Ningún dirigente, sea cual fuere su responsabilidad, se puede sentir 'la última Coca-Cola del desierto', dijo el sindicalista de las estaciones de servicio Víctor Menéndez este martes en Banda Ancha. La frase hecha apunta a que nadie es irreemplazable. Sin embargo, la propia CGT ratificó otra vez a Eduardo Cabello para que siga en la conducción después de 14 años. Evidentemente la continuidad, a veces, es la salida posible.

Los sindicatos no son afines a la renovación. El cambio les cuesta bastante y habitualmente, cuando sucede, suele ser traumático. Pero el modelo les funciona. A algunos más que otros, pero les funciona. Es la receta futbolera resumida en la máxima de que 'equipo que gana no se toca'.

El modelo cegetista de continuidad se acopló perfectamente al planteo de un mandato más para Sergio Uñac en la provincia en 2023. No fue casual que en la reasunción de Cabello apareciera una decena de carteles impresos con esa consigna electoral. El arco sindical salió a jugar en el tablero previo, en el operativo clamor que ya lanzaron algunos funcionarios de primera línea. Incluido el vice, Roberto Gattoni.

Uñac por ahora no dijo nada al respecto. Ha sido su entorno, a coro, el que instaló la posibilidad de un nuevo mandato, dándole proyección al gobernador y bajando las ansiedades de los aspirantes a la sucesión. No sería el momento todavía. Si hay aclamación, si le piden otros cuatro años al pocitano frente al Poder Ejecutivo, las segundas líneas deberían cuadrarse automáticamente. Eso está pasando.

Menéndez fue uno de los sindicalistas encargados de trenzar la unidad en la CGT para que Cabello pudiera continuar liderando, sin tener que competir con una lista retadora. En Canal 13 este martes confesó que no fue fácil tejer el acuerdo, porque lógicamente hay aspiraciones por todos lados. Pero lo consiguieron y lo exhibieron como un triunfo.

Con esa lógica, Menéndez dijo que la candidatura de Uñac en 2023 debería venir enmarcada en un gran pacto de unidad con todas las líneas internas del peronismo. No no son tantas. Puntualmente se refirió al giojismo, que es el único espacio disidente.
 
'Nosotros creemos que es Uñac con una fuerte unidad en el justicialismo', dijo el sindicalista de las estaciones de servicio.  Y aclaró, por las dudas: 'Tiene que estar el sector de José Luis'. Incluso lo parafraseó al diputado nacional cuando habló de trabajar en la 'unidad hasta que duela'. Esa muletilla del diputado nacional y exgobernador para lo nacional lo persigue ahora en el armado provincial.

Si en Buenos Aires Gioja declamó la 'unidad hasta que duela' y ese criterio amplio permitió la convivencia más o menos armónica de sectores tan diferentes como el de Cristina, el de Sergio Massa y el de los gobernadores, bueno, una lógica semejante se debería aplicar en San Juan.

Menéndez fue diputado provincial en aquella Legislatura que en el año 2011 acompañó la enmienda constitucional para habilitarle el tercer mandato consecutivo a Gioja. Estuvo en la cocina de esa explosiva discusión que, hace 11 años, enfrentó a dos hermanos públicamente: José Luis desde la Gobernación y César, desde el Senado. Eso es historia.

La enmienda terminó aprobada no solo por la Legislatura sino también por una consulta popular en la que se impuso el SÍ abrumadoramente. La discusión pendiente, si Uñac finalmente resolviera ir por otro mandato, radica en la interpretación del artículo tal como quedó redactado.

Los defensores de la candidatura de Uñac entienden que su primer mandato fue el que empezó en 2015, cuando asumió la gobernación. En 2019 comenzó su segundo mandato y por lo tanto estaría perfectamente habilitado para ir por un tercero en 2023. Pero hay otra interpretación restrictiva.

Quienes se oponen a la candidatura de Uñac en 2023 le endilgan haber cumplido el primer mandato cuando fue vicegobernador de Gioja entre 2011 y 2015. Parten de la concepción de que la fórmula es indivisible. Da igual ser gobernador que vice, porque funcionan como unidad. Bajo ese punto de vista, el tercer mandato consecutivo empezó en 2019 y se agotará el año que viene.

Es un debate solapado, que asoma de vez en cuando, pero todavía no adquirió mayor sentido toda vez que Uñac no ha dicho que quiera ir por otro mandato más. El anuncio será el verdadero punto de inflexión. Y no sucederá hasta principios del año próximo. Mientras tanto, la CGT se anotó entre los que piden la continuidad del gobernador.

El giojismo no parece dispuesto a ceder. Si hay acuerdo de unidad, el mismo no incluiría que Uñac repita mandato en 2023. La otra condición sería garantizar un esquema que permita competir. Si no son las primarias, derogadas en diciembre del año pasado y luego judicializadas, que aparezca algún mecanismo semejante.

Los términos del giojismo para la unidad parecen inflexibles en cuanto a la reelección. Pero la política es el arte de lo posible. Y este año se ha presentado como la antesala muy anticipada de las discusiones que tendrán remate recién el año que viene. Hay y habrá amagues, armados y desarmados. Y armados otra vez.

En esa construcción, los gremios tendrán su papel. Si de elegir se trata, esa opción quedó clara la noche de la reasunción de Cabello. El pedido quedó impreso: 'Uñac 2023'. La meta siguiente parece ser que la candidatura tenga la menor resistencia interna. Después, prepararse para el embate opositor, esperable en un año electoral.


JAQUE MATE