Tras idas y vueltas sobre la Ley Ómnibus, el oficialismo se acerca a su objetivo de convocar a sesión mañana en la Cámara de Diputados, habiendo desbaratado buena parte de la coartada de la oposición moderada para interponerse en el camino.

El oficialismo pospuso la sesión, que estaba prevista originalmente para el jueves pasado. Este cambio también fue motorizado por un pedido de estos legisladores opositores y que fue aceptado por el presidente de la Cámara baja, Martín Menem. De esta manera, el Poder Ejecutivo logró mayor tiempo para continuar acercando posiciones con la oposición dialoguista.

Para alcanzar esa instancia fue necesario modificar la redacción original de la normativa, con cambios que incluyeron la quita de capítulos enteros. En esa línea, el viernes pasado, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció la quita del capítulo fiscal que apuntalaba en el megaproyecto. Ese apartado es el que mayor conflictividad generaba porque incluía la imposición de nuevas retenciones a productos regionales y una -discutida- legislación jubilatoria.

Sin el aumento a las retenciones ni los cambios propuestos en la movilidad jubilatoria, los bloques de la oposición amigable, que se preparaban para aprobar en general la iniciativa ómnibus pero luego descuartizar el articulado, en lo que hubiera sido un revés estrepitoso para el Gobierno, empiezan a alinearse a la estrategia oficialista.

Si bien la aprobación en general se da por descontada, la expectativa pasa por el hecho de que haya la menor cantidad de retoques en la votación en particular del articulado. En ese sentido, los bloques de la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal, que son las fuerzas parlamentarias que representan a los gobernadores no peronistas, esperan con ansiedad que los interlocutores del Gobierno les comuniquen el formato final que tendrá el dictamen de minoría. Esta comunicación se viene demorando pero se reanudará el lunes.

Luego del mal trance que significó la firma a ciegas en el plenario de comisiones del dictamen de mayoría, cuyo texto habría sido horas más tarde reescrito por funcionarios del Gobierno en un domicilio particular, el nivel de confianza hacia el oficialismo quedó en el subsuelo. Por eso, esperan ver por escrito el formato final del dictamen de mayoría antes de que se vote en el recinto.

No obstante, todavía hay resquemores respecto de un abanico de temas, como la pretensión de avalar 40 privatizaciones en bloque, y también hay sectores de la oposición blanda que les parece innecesario pasar la motosierra en los sectores de la Cultura (principalmente) y de la Ciencia.

Las reformas en la ley de Bosques y de Glaciares, reduciendo las áreas protegidas y desfinanciando a las autoridades de aplicación, sumado a las modificaciones en la Ley de Fuego (que habilitan cambios en el uso del suelo tras quemas intencionales) son temas que aparecen más aisladamente dentro de las preocupaciones de estos bloques dialoguistas. Pero podrían aflorar en el recinto, generando un dolor de cabeza adicional para el Gobierno.

Según pudo saber la agencia Noticias Argentinas de fuentes de La Libertad Avanza, el temor que aparece en el oficialismo es que desde estos sectores de la oposición amiga les "corran el arco" y que tras haber conseguido el apartamiento del paquete fiscal, ahora exijan más cambios como condición para acompañar en el recinto.