Parece un viaje al pasado, una postal que se vio en otra Argentina, con otra coyuntura política y social. Sin embargo, es real. Un grupo de vecinos mantiene vivo un club del trueque en la plaza del Barrio Sarmiento de Chimbas. Así como en los comienzos del 2002, estos sanjuaninos y sanjuaninas intercambian productos por otros productos, elementos, artefactos o dinero, según mostró el móvil de Canal 13.

En una recorrida por el espacio verde, varios de los protagonistas de este espacio dedicado al rebusque en tiempos difíciles, contaron que en el club cualquiera que llegue con sus cosas para ofrecer puede instalarse en un rincón del club. La condición es tener algo para ofrecer y aceptar dinero, pero también intercambio, ya que, dista mucho de ser una feria en donde se venden productos artesanales, sino que lo que se intercambian, son productos usados como ropa y calzado, pasando por utensilios de cocina, herramientas y hasta mercadería o comida.

María, es una de las más experimentada del club, ya que está desde sus inicios en 2002

Algunas de las mujeres que son el núcleo duro de este club del trueque, contaron que el mismo nació a principios del 2002 en el Club Peñarol. Con los años el liderazgo del club fue cambiando de manos, así como tuvieron que cambiar la sede en más de una oportunidad.

De esa manera, del club Bohemio de Chimbas, el club se mudó a otros lugares, hasta que desembarcó en La Unión Vecinal del Barrio Sarmiento. Sin embargo, de ese espacioso y cómodo lugar también se tuvieron que ir, ya que comenzaron a cobrarles entrada y ‘se les puso muy caro’. Fue entonces que el club del trueque se instaló en los espacios verdes de a plaza del Barrio Sarmiento, ubicada a solo unas cuadras del club donde todo nació.

Hasta mercadería se puede encontrar en este club

María, una de las organizadoras y más longevas en el club, contó a Canal 13 que ella, además de su jubilación, nunca dejó de ser parte, ya que con lo que cobraba en sus haberes mensuales, no le alcanza. 'Yo hace 21 años que ando de trueque en trueque, así fui criada y crie a mis nietos y lo sigo haciendo con el biznieto', contó orgullosa.

La experimentada mujer contó en el lugar se puede encontrar muchas prendas usadas, calzado usado, electrodomésticos, artesanías, herramientas y hasta mercadería. Incluso, entre los puesteros aprovechan para ‘truequearse’, negociando mitad dinero, mitad mercadería, o lo que la persona tenga para ofrecer.

'Acá no pagamos nada, estamos bien, pero nos gustaría conseguir un lugarcito, por lo que queremos invitar a la intendenta Daniela Rodríguez para conseguirnos un lugarcito, un salón. Queremos que ella nos dé una ayudita porque hay muchas madres que de esta manera crían a sus hijos, ya que se venden cosas económicas', se explayó María.