Cáceres volvió al Congreso y Martinazzo pidió su destitución
Con una durísima carta, la dirigente del PRO se expresó indignada por el regreso del diputado a la Cámara Baja tras denunciarlo por violencia de género el año pasado. Además se refirió al femicidio de Úrsula Bohillo.
Gimena Martinazzo estalló de bronca ante el regreso del diputado nacional, Eduardo Cáceres, al Congreso de la Nación. A través de un largo posteo en Facebook, la dirigente del Pro local, expresó su indignación y además se refirió del reciente femicidio de Úrsula Bahillo, la joven asesinada a puñaladas por su ex pareja policía en Buenos Aires.
Cabe recordar que Cáceres fue procesado por violencia de género contra Martinazzo a fines del año pasado. El diputado pidió una licencia de 60 días ante el Congreso en el marco de la investigación de la causa.
En las redes, la dirigente señaló: ‘No es casual que suceda en la misma semana que el femicidio de Úrsula Bohillo, es el efecto de la misma causa: la indiferencia del Estado para con las mujeres que sufrimos violencia de género. Con el agravante de que un diputado de la nación es creador de leyes y, en este caso, el que las viola también’.
‘Eduardo Cáceres está procesado, es decir, la Justicia tiene semiplena prueba de su culpabilidad. Sin embargo, vuelve a ocupar la banca de los sanjuaninos y de las sanjuaninas con la misma impunidad con la que el femicida de Úrsula se paseaba libre a pesar de las 18 denuncias que radicó la victima antes de morir. La impunidad que les otorgan sus pares cuando los protegen por acción u omisión’, escribió en su posteo.
‘El artículo 66 de la Constitución Nacional reglamenta la disciplina del Congreso de la Nación, otorga herramientas para la remoción de un congresista por «inhabilidad física o moral». La Constitución, sabiamente, otorga el mecanismo para la protección de la honorabilidad de las Cámaras. Pero el problema es que, en el afán de proteger a los violentos, el Estado se vuelve contra Úrsula contra Micaela, contra mí y los cientos de miles de mujeres que día a día sufrimos el calvario de la violencia física, espiritual y psicológica. En el caso de Eduardo Cáceres falta la decisión política de removerlo. Los instrumentos están’, sostuvo Martinazzo.
‘Un diputado que está procesado como lo está Cáceres no debe estar en el mismo recinto donde se sentaron hombres y mujeres de Estado de la talla de Guillermo Rawson y Domingo F. Sarmiento. Casualmente fue Sarmiento el que dijo que «el grado de civilización de una sociedad se mide por el lugar que ocupa la mujer». ¿Qué lugar ocupamos las mujeres en la sociedad cuando el agresor se sienta en una banca de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación?’, cuestionó la denunciante.
Gimena Martinazzo expresó que ‘ver a mi agresor legislando me causa la misma sensación de desamparo que sienten muchas mujeres cuando sus agresores violan perimetrales, son protegidos por sus compañeros de trabajo, etc’.
‘Pero son ustedes, fundamentalmente los jóvenes, cuando se movilizan por las calles, cuando piden Justicia los que me transmiten fuerza y esperanza. También los partidos, las agrupaciones y los dirigentes que me hacen llegar su solidaridad’, agradeció.
Por último, la dirigente sostuvo que ‘los cimientos del sistema se están moviendo mal que pese a muchos y ante la alegría de quienes apostamos por ese «otro mundo es posible» en el que las mujeres no tengamos miedo y seamos respetadas. Es tiempo de que los tres Poderes del Estado tomen nota y no encubran a los violentos. La sociedad se los reclama, se los pide en la calle. Hagan algo. Basta de impunidad, basta de violencia. Es tiempo de cambiar la foto. La hora es ahora y ahora es la hora’.