Según el sitio especializado La Política Online, las disputas peronistas en San Luis y en San Juan inquietan a la conducción nacional del Frente de Todos porque pondrían en riesgo la histórica mayoría peronista en el Senado. En suelo puntano los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá parecen irreconciliables entre sí. ¿Aquí habrá humo blanco entre Sergio Uñac y José Luis Gioja?

Por ahora es un misterio. El 23 de febrero, dentro de escasos 14 días, tendrán que inscribir los frentes electorales. Será una fecha clave para consumar la unidad o la división. Mientras tanto, brotan las especulaciones cruzadas. 

Uñac volvió a hacer un llamado público esta semana en rueda de prensa, al considerar que Gioja debe integrar el espacio peronista. Mientras tanto, el diputado nacional sigue demandando un nivel de diálogo -y negociación política- que aparentemente todavía no se concretó.

Desde el regreso de la democracia en 1983 nunca el peronismo perdió su mayoría en el Senado de la Nación, sin importar que fuera gobierno o le tocara ser oposición. Fue el reflejo de las elecciones federales, más allá de quien circunstancialmente se quedara con la Casa Rosada. Ese dominio en la Cámara Alta es el que podría verse amenazado en esta ocasión. El oficialismo renovará 13 senadores, contando 11 propios y 2 aliados. Ese es el número a preservar.

En San Luis los Rodríguez Saá están encaminados a enfrentarse agresivamente. Alberto ya lanzó a su propio candidato a gobernador por la continuidad, Jorge Fernández, mientras Adolfo anunció su propia lista con durísimas críticas a la gestión de su hermano. La división siempre será una debilidad frente al adversario. En este caso, Juntos por el Cambio.

San Juan también está identificada como una provincia donde el peronismo tiene dos vertientes enfrentadas. Pero no es el único punto de coincidencia con San Luis. En ambas jurisdicciones rige la Ley de Lemas. El sistema electoral permite la competencia interna y la sumatoria final. Aún así, siempre demanda un mínimo nivel de acuerdo. En eso se está trabajando.

Dentro del giojismo hay segundas líneas que alientan la posibilidad de competir por afuera y romper definitivamente con el uñaquismo, para evitar la colaboración mutua en los departamentos y en lo provincial. Sin embargo, José Luis Gioja no ha cerrado la puerta todavía a un entendimiento.

En el uñaquismo consideran que el diputado nacional está amagando pero finalmente se sumará al Frente San Juan por Todos. En buena medida, reposan en los temores nacionales: ¿acaso alguna pata del Frente de Todos en Buenos Aires alentaría la ruptura en San Juan, a riesgo de favorecer a Juntos por el Cambio?

En estricto off the record, una fuente sanjuanina que tiene llegada a Buenos Aires advirtió que tanto Uñac como Gioja son escuchados pero nadie allá estimula la confrontación. Es un tema que debe resolverse aquí y mientras menos daño colateral provoque, mejor.

Más allá de las encuestas y su dinámica semanal, las proyecciones optimistas y las pesimistas, el dato firme que define el punto de partida de este comicio es el resultado de las legislativas del 2021, cuando el oficialismo se impuso por un escaso punto y medio sobre la primera fuerza de la oposición. Ese número encendió el alerta de un lado y la expectativa del otro. Llevar la división peronista hasta la ruptura sería ofrecerle una ventaja innegable a Marcelo Orrego y los suyos.

Pero hay otro costado en esta cuestión, que debe entrar en el análisis: la confrontación entre Uñac y Gioja pretende también desplazar al resto de los candidatos a un rol secundario. Si la disputa escala lo suficiente, la elección podría virar hacia un peronista o el otro. Raramente un comicio se pueda digitar tan linealmente. Aún así hay voces que internamente se entusiasman con esta hipótesis.

Hay un elemento en común que asoma de uno y otro lado. Tanto uñaquistas como giojistas admiten que profundizaron tanto las diferencias, que luego será muy difícil trasladar a las bases el acuerdo al que eventualmente arriben las cúpulas. Desinflar las tensiones llevará tiempo y es precisamente lo que escasea, faltando poco más de 90 días para ir a las urnas.

Las elecciones provinciales están previstas para el 14 de mayo, muy despegadas de las nacionales. En agosto serán las primarias presidenciales y en octubre las generales, en simultaneidad con los cargos legislativos para el Congreso. 
San Juan renovará tres bancas en el Senado y otras tres en Diputados. Concluirán sus mandatos Rubén Uñac, Cristina López y Roberto Basualdo en la Cámara Alta; José Luis Gioja, Graciela Caselles y Marcelo Orrego en la Cámara Baja.

El Frente de Todos necesita que el PJ sanjuanino conserve su liderazgo para renovar las dos bancas que tiene en el Senado. Si llegaran a invertirse las posiciones, Juntos por el Cambio se quedaría con dos escaños y el peronismo con uno solo. Sería suficiente para alterar la relación de fuerzas histórica en ese recinto.

A pesar del desdoblamiento entre las elecciones provinciales y las nacionales no se puede ni se debe separar la lectura política entre una cosa y la otra. Las esquirlas de un comicio llegarán al siguiente, fundamentalmente a la hora de valorar los posicionamientos obtenidos. Al que mejor le vaya el 14 de mayo, estará en mejores condiciones para tallar en las listas de agosto.