Pedro Breviere, es un papá sanjuanino, que es reconocido por parte de la comunidad de Chimbas por su dedicación y amor hacia sus hijas. Esto se debe a que cuando ellas tenían 3, 6 y 8 años de edad, su madre se fue de casa. Por ello, Pedro se hizo cargo de ellas. Él se encargaba de llevarlas a la escuela, todas las mañanas y ayudarlas con todo lo que necesitaban.

Contaron sus hijas a Diario 13, que cada mañana se levantaba a las 7 para ayudarlas a cambiarse, peinarse y las llevaba a la escuela a las 7.30. Luego de ello, se iba a trabajar en un supermercado, porque entraba a las 8 y salía después del mediodía. Por esta razón sus hijas volvían solas de la escuela. Pero cuando él salía de su trabajo, rápidamente volvía a su casa para hacerles de almorzar y ayudarlas a hacer sus tareas.

"Mi papá siempre fue un hombre muy presente, trabajaba todos los días para que no nos faltara nada. Y no faltábamos casi nunca a la escuela, porque él nos ayudaba a hacer las tareas y nos enseñaba. También nos sabía dar una mano mi abuela materna, pero casi siempre él hacía todo por nosotras", expresó una de sus hijas.

Por otro lado, a pesar de vivir en una casa precaria, Pedro trabajó duro y compró los materiales para construir una gran casa de material para su familia, según comentaron sus allegados. Luego de años de sacrificio, él logró darles una mejor calidad de vida a sus tres hijas.

Su familia dice que también les legó a sus hijas, el amor por el fútbol. "Fanático de Boca", así lo denominan. Les enseñó a jugar y hasta el día de hoy comparten partidos en familia y amor por el deporte.

Con los años, las chicas crecieron y formaron sus propias familias, pero Pedro seguía siendo un padre amoroso, atento a las necesidades de ellas y sus nietos. Y cuando una de ellas se divorció, le abrió las puertas de su hogar y la ayudó a criar a sus nietos. "Volvé a la casa, esta es la casa de ustedes y de mis nietos", comentó la joven mamá a Diario 13.

Finalmente, según los dichos de su hija Marcela, tanto sus hijos como los hijos de sus hermanas aman estar en presencia de su abuelo. Y lo toman como un papá también, fruto de su amor, complicidad y buenos tratos.

"Mi papá realmente es un excelente hombre, hubo años difíciles pero él se mantuvo firme y nos sacó adelante. Y tanto mis hijos , como los de mis hermanas lo adoran, es lo mejor que hay", indicó Marcela, hija de Pedro.