Rodrigo Monserrat tiene 31 años, y hace ya diez años que está a la cabeza de su propia fábrica. Entusiasta y sumamente concentrado en seguir creciendo, el empresario recuerda cómo fueron sus inicios.

“De mi madre saqué el espíritu de vendedor” antes de cumplir 20 años y con poco capital, el joven comenzó vendiendo electrónicos “con un amigo comenzamos a vender auriculares, cables USB, figuras de los minions. Fuimos los primeros en traer a San Juan los cigarrillos electrónicos. Luego les vendíamos los repuestos. Siempre buscando algo diferente en la tecnología, vendimos muchas cosas.”

Rodrigo es el propietario de jugos Swing “una empresa dedicada a la venta de jugos naturales cítricos sin conservantes, para fiestas, reuniones familiares y eventos en general”. La receta la obtuvo de su suegra: “era una receta muy simple, pero muy rica y pensamos en que podría ser una buena opción para vender”. Ése fue el momento en el que el jugo natural llegó a  “la Cueva” el buffette de la facultad de ingeniería.

Con el pasar del tiempo, los jóvenes observaron que había algo que se podía mejorar “Nos dimos cuenta de que el jugo se vendía mucho, pero el encargado del buffete lo vendía en copones, y por ahí no les convencía a los clientes, no sabía cómo ofrecerlo. "Entonces nos surge la idea de entregarle jarras”, recuerda sonriendo y agrega, ”y es de la misma forma en la seguimos entregando el jugo a nuestros clientes”

El producto comenzó a venderse más, y a pesar de que la carrera de ingeniería es altamente demandante, el nuevo emprendimiento comenzó a exigirles más atención. “Llegamos a trabajar de 15 a 17 horas por día”. De "La Cueva", Jugos Swing llegó a ferias y festivales de la provincia, expandiéndose.

Rodrigo destaca que nuestro país tiene mucha gente con muy buenas ideas, y que a pesar de las crisis económicas, la gente sabe sobrevivir y salir adelante. El empresario recuerda cómo con muy pocos ahorros, estudiando, y en pleno crecimiento de la empresa, le pagaron a un albañil con lo poco que tenían, para que les enseñara a ellos a levantar paredes livianas. Uno siempre tiene que estar aprendiendo, siempre tiene que aprender” afirma.

Si bien desde muy joven tuvo espíritu de vendedor, Rodrigo afirma que se aprende a cada paso “uno aprende a medida que pisa locales y empieza a moverse, esa es la forma de formarse en ventas.” Asegura que la clave del éxito es aprender y reaprender. “La venta comienza desde el saludo. Yo viniendo de las ciencias duras, viniendo de la ingeniería, tuve que aprender a escuchar” asegura. Hoy su producto se encuentra en muchos bares y restaurantes de la provincia. 

Rodrigo, miembro de la Unión Industrial de San Juan, es una persona enfocada en crecer en el mundo de los negocios. Aquél joven que comenzó vendiendo elementos electrónicos, hoy tiene el objetivo de expandir su propia empresa fuera de la provincia. Asegura que para emprender es importante plantearse objetivos a corto, mediano y largo plazo “pasar a la acción y salir adelante. Lo principal es observar. Mirar un problema y ofrecer una solución a las personas antes de pensar en ofrecerles un producto. Hoy es posible emprender con cero pesos” afirma “Uno puede crecer en las redes, ofreciendo un servicio y luego no hay límites”.

“Para el emprendedor es importante que lo que ocurre en el exterior no contamine lo interior, que no conmine lo que uno quiere. La base es no contaminarse con lo que ocurre en el exterior y enfocarse en lo que estás haciendo vos." La historia de este joven empresario sirve como inspiración en medio de un contexto económico complejo.