Perla Welner y Alberto Agüero: amor y resistencia en la dictadura
La pareja vivió los momentos más desesperantes de su vida en San Juan, durante la última dictadura cívico-militar del país.
Perla Welner y Alberto Agüero se conocieron militando para el Partido Comunista Revolucionario y contrajeron matrimonio en 1974, cuando un ambiente pre golpista se sentía en la Argentina. Ella de Buenos Aires, él de San Juan, ambos detenidos durante la dictadura: una historia de amor y resistencia en una de las épocas más oscuras de la historia del país.
La última dictadura cívico-militar inició oficialmente el 24 de marzo de 1976, pero Perla y Alberto veían venirla desde su casamiento. Precisamente una semana antes de su boda un compañero de militancia de ellos, Enrique Rusconi, fue fusilado en la puerta de su casa. "Para quiénes estaban militando en el mundo la política esto empezaba a hacerse más frecuente", recordó Welner.
Por su parte, Agüero consideró que la movilización popular que cambió el país fue el Cordobazo: "Fue una irrupción masiva que la gente no tomo como una lucha más, sino como la posibilidad de un cambio de poder en la Argentina, Irrumpieron distintas variantes de luchadores y aparecieron la guerrilla rural, la guerrilla urbana, los sectores más moderados y los que impulsaban otra salida. Eso hizo un plato una ensalada rusa muy importante que mantuvo al país desde el 69 al 76 en una conmoción interna muy grande".
El inicio del golpe de Estado los agarró juntos en San Juan, viviendo en el barrio Parque de Mayo. Ya sabían cómo estaba la situación porque poco antes habían estado detenidos, pero fueron liberados. Además, junto a sus compañeros de militancia mantenían contacto con el entonces Gobernador de San Juan, Eloy Camus, quien también seguía de cerca lo que ocurría en la provincia y el resto del país -el mandatario formó parte de los detenidos-.
Por "decisión política" Perla y Alberto no se fueron a ningún lado. "Nos quedamos militando, resistiendo y haciendo política como podíamos", contó ella. A lo que añadió: "Vivimos así, sorteando todas estas cuestiones. Seguimos repartiendo nuestros escritos nuestra prensa no dejamos de reunirnos, en la manera en que se podía para estar vinculado con los compañeros, analizando la situación y trayendo novedades que nos llegaban también cómo se podía"
Sin embargo, se manejaron con cautela: "En las noches dormíamos en otra casa y tomábamos medidas de precaución por si nos buscaban, nos llevaban o lo que fuera". A ese tiempo Perla lo recuerda como "preocupante".
Pese a sus esfuerzos, en abril de 1975 los detuvieron. Ella estaba embarazada y le dieron prisión domiciliaria. Pero a él no y pudo conocer a su primera hija recién a un mes de su nacimiento. A los dos los liberaron en octubre de 1975, pero los momentos siguieron siendo "difíciles" porque, comentaron: "Mucha gente que nos conocía de antes de haber estado detenidos nos y se cruzaba por la vereda porque había miedo".