la dependencia política con Sergio Uñac y empezar a entenderse con Marcelo Orrego.

'Al fin y al cabo, el bloquismo siempre fue pragmático', dicen tras bambalinas. La pregunta es la siguiente: ¿Es Rueda quien mejor puede dialogar con Orrego luego de su historia de fidelidad absoluta con Uñac? Cada quien tendrá su propia respuesta.

La fuerza centenaria quedó reducida luego del 2023 electoral. Apenas dos intendencias y tres diputaciones en la Legislatura Provincial, más unos pocos concejales y la expectativa de algunos contratos es el capital que les queda. Es el balance que tiene Rueda ante sus ojos. El saldo de sus decisiones.

Rueda jugó a fondo con Uñac y alineó el partido con la candidatura presidencial de Sergio Massa. Este capítulo, el nacional, fue el que provocó las mayores tensiones.

El ahora ex presidente de la Juventud Bloquista, Julián Gómez, se desmarcó del mandato partidario y militó abiertamente por Javier Milei. Su berrinche quedó opacado por el portazo que pegó la ahora ex vicepresidenta, Laura Adámoli. El motivo fue el mismo: la disidencia con las resoluciones del ruedismo.

A pesar de todo, Rueda tiene un bloque de tres diputados en la Legislatura. Tres que son pocos, pero pueden resultar estratégicos. Para Uñac significan conservar su mayoría parlamentaria propia. Su poder de fuego quedaría reducido de 19 a 16 votos.

Para Orrego, acordar con el bloquismo significaría sacarse de encima el peso del uñaquismo en el recinto. Esta hipótesis está en todos los borradores.

Los dos diputados que comparten bancada con Rueda, el zondino Miguel Atampiz y el iglesiano Gustavo Deguer, han mantenido conversaciones personalísimas con el presidente de la Cámara, Fabián Martín. Rueda intervino apenas se enteró. Su peor pesadilla sería ver alguna votación fracturada por acuerdos que se le escaparon de entre los dedos.

Aparte están los intendentes. Tanto Juan José 'Colo' Atampiz, de Zonda, como Jorge Espejo, de Iglesia, tienen necesidades presupuestarias que solo la provincia puede satisfacer, en un contexto nacional que bajó todo lo referido a obras públicas.

Por ahora Rueda conserva el vínculo directo tanto con Atampiz como con Espejo. Los cuenta a su favor en la interna bloquista.

El angaquero Carlos Maza, derrotado en Angaco por el justicialista José Castro cuando intentó la reelección en 2023, buscó refugio como funcionario de Juan José Orrego en Santa Lucía. Su pase fue escandaloso por lo repentino. Imposible de disimular.

Sin embargo, Rueda le dio el ok a Masa para que integre la futura conducción partidaria. ¿Significa esto que el nuevo bloquismo empezaría los trámites de divorcio con el justicialismo?

Con un partido en terapia, las opciones se reducen.