Rubén Benítez, uno de los custodios de Alberto Nisman, ratificó este martes ante la Justicia que el fiscal le había pedido que le comprara un arma para velar por la seguridad de sus hijas.

Según declaró ante el juez Julián Ercolini y el fiscal Eduardo Taiano, Benítez dijo que trabajaba bajo las órdenes de Nisman hacía al menos 15 años y que, además, se encargaba de los traslados del fiscal.

En su indagatoria, acusado por incumplimiento de los deberes de funcionario público, el custodio dijo que unos días antes de la muerte el fiscal le había pedido que le comprara un arma para él porque temía por la seguridad de sus hijas.

Se trata del mismo argumento que Diego Lagomarsino aseguró que le dio Nisman para que él le prestara su arma calíbre 22, la cual finalmente intervino en la muerte y por la cual el técnico informático está acusado de haber sido "partícipe necesario" en la muerte del fiscal.

Ante el pedido de Nisman, Benítez aseguró que se negó a comprar del arma porque podía traerle problemas, aunque sí le ofreció al fiscal asesorarlo para que él pudiese adquirir un arma de fuego por cuenta propia.

El hombre declaró además que a principios de 2002 el fiscal le había dicho que dos o tres agentes de la SIDE iban a trabajar con él, pero que luego Nisman declinó de esa custodia: aportó sobrenombres e identidades que ahora serán verificadas por la Justicia.

Por otra parte, Benítez explicó que no había un protocolo de seguridad a seguir y que el fin de semana en que apareció muerto Nisman no existió ninguna orden de reforzar la seguridad: incluso, sostuvo que en aquella noche del sábado 17 de enero de 2015 fue a comprarle sushi.

El custodio, el primero en declarar ante Ercolini, aseguró que la relación que tenía con Nisman no era de confianza y que el domingo 18 de enero, poco antes de ser encontrado muerto, un compañero suyo lo llamó porque no atendía a los llamados que le hicieron desde la mañana y que él aconsejó contactar a su secretaria.

Además, Benítez dijo que sabía que ese fin de semana las hijas de Nisman estaban en el exterior, pero que desconocía las amenazas previas que había recibido el fiscal.

Luego de la declaración de Benítez fue el turno de otro de los custodios, su compañero Néstor Durán, quien contó detalles sobre su tarea aquel fin de semana: sostuvo que el sábado subió al piso 13 donde Nisman tenía su departamento junto a Lagomarsino y que conocía a éste desde hace tiempo.

Allí el fiscal de la causa AMIA le entregó unos papeles para que le llevara a un periodista, por lo que se retiró del lugar a las 21 y contó que al día siguiente fue Benítez quien lo llamó para decirle que habían encontrado muerto a Nisman.

(Fuente: Minuto Uno)