Y un día Baistrocchi le puso política a las obras
Se había escudado todo este tiempo el intendente en su gestión, como argumento más que suficiente para pedir la reelección. Finalmente decidió jugar.
Se había escudado todo este tiempo el intendente Emilio Baistrocchi en su gestión, como argumento más que suficiente para pedir la reelección. Había rechazado una y otra vez entrar en el barro de la política. Posiblemente era consciente, desde el minuto cero, de que tendría que arremangarse y prefirió esperar hasta último momento. El tiempo llegó 17 días antes de ir a votar.
El dirigente justicialista salió a responder y lo hizo este jueves en Banda Ancha por partida doble. Se ocupó de la oposición. Dijo que no había sido él precisamente quien alguna vez acompañó al kirchnerismo sino justamente los que hoy lo están señalando con ese estigma. Ante la repregunta tuvo que identificarlos: habló de Rodolfo Colombo y Susana Laciar.
Hoy ambos son candidatos por la lista de Marcelo Orrego. Y efectivamente compartieron la boleta con Cristina en el año 2007. Fue la primera vez que una mujer llegó a la Presidencia de la Nación con el voto popular. A Colombo no le alcanzó para entrar al Congreso, mucho menos a Laciar que iba en el segundo lugar. Pero quedó esa boleta como registro histórico indeleble.
Tanto Colombo como Laciar han cuestionado distintas facetas de la gestión de Baistrocchi. Le achacaron haber acelerado el ritmo de las obras seis meses antes de las elecciones, después de 3 años de parsimonia con el pretexto de la pandemia.
Pero también adhirieron los opositores al discurso macro que les imputa a Uñac, a Gioja y al propio Baistrocchi su correspondencia con el gobierno nacional en el peor momento de la gestión de los Fernández.
La síntesis de todo eso está servida en bandeja: son parte del kirchnerismo. A los efectos de la grieta ese mensaje es altamente efectivo. Puede servir para nublar cada metro de asfalto inaugurado, cada iluminación LED, cada cordón cuneta o cada plaza.
Baistrocchi parece haber entendido finalmente que no alcanza a esta altura de la campaña con seguir cortando cintas y seguir posteando en redes sociales las obras terminadas. También hay otra batalla intangible que es la política, esa que él intentó rehuir durante todo este tiempo y que finalmente termina siendo el cuadrilátero donde se resuelve cualquier contienda electoral.
El intendente les imputó a Colombo y Laciar haber saltado de un lado al otro y equiparó ese cambio a una inconducta, a una incoherencia. Les imputó también haber apelado al estigma del kirchnerismo como único argumento, a falta de propuestas.
En ese punto y con otras formas el intendente copió la estrategia de Sergio Uñac: si no continúa el gobierno actual, todo lo demás representa un salto al vacío.
Pero no se quedó ahí Baistrocchi. También tuvo un párrafo aparte, elíptico, para el ala más militante del peronismo capitalino. Cuando un televidente le pidió su opinión sobre el kirchnerismo dijo que es uno de los grandes problemas de la Argentina.
Consideró que los 'ismos' nunca fueron buenos porque empujan los fanatismos hasta el límite de terminar defendiendo lo indefendible. Con estas palabras el intendente se ganó un par de reproches que también llegaron vía Whatsapp. Hirió la sensibilidad de una parte de la militancia peronista. El kirchnerismo tiene una cuota de representación fidelísima en San Juan y Capital no es la excepción.
Fue una jugada política desde lo dialéctico que Baistrocchi tomara distancia abiertamente de Cristina y todo lo que ella representa. Tiene y tendrá un costo interno, sin lugar a dudas, aunque no falsea la realidad. Quienes lo frecuentan al intendente saben que su postura tiene pocas coincidencias con el ideario pingüino.
Sin embargo y a esta altura de la campaña manda el pragmatismo. Parece oportuno desprenderse de los K. Ese segmento tan fiel e impenetrable no es mayoritario en la Ciudad de San Juan. Quien quiera ganar el próximo 14 de mayo tendrá que apostar al autopercibido voto independiente. Hoy ese segmento puede estar justificadamente enojado con el rendimiento del gobierno nacional. El remate se explica solo.
Entonces sí, Baistrocchi seguirá apostando a la gestión, al sustancial incremento de los recursos destinados a obra pública que pasaron del 2 al 20 por ciento del presupuesto municipal. Pero en estas últimas dos semanas que restan para ir a las urnas también ha resuelto jugar en el terreno de la política.
Y hay una explicación sencilla para entenderlo. No tiene que ver con satisfacer el ego o defenderse por simple amor propio, sino con el escenario planteado en este esquema de Ley de Lemas. Será una elección indescifrable.
Cada candidato llegará al comicio con determinado puntaje propio, pero luego dentro del cuarto oscuro todo puede pasar. Este diagnóstico es compartido transversalmente desde el oficialismo a la oposición. Resulta más que evidente que hay que salir a defender cada voto.
Entonces la estrategia debe ser lo más abarcativa posible. Para Baistrocchi esto implica sacarse el corset de los 'ismos'.
Tiene una tranquilidad en este sentido. Ese voto de los 'ismos' igualmente terminará tributando a la misma canasta a través de la variada gama de candidatos y candidatas que lleva el PJ en este distrito. Su desafío entonces será que la sumatoria lo ponga por encima de los candidatos de Juntos por el Cambio y al mismo tiempo quedar él como el más votado de su frente electoral.
No hay certezas. Ninguna encuesta satisface las ansiedades. Juega más que nunca el olfato y la experiencia. Fundamentalmente tener alta sensibilidad al clima social herido.
JAQUE MATE