Hay una diferencia sustancial entre la elección del próximo domingo y la legislativa nacional de agosto y octubre. Esta, la provincial por la gobernación, permitirá la sumatoria de las dos corrientes justicialistas enfrentadas. Uñaquismo y giojismo podrán colaborarse a pesar de las diferencias irreconciliables. Más adelante no.

Lo determina el sistema electoral vigente. Después de las primarias del 13 de agosto solo una de las dos listas para senadores, diputados y parlamentario del Mercosur quedará en carrera. La restante podrá, entonces, arremangarse y colaborar para alcanzar la victoria en las generales del 22 de octubre. O podrá sentarse al lado del camino, como Fito Páez. Más entretenido y más barato.

Lo que suceda este 2 de julio puede ser clave para definir el futuro inmediato del peronismo sanjuanino. El advenimiento de Rubén Uñac podría significar una vuelta de página, por su carácter dialoguista. Pero para que esto ocurra, deberían suceder varias cosas antes. La primera de todas, lógicamente, sería que gane la elección y se convierta en gobernador electo.

Su hermano Sergio no dejará de ser el conductor político del proyecto. Todavía le queda mandato como presidente del Partido Justicialista de San Juan. Por las mediciones previas tiene altas chances de convertirse en senador. Pero si Rubén gana la Gobernación, habrá un reordenamiento interno.

De hecho, Sergio empezó a hacer su campaña para senador con la consigna de ponerse al servicio del gobernador, para facilitar los vínculos con Buenos Aires. Es la demostración más nítida de este giro posible en la distribución de fuerzas dentro del oficialismo.

En paralelo está José Luis Gioja, con la expectativa de dar pelea este domingo no solo por la Gobernación sino también por ese liderazgo peronista tironeado. Las diferencias son tan gruesas que la unidad forzada en Nación no tuvo correlato en San Juan. Las dos vertientes del peronismo local llegaron separadas al segundo semestre, con todo un calendario de confrontaciones por delante.

Este 2 de julio se liquidará lo provincial. El justicialismo puede retener el poder gracias a la sumatoria recíproca entre uñaquistas y giojistas. El 13 de agosto ambos sectores aportarán a la fórmula de Sergio Massa y Agustín Rossi para presidente y vice, pero solo una lista quedará en carrera para la general del 22 de octubre. La pregunta necesaria es la siguiente: ¿quienes voten a Juan Carlos Gioja para senador, votarían por Sergio Uñac dos meses después? El mismo interrogante aplica en el sentido inverso.

A esta altura, el voto de unos parece incompatible con el voto de otros. La fractura tuvo un remiendo acordado en la Legislatura: el Sistema de Participación Amplia y Democrática o SIPAD. Más comúnmente conocida como Ley de Lemas. Pero ese régimen de colaboración mutua en la discrepancia no se repetirá en adelante.

Por eso será clave para el oficialismo el día después del comicio provincial. Si gana el Frente San Juan por Todos, el vencedor podrá apropiarse de la victoria o compartirla con la otra subagrupación y reconocerla como un triunfo colectivo. Tener ese tipo de diálogo hasta ahora fue inviable. Tanto así, que terminaron inscribiendo listas paralelas detrás de la misma fórmula para presidente y vice.

Si José Luis Gioja no gana las elecciones del domingo, le quedarán cinco meses y días para despedirse de su banca de diputado nacional y de la función pública. Lo mismo le sucederá a su compañero de fórmula, Fabián Gramajo, en plena transición para despedirse de la Intendencia de Chimbas. ¿Tendrían eventualmente algún lugar en el esquema de Rubén? ¿Serían interlocutores mínimamente?

Si el PJ no ganara el domingo, se abrirá un fuerte debate interno. Habrá cuestionamientos cruzados. Pero es un escenario que no se está figurando Sergio Uñac. El gobernador recibió una fuerte inyección de optimismo el 14 de mayo, cuando supo los resultados de la elección legislativa y municipal.

De cualquier modo, aún en una hipótesis de continuidad, Sergio le entregará los atributos de mando a su hermano Rubén. De mínima, habrá un cambio de estilos. El ministro de Gobierno, Alberto Hensel, lo describió este martes en Banda Ancha. Dijo que el mayor de los Uñac tiene modos más pausados y que eso posiblemente revela una mayor escucha. También destacó su 'capacidad de análisis'.

A Rubén históricamente le tocó la tarea que no se ve. Fue el articulador político de Sergio. Es un oficio no siempre bien valorado puertas afuera, pero vital para sostener cualquier proyecto. Cada espacio tiene operadores sin los cuales no funciona. Es un rol inherente a la construcción del poder.

En este sentido, vienen tiempos de afinar el pulso. Lo dijo la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner el lunes en su primera aparición pública junto a Massa, en Aeroparque. Habló de la comprensión de textos y la comprensión de contextos. A veces el principismo debe ceder al pragmatismo. Nunca es fácil. El kirchnerismo duro sigue intentando digerir la resignación de Wado De Pedro

Favorecido por el contexto, el massismo escaló posiciones. El presidente del Frente Renovador en San Juan, Franco Aranda, reconoció este martes en Banda Ancha que todavía no habló con Sergio Uñac sobre la candidatura de Massa. Sí lo hizo con José Luis Gioja, con quien están militando a fondo este último tramo de campaña provincial. Precisamente esta división local es la que entorpece la bajada de la pretendida unidad nacional.

Aranda no descartó sentarse 'en algún momento' con el gobernador para 'intercambiar miradas'. Si sucede, será después del 2 de julio. Más que nunca, empujados por el contexto.


JAQUE MATE