Turcumán, el senador que no fue y el diputado que podría ser
Su lugar en ADN y en la consideración de Peluc sigue intacto. Arranca con ventaja en la carrera para encabezar la lista del año que viene.
La negativa de Martín Turcumán a ser candidato a gobernador en 2023 le costó quedarse fuera del Senado un poco más tarde. En su lugar, Bruno Olivera salió del banco de suplentes. La ola violeta lo arrastró y el resto es historia conocida. Hoy Turcumán vuelve a asomar como aspirante natural en las parlamentarias de 2025.
Este jueves en Banda Ancha el dirigente de ADN hizo una encendida defensa del modelo económico de Javier Milei con un discurso político afilado. Pero evitó lanzarse prematuramente. Hubiera sido un error. Si algo aprendió Turcumán en su intensa carrera es jugar con más frialdad y menos arrebato.
Turcumán rechazó la candidatura a gobernador en julio del año pasado, a pesar de ser el dirigente más conocido y mejor posicionado dentro del espectro libertario. Entendió que la oposición debía competir unida para no restarle chances a Marcelo Orrego frente a la poderosa dupla justicialista integrada por Sergio Uñac y José Luis Gioja.
Ante la negativa de Turcumán, el armador libertario José Peluc fabricó tres candidatos a gobernador con bajísimo nivel de instalación: Agustín Ramírez, Paola Miers y Yolanda Agüero. Su performance apenas les alcanzó para ganar una banca en la Legislatura. Una sola.
Ese comicio provincial se liquidó el 2 de julio. Ese mes había que cerrar listas para el Congreso, para acompañar a la fórmula presidencial de Milei-Villarruel. Turcumán volvió a inhibirse de competir, porque entendía que no podía aparecer repentinamente si antes se había corrido a un costado. Así lo relató luego una importante fuente partidaria.
Por pedido de los hermanos Milei, Peluc se anotó para diputado nacional. Era la categoría que más chances le ofrecía, debido al escenario de tercios que ya se anticipaba. El problema era conseguir una figura para el Senado, donde la oportunidad de victoria era más remota. La negativa de Turcumán forzó nuevamente la creatividad de ADN. Así surgió el nombre de Olivera, el contador del partido.
La misma fuente interna confesó que Bruno recibió el ofrecimiento el mismo día del cierre de listas. Y que lo aceptó de una. Luego la avalancha de votos hizo el resto. Estuvieron a punto de quedar primeros. El PJ les sacó una luz de ventaja en el escrutinio definitivo.
Al poco andar, Olivera quedó en el centro de la tormenta por haber firmado el proyecto para aumentarse la dieta de senador escandalosamente. El partido lo llamó para que diera explicaciones el viernes pasado. Convenció a medias. Turcumán intentó bajar la espuma este jueves en Canal 13. Indulgente, dijo que Bruno tal vez pecó de ingenuo. Tal vez.
¿Le van a pedir que renuncie? No está descartado todavía. Hoy la prioridad es otra: la Ley de Bases. Después se verá el asunto del dietazo. Posiblemente pase al archivo.
Los libertarios tendrán nuevas preocupaciones en el corto plazo. El mismísimo Javier lo viene manifestando en público. Están urgidos de mejorar su representación parlamentaria, para acotar la dependencia de gobernadores y aliados como el PRO y la UCR. La única manera de conseguirlo es ganar bancas el año que viene. San Juan puede ofrecer una buena oportunidad.
Peluc sigue siendo el referente más cercano a los hermanos Milei. Habla periódicamente con Karina y ocupa un lugar relevante en el bloque libertario de la Cámara Baja, aunque siempre con bajo perfil.
ADN es un partido relativamente nuevo, conformado tras la ruptura de Peluc con Producción y Trabajo. Desde el origen estuvo Turcumán. El abogado nació a la política en el PRO, en la Fundación Pensar. Debutó tempranamente como candidato a gobernador de Mauricio Macri en 2015. Su pelea interna con Eduardo Cáceres lo alejó muy rápido del espacio amarillo.
Con el sello de ADN, Turcumán volvió a ser candidato a gobernador en 2019 y también se postuló para el Congreso, aunque nunca lo acompañó masivamente el voto popular como sucedió con el advenimiento de Milei. El panorama pinta diferente para 2025.
Más allá de las conjeturas optimistas o pesimistas en torno a la figura presidencial, Milei demostró tener alta vocación de poder. Dará pelea en 2025 y su hermana está trabajando en consecuencia, armando estructura propia en todo el país. Arrancó nada menos que en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a pesar de la alianza estratégica con Macri. Fue la mayor demostración de que los libertarios están resueltos a construir con pureza.
En este esquema vuelve a asomar una oportunidad para Turcumán. Alejado voluntariamente de la campaña de 2023, retomó la exposición pública recientemente. Su lugar en ADN y en la consideración de Peluc sigue intacto. Por lo tanto, arranca con ventaja en la contienda para encabezar la lista de diputados nacionales del año que viene.
Por supuesto es muy pronto para ventilar estas conjeturas. Pero por debajo de la superficie la carrera de especulaciones ya empezó, no solo en el arco libertario sino también en el justicialismo y en el orreguismo.
Habrá que mirar a Turcumán con detenimiento.
JAQUE MATE