Unidad forzada a prueba
Evitar el desgranamiento del voto oficialista es la consigna, en un contexto sin precedentes. Nunca antes hubo un comicio que aislara la categoría de gobernador y vice. Mucho menos hubo que cambiar de candidato a mitad de camino.
Salvo algún voluntarioso y optimista empedernido, el oficialismo espera la guadaña de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Prevén un fallo adverso que termine derribando la candidatura de Sergio Uñac y ponga al gobernador en situación de coronar algún reemplazante. Las especulaciones en las mesas de café están a la orden del día, con una batería de nombres que van desde lo razonable hasta lo inverosímil. El peronismo enfrenta nuevamente una encrucijada que pondrá a prueba la unidad forzada.
Entre líneas lo planteó este lunes en Banda Ancha el diputado nacional Walberto Allende, uno de los interlocutores políticos frecuentes de Uñac. Reconoció que hubo nuevas tensiones a posteriori de la cautelar que frenó las elecciones el pasado 9 de mayo. Las explosivas declaraciones de José Luis Gioja impactaron en el uñaquismo. Los resentimientos apenas disimulados volvieron a flor de piel.
Gioja responsabilizó al gobernador por haberse 'encaprichado' con la candidatura. Allende intentó bajarle el tono a la confrontación. 'Todos sabemos que José Luis es muy vehemente en expresar algunas cuestiones, pero son las reglas de la política', justificó el nuevejulino. Esa es su postura también puertas adentro. No son tiempos de agrandar las diferencias.
'Habrá que superar esos inconvenientes en este momento tan particular y en una elección tan particular', consideró Allende. La particularidad está dada en que cuando finalmente pueda votarse por gobernador y vice, habrá una boleta corta, de un solo paño, sin intendentes ni diputados involucrados. Por lo tanto, será uno contra otro, mano a mano. Y muy posiblemente sin Uñac en la contienda, impedido por la Corte Suprema.
Evitar el desgranamiento del voto oficialista es la consigna, en un contexto sin precedentes. Nunca antes en los 40 años de democracia ininterrumpida hubo un comicio que aislara la categoría de gobernador y vice como si fuera un ensayo de laboratorio. Mucho menos sucedió que hubiera que cambiar de candidato a mitad de camino, como eventualmente le sucederá al uñaquismo.
Si esta fuera una elección entre peronistas, la cuestión estaría resuelta. Uñac demostró su poderío en las urnas a través de sus candidatos municipales. También duplicó la cantidad de diputados proporcionales del giojismo. Son datos concretos y contrastables. Pero no es una interna partidaria lo que está en juego, sino el gobierno provincial.
Marcelo Orrego -en ausencia- ubicó a siete diputados proporcionales en la próxima legislatura. Individualmente, fue la marca más alta. En la sumatoria de la Ley de Lemas quedó relegado. Por otro lado, ganó solo 4 de las 19 diputaciones departamentales. Pero el capítulo municipal ya fue liquidado. Cuando la Corte Suprema le saque el pie de encima a la elección, se votará únicamente gobernador y vice. Y sucederá muy probablemente con un jugador menos. Una figura clave.
Esta cadena de situaciones extraordinarias pone nuevamente a prueba la unidad forzada del justicialismo sanjuanino. La Ley de Lemas fue diseñada especialmente para facilitar la convivencia en andariveles separados, con el premio final de la sumatoria para el que más votos obtenga. El 14 de mayo dejó una enseñanza valiosa en ese sentido también.
Allende atribuyó a la falta de apertura la derrota sufrida por Emilio Basitrocchi en Capital. Dijo que el criterio original de habilitar no más de tres listas por departamento terminó conspirando contra la reelección del intendente, en un distrito donde la oposición no tuvo pruritos y desplegó una variada oferta de candidatos.
Algo similar sucedió con respecto a la categoría de gobernador, donde a la par de Orrego están en carrera Marcelo Arancibia, Eduardo Cáceres y Sergio Vallejos. Del otro lado están Uñac y Gioja. Y punto. Entre los dos superaron con holgura a la oposición el pasado 14 de mayo. Pero cada día que pasa se aleja aquel escenario. La realidad no es estática.
Mucho menos cuando -valga la reiteración- uno de los dos puede quedar inhibido de participar. Entonces tendrá que asomar en tiempo récord el sustituto con el aval de Uñac. Tendrá que presentarse ante la ciudadanía como el sucesor, garante de continuidad pero al mismo tiempo con rasgos de liderazgo propio. A este desafío se le sumará la confrontación intestina. Habrá que medir minuciosamente los daños colaterales.
Nótese la omisión de nombres en esta oportunidad. Todo ensayo al respecto será muy precario, porque en definitiva hay un solo decisor y es Uñac. Los candidatos tirados al boleo caen en el descrédito del lobby. La lapicera es una. Y uno el que la maneja. El resto es rosca alimentada a pura ansiedad.
En tres miércoles el oficialismo tendrá que presentar el nuevo frente electoral para competir en las elecciones de senadores y diputados nacionales. Como conductor político, Uñac tendrá la responsabilidad de articular los diálogos. Una cosa parece atada a la otra. Si no hay humo blanco para confluir en lo nacional, eso podría impactar en el clima de lo provincial todavía no resuelto en el cuarto oscuro.
Para definir listas para el Congreso faltan todavía 25 días. Sin embargo, cuando llegue la hora de firmar el frente el 14 de junio esa conversación posterior debería estar más que encaminada. Prácticamente cerrada. Por lo tanto, el calendario ya está corriendo. Vertiginosamente.
Una vez más, la unidad forzada del peronismo sanjuanino será puesta a prueba.
JAQUE MATE