Salven a Marcelo de la masacre nacional
Juntos por el Cambio terminará agradeciendo el desdoblamiento electoral. Sin decirlo en voz alta, habrá alivio por despegar a San Juan de los avatares porteños y sus indeseados efectos colaterales.
Juntos por el Cambio terminará agradeciendo el desdoblamiento electoral. Sin decirlo en voz alta, habrá alivio por despegar a San Juan de los avatares nacionales. Lo de Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri y los radicales pinta para masacre, en términos políticos claro está. Apartarse de esa sangría porteña cuanto sea posible será imprescindible para sostener el armado provinciano que parece haber encontrado sincronía debajo de la figura de Marcelo Orrego.
En lo discursivo, el espacio amarillo seguirá criticando la decisión de Sergio Uñac de anticipar las elecciones provinciales. Dirán que es un doble gasto. Que el PJ intenta escaparle a la mochila del gobierno nacional, entendiendo que la popularidad del Frente de Todos pasa por un mal momento.
Sin embargo el desdoblamiento electoral no solo le permitirá a Uñac diseñar su propia estrategia independientemente de las pálidas nacionales, sino también a Orrego y compañía. De hecho, es altamente posible que Juntos por el Cambio adquiera otro rótulo para los comicios provinciales, como sucedió en 2019 cuando bautizaron Frente Con Vos a la alianza.
Usar una etiqueta diferente permitiría ampliar el espectro de asociados. En 2019 Cambiemos venía en picada luego del fracaso económico de Macri. Sacarse de encima el sello de Juntos por el Cambio para lo provincial era lo más lógico para Orrego y compañía. En 2023 habría que reconsiderar esa medida, evaluando costos y beneficios de estar identificados con esa referencia porteña aquí en San Juan.
Por suerte para Orrego y su mesa política, Uñac traerá las elecciones provinciales al primer semestre, con intenciones de escaparle a la ola nacional. Porque si bien el 2023 llegará mejor aspectado para Juntos por el Cambio allá en Buenos Aires, la pelea descarnada entre halcones y palomas podría dejar algunos daños colaterales.
Por eso fue importante la esmerada aclaración que hizo el viernes pasado en Banda Ancha la exconcejala Eugenia Raverta, erigida oficialmente en la referente local de Patricia Bullrich. ¿Qué dijo Raverta? Que en lo provincial está todo más que bien con Orrego. Que Juntos por el Cambio no tiene fisuras aquí en San Juan.
La palabra de Raverta fue ordenadora hacia el sector de los halcones, donde están enrolados los más duros, algunos de los cuales se atreven a cuestionar el liderazgo vertical de Orrego. A los más puristas les sigue doliendo que la cúspide de Juntos por el Cambio hoy le pertenezca a un extrapartidario. A un dirigente que no integra el PRO.
Raverta, que construyó un sólido vínculo con Bullrich en 2021 y hoy es señalada por todos y todas como 'la' interlocutora, salió a poner paños fríos. No alentará ninguna escaramuza contra Orrego. Muy por el contrario.
Su definición fue valiosa, de cara a lo que viene. Orrego y su entorno más cercano, definió tácitamente el apoyo presidencial para Rodríguez Larreta. Y eso significa darle la espalda a Bullrich, de acuerdo a los términos planteados no en San Juan sino en Buenos Aires. Es la grieta dentro de la grieta. Irreconciliable.
La bullrichista Raverta fue impiadosa con el jefe de Gobierno Porteño en Banda Ancha. Dijo que Patricia tiene 'mucha más actitud' que Rodríguez Larreta. Que Pato criticó las restricciones de la pandemia desde el minuto cero, mientras Horacio compartía conferencias de prensa con Alberto Fernández. Los halcones no se lo perdonarán jamás.
A nivel nacional, Juntos por el Cambio necesitará una primaria bien amplia para laudar sus diferencias internas. A las rencillas propias del PRO se le sumó el repentino carácter mostrado por el neurocientífico Facundo Manes. El abanico amarillo percibe una chance palpable de quedarse con el poder el año que viene. Esa expectativa servirá como combustible para dar la batalla por el liderazgo del espacio.
Macri dijo que no le dará el apoyo a ninguno de sus precandidatos si ninguno ofrece una alternativa de cambio real. Y Larreta le contestó que el único apoyo que le importa es el de la gente. El sábado salió Elisa Carrió a bajarle el tono al picoteo, intentando llevar el interés de nuevo hacia el flagelo de la inflación. Tanto culebrón le baja el precio a Juntos por el Cambio y Lilita conoce bien cómo seducir electorados. Le toca a ella llamar al orden. ¡A ella!
La habitual moderación de Orrego le está sirviendo sobremanera en este contexto. Ha sido buen anfitrión de cada visita nacional que le tocó recibir. Se notó la preferencia por Larreta pero no desairó a Bullrich o a Manes. Se puso por encima de esas cuestiones con el ánimo de no dejarse manchar por barros ajenos.
Pero este clima sanjuanino apacible dependerá de una sumatoria de voluntades. No solo la vocación de Orrego por no montarse al caballo desbocado de la interna porteña, sino también la postura que asuman los halcones aquí. Por eso la definición de Raverta fue importante. Mucho.
Con las credenciales de Patricia, la exconcejala está tejiendo acuerdos dentro y fuera de Juntos por el Cambio. También lo está haciendo con Consenso Ischigualasto y puntualmente con la pata sanjuanina de Javier Milei. Todo con el aval expreso de Bullrich.
Toda esta trenza no debería interferir con la construcción del escenario electoral provincial, que depende del rumbo trazado por Orrego. Lo de Raverta siempre estará direccionado a la presidencial. Esa saludable separación de una cosa y otra solo será posible por el favor de Uñac de desdoblar comicios. Parece poco y es tanto.
Si bien es cierto que Orrego tendrá que fabricar competidores internos para encuadrarse en el sistema electoral de lemas, su liderazgo por el momento no muestra fisuras. Raverta le dio una mano grande el viernes.
La consigna entonces -y solo por ahora- podría sintetizarse con una arenga: salven a Marcelo de la masacre nacional.
JAQUE MATE