Viento de cola
La repentina estelaridad de Sergio Massa presentó una oportunidad inédita para Franco Aranda y compañía. Los planes para el mediano plazo incluyen -en caso extremo- jugar por afuera del Frente de Todos.
Más allá de las dificultades y el resultado indescifrable que enfrenta por estos días el superministro de Economía Sergio Massa, su repentina estelaridad potenció al Frente Renovador en San Juan. Puede durar poco o mucho. Por eso en el entorno de Franco Aranda apretaron el acelerador para aprovechar el viento de cola, ganar territorialidad y monopolizar la marca del presidenciable para 2023.
'Los dirigentes huelen el poder', reflexionó un alto referente del massismo sanjuanino. Fue la conclusión tras el debut del superministro. Luego de peregrinar en el desierto desde enero, cuando acometieron la tarea de refundar el Frente Renovador en la provincia, las últimas dos semanas precipitaron los contactos. Explotaron los teléfonos. Fue un reflejo directo del ascenso del tigrense en el esquema nacional.
La diferencia se sintió sobre todo en los departamentos más alejados. Antes del empoderamiento de Massa, los dirigentes de la periferia se habían mostrado más esquivos ante la figura de Aranda. Pero eso cambió. El sábado se oficializó el acuerdo con Alberto De los Ríos en Angaco, expresidente de Fecoagro que supo acompañar al exintendente José Castro.
Los que venían dudando se terminaron de decidir por razones obvias. El inoportuno festejo del Frente Renovador en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada el día de la asunción de Massa, desnudó lo que está sucediendo por lo bajo. Para el espacio político representa una oportunidad de alcance insospechado.
Claro que, como dijo el exgobernador, 'no hay que almorzarse la cena'. El superministro de Economía tiene varios frentes urgentes por resolver. La principal obsesión son las reservas del Banco Central. Para frenar la sangría de dólares, hay que atender la importación de gas, en precios sideralmente superiores a los del invierno pasado debido a la guerra entre Rusia y Ucrania.
El remedio a esa situación, antes que racionar el uso de la energía, es el retiro gradual de subsidios. Es lo que se implementará con la famosa 'segmentación tarifaria'. Pero no todo es cuestión de dólares y macroeconomía. En paralelo está el malhumor social, no solo de los sectores más vulnerables sino también de la clase media. Reconciliar al gobierno con ese segmento en la víspera del 2023 electoral es -o debería ser- una prioridad de primer orden. Valga la redundancia.
Por supuesto el problema es tremendamente más complejo que lo aquí descripto, tan apretadamente. Pero alcanza para dimensionar el desafío que tiene Massa por delante, con apoyo circunstancial de los mercados y de la coalición de gobierno. Es tan precario uno como el otro. Los mercados pueden darle la espalda llegado el momento. Los socios del Frente de Todos también.
No hay secretos en este sentido. Desde el mismo momento en que asumió Massa el pasado miércoles empezó la cuenta regresiva para exhibir resultados. Si lograra moderar la inflación y robustecer las reservas, el superministro podrá proyectarse como candidato presidencial indiscutido para 2023. Esa es la apuesta central del Frente Renovador, que se se asoció al Frente de Todos como accionista menor y luego creció su participación hasta opacar al mismísimo presidente Alberto Fernández.
Como este momento de estelaridad puede ser fugaz, para el Frente Renovador en San Juan la oportunidad es única. Desplegaron las velas para aprovechar el viento de cola al máximo. En un par de semanas presentarían la totalidad de afiliaciones requeridas por ley ante la Justicia Electoral para constituirse como partido político. Con esa formalidad podrán sentarse de otro modo en el Frente de Todos que lidera Sergio Uñac.
Ese es otro tema. Hasta el sábado pasado el diálogo entre Uñac y Aranda estaba totalmente cortado. La relación se fue deteriorando por hechos ya conocidos. La eclosión se produjo cuando el exintendente de Capital mencionó en una entrevista radial que tiene dudas sobre una nueva reelección del gobernador. Le costó la expulsión como miembro del directorio del Banco San Juan, en representación del Estado.
Aranda recibió hace algunos días la llamada de una exsenadora justicialista que pudo interpretarse como un intento de reconciliación. Fue apenas una conversación sin mayores repercusiones por el momento.
El Frente Renovador reinició su historia en San Juan en enero, cuando Aranda trajo la franquicia en nombre de Massa y con el visto bueno de Uñac. En aquel comienzo, desde Buenos Aires le dieron total autonomía al exintendente. Pusieron como ejemplo Salta, donde el massismo terminó acordando con Cambiemos. Por supuesto aquí eso sería inimaginable porque el contexto es otro.
Igualmente la sola mención de aquel ejemplo resulta inquietante. Mientras Massa permanezca como superministro de Economía del Frente de Todos, el Frente Renovador no podría hacer experimentos por fuera del oficialismo. ¿Qué sucedería si cambiaran las relaciones a nivel nacional? Final abierto.
Hoy en el Frente Renovador de San Juan estiman que desde Buenos Aires les pedirán mantener las formas del Frente de Todos. Y es la intención inicial. No por ello dejan de poner condiciones. La primera de todas es contar con un esquema de participación como las primarias abiertas simultáneas y obligatorias que quedaron transitoriamente derogadas en la provincia.
Quieren PASO para poder competir en todas las categorías. Aranda sigue siendo alentado para encabezar como candidato a gobernador. Es muy prematuro plantear una quijotada semejante, pero cuando se acerque la ocasión habrá encuestas para medir escenarios. Eso ya está decidido.
'Si tenemos que ir por fuera no lo descartamos', se atrevió a decir un importante dirigente del massismo sanjuanino. Sería la última carta. El tablero original está definido por la estrechez del presente, donde ningún espacio político está sobrado de votos, básicamente porque la sociedad está coptada por el desencanto. 'Tampoco sirve un escenario donde estemos matándonos entre todos', reflexionó la misma fuente.
El viento de cola puede durar poco o mucho. De cualquier modo, hay optimismo en el arandismo. La apuesta rindió. Su cuotaparte en el Frente de Todos se amplió inesperadamente. La decisión es aprovecharlo al máximo. Y estirar la onda expansiva todo lo que se pueda hasta 2023.
JAQUE MATE