Tiempo de revancha
Emilio Baistrocchi implora una tregua y apuesta todo a 2022 para mostrar lo que la pandemia primero y la campaña después le truncaron. ¿Qué mediación le pidió a Uñac?
Tiempo fuera. O como se decía en la infancia: 'pido gancho'. Algo así estaría necesitando por estos días el intendente de Capital, Emilio Baistrocchi, a juzgar por sus declaraciones este jueves en Banda Ancha. En verdad, está esperando una tregua que le permita administrar el municipio con cierta normalidad antes de que lo sorprenda el 2023 y la inevitable carrera por la reelección.
'Nosotros al 2023 no lo vemos tan cercano', dijo Baistrocchi casi como una manifestación de deseo. Cada vez que se anticipan las especulaciones y jugadas políticas referenciadas en las urnas, paga el costo el que gestiona. Por esa razón es una regla más o menos generalizada que quienes están al frente de los municipios prefieren no tocar el tema hasta que llegue la hora precisa.
Baistrocchi admitió que al 2022 lo ve como 'el año que precede a la tormenta'. No fue una exageración, en absoluto. Transitando apenas su primer mandato, tendrá la oportunidad de ir por un segundo, siempre y cuando aparezca competitivo en las encuestas de imagen e intención de voto. Caso contrario, tendrá bien a mano el antecedente de Franco Aranda, quien tuvo que hacerle frente a la derrota en la primaria de marzo de 2019.
El intendente capitalino se mostró enérgico en la postura de eliminar las PASO. Todo lo que sea generar clima electoral conspira contra el normal desarrollo de la tarea, visto desde su sillón comunal. Achicar las campañas, las especulaciones y -hay que decirlo- las conspiraciones, siempre será un objetivo deseado por los oficialismos de turno. Baistrocchi no es la excepción.
Para el exministro de Gobierno, como todos los intendentes que les tocó debutar el 10 de diciembre de 2019, las cosas se presentaron difíciles desde el comienzo. Apenas tres meses habían transcurrido cuando llegó la pandemia al país y con ella el confinamiento estricto que despedazó toda la planificación. Las promesas de campaña tuvieron que esperar. Los recursos debieron focalizarse en la adquisición de indumentaria para el personal esencial, desinfectantes y muchos tapabocas.
'Quedate en casa' significó reducir al mínimo el ritmo del aparato administrativo. Los expedientes se ralentizaron hasta el límite de lo tolerable. La razón de fuerza mayor le pasó por encima a todo y a todos. El 2020 quedó para la historia como el año que el planeta se detuvo. La Ciudad de San Juan también sufrió las consecuencias. Pero 2021 comenzó con la esperanza de las vacunas. También la segunda ola de contagios. Y otra vez el confinamiento.
Ahí nomás llegó el semestre electoral. Aunque las primarias se aplazaron de agosto a septiembre, igualmente desde muy temprano empezaron los movimientos políticos para acometer una parada que se sabía iba a ser muy difícil para los oficialismos, luego del desgaste propio por la pandemia y las consecuencias nefastas en la economía. La estrategia del gobernador Sergio Uñac para contrarrestar el malhumor fue ofrecer su gestión y la de los intendentes en plebiscito.
Entonces a Baistrocchi le tocó militar una campaña que lo puso en una incómoda posición: tener que rendir cuentas anticipadamente y en un contexto excepcional. El resultado del 12 de septiembre fue ingrato para el Frente de Todos en el municipio. Terminaron casi 23 puntos abajo. Podía ser peor. Efectivamente, el 14 de noviembre la diferencia creció hasta los 28 puntos.
'Evidentemente nos han pedido que cambiemos, que mejoremos cosas. Y una es que dejemos de estar tanto tiempo con la cabeza en la política y más en generar resultados', analizó el intendente. 'No se tocó nada que tenga que ver ni con la gestión provincial ni municipal en esta campaña. Lejos de plebiscitar la gestión, el foco se puso en otro lado', sostuvo.
Si 2020 fue el año de la pandemia y 2021 fue el año de las elecciones, la apuesta de Baistrocchi estará focalizada en 2022, con los dedos cruzados para que no sucedan imprevistos. De las concreciones que pueda exhibir el año que viene, dependerá buena parte de la consideración que gane entre sus vecinos. Es consciente de ello.
Tiene un par de metas a la mano. La primera de ellas será terminar diciembre con el ciento por ciento del departamento con luz blanca. La segunda será comprar unos 400 contenedores para automatizar toda la recolección de residuos en los últimos barrios que quedan. Aún así, Baistrocchi verá llegar su tercer año de mandato con las grandes promesas iniciales aún pendientes: la construcción del gran parque botánico en el predio donde se ubicaba el matadero; la construcción de bicisendas hasta en el microcentro; y la remodelación integral de la Feria y Mercado de Abasto.
Estos tres proyectos monumentales, que exceden ampliamente las posibilidades presupuestarias del municipio, cuentan con la aprobación de financiamiento nacional. Pasaron todas las etapas administrativas y obtuvieron el visto bueno final. Sin embargo, termina el año y los fondos no llegaron. El intendente le pidió al gobernador una acción política de buenos oficios en Buenos Aires, para destrabar los recursos misteriosamente demorados.
Si se suprimen las PASO, como posiblemente sucederá, Baistrocchi apenas tendrá que enfrentar las elecciones generales en 2023 para intentar un segundo mandato consecutivo. Pero eso no significa que vaya a ganar mucho más tiempo porque hay una fuerte versión en Paula y Libertador que indica un eventual desdoblamiento de Nación. Por lo tanto, de una u otra manera, San Juan terminará sumida en la campaña en algún momento del primer semestre.
Entonces sí, tiene razón Baistrocchi cuando entiende que 2022 será el año que precede a la tormenta. Para él como para varios otros que se encuentran en su condición de debutantes en pandemia, será tiempo de revancha.
JAQUE MATE