'Papilo', el senegalés que se la jugó, cruzó el charco y eligió San Juan como su hogar
En busca de una mejor vida para toda su familia, Maktar decidió dejar atrás el lugar que lo vio nacer para ir a pelearla desde cero a otro continente. Rompiendo la barrera del idioma y los choques culturales, este hombre logró convertirse en un ejemplo de superación.
Argentina siempre se ha caracterizado por ser un país que recibe con sus brazos abiertos a gente de cualquier parte del mundo. En ese marco, en distintas provincias cada vez son más grandes las comunidades de africanos que recorren las calles o se establecen en distintos locales vendiendo en su mayoría ropa. San Juan no es la excepción por eso, en el marco del Día de la Diversidad Cultural, 'Papilo' contó su historia para conocer cuál es la realidad que viven estos viajeros.
Maktar Lo es un inmigrante de 37 años de edad, el cual ya se encuentra radicado en el departamento Rawson, más precisamente en la zona de Villa Krause. Si bien ya se desenvuelve como un argentino más, le costó muchos años de esfuerzo poder llevar la vida feliz y tranquila que tiene actualmente.
La dura realidad que se vive en Senegal
'Papilo' como lo conocen todos hoy en día, nació en suelo senegalés en una familia numerosa a la que no le sobraba nada. Prácticamente todos los hombres de la familia tuvieron que estudiar o buscar trabajo desde muy jóvenes. Si bien durante su niñez y adolescencia el principal sustento provenía del trabajo de su padre, lamentablemente él falleció cuando el muchacho tenía 19 años.
'Como todos en Senegal nací en una familia poligámica, allá la religión te permite tener varias mujeres. Nací en 1986 en Dakar que es la capital de Senegal. Mi papá era chofer de lo que acá le dicen colectivo. Cuando él se jubiló nos mudamos a otra provincia. Ahí pasé mi infancia yendo a una escuela musulmana ya que es un país con 95% musulmanes. Yo soy muy practicante. Mi padre me educó así, porque él era religioso. Él falleció en 2005, después nos tocó seguir sólo con mi madre y gracias a ella tenemos una buena educación, gracias a ella estoy donde estoy, se que está muy orgullosa', expresó.
Luego de esta dura situación Maktar decidió centrarse en sus estudios, mientras otros miembros de su familia comenzaban a trabajar. Por ejemplo, uno de sus hermanos pudo migrar hacia Italia donde después de un tiempo pudo establecerse. Esto era algo que tanto a él como a otros allegados siempre les llamó la atención desde chicos, ver como gente que se encontraba en su mismo contexto socioeconómico, regresaba después de algunos años con una clara mejoría económica.
'Somos un pueblo viajero. Muchas veces los mayores salen y cuando vuelven en vacaciones traen collares, vestidos lindos y hasta autos. Eso me generó curiosidad de saber a dónde estaban viajando. Parecía que era mejor que Senegal. Ellos eran como nosotros, no tenían plata y era difícil su vida pero después de 2 o 3 años volvían a Senegal con todas esas cosas. La mayoría iba a Francia, Italia o Inglaterra y cuando volvían era personas más ricas. Quería ser como ellos, salir de la miseria. Cuando salimos no sólo ayudamos a nuestra mujer e hijos, había que ayudar a toda la comunidad, nos enseñan esa solidaridad', contó.
Luego de algunos años de mucho esfuerzo y dedicación, el pudo encontrarse con su título enfocado en la rama informática. Si bien fue un gran momento de disfrute, él no tenía tiempo para festejar y rápidamente comenzó a buscar un lugar para comenzar a prestar sus servicios. Así fue como velozmente pudo comenzar a ejercer la profesión que tanto le costó aprender.
'Gracias a Dios pude terminar la universidad, soy técnico en Informática. Mi hermano vivía en Italia y me mandó una carta de invitación pero me rechazaron porque parece que faltaba algún documento. Me mandó otra pero me volvieron a rechazar. Ahí dejé de querer viajar, quise salir adelante quedándome en Senegal, abrí mi propio negocio chico y empecé a hacer mantenimiento de computadoras hasta que me hice con varios clientes. Por esa razón un amigo me dijo que con todos esos conocimientos en Brasil iba conseguir mucha plata rápido'. relató.
Si bien él había encontrado una cierta estabilidad económica cumpliendo esta tarea, esta recomendación de una de sus allegados plantó en él una semilla que fue germinando de a poco. Fue despertando el espíritu aventurero que tenía dentro de él por el simple hecho de que por su cuerpo corría sangre senegalesa. De esta manera el instinto pudo más que la razón y Maktar decidió comenzar un viaje sin tenerle miedo a todos los peligros que le esperaban.
El comienzo de una arriesgada aventura que continúa
Siguiendo la recomendación de su amigo, 'Papilo' emprendió un vuelo hacia Brasil. Sin embargo, no le sobraba el dinero así que primero tuvo que pasar por otros países de Latinoamérica para poder llegar a territorio carioca. Como era de esperarse, esta travesía lo hizo encontrarse con cientos de piedras en el camino que tuvo que superar.
'Salí de Senegal el 15 de julio de 2015, pero yo no tenía visa brasilera. Fui a Ecuador, después a Perú porque era la única forma para llegar. Era peligroso el camino porque hay asaltantes, hay traficantes y te pueden matar para sacarte todo. Viajé sólo pero me encontré con otros chicos que yo no conocía pero también era de Senegal. Gracias a Dios sé hablar inglés entonces yo fui como su guía. A Brasil creo que llegué el 22 de julio, ahí pude tramitar los documentos, me dejaron entrar y fui a Sao Paulo porque tenía parientes allá', recordó.
Además de todos los alarmantes riesgos que había de por medio, él pudo llegar a Brasil, Si bien parecía que lo más difícil había pasado, esta lluvia de inconvenientes no había hecho más que empezar. Si bien había iniciado el proceso burocrático para permanecer de manera legal en el país vecino de Argentina, quienes se suponían que debían hacerle la tarea más fácil no hacían más que ponerle palos en la rueda a su solicitud.
'Eso me da bronca, cuando los argentinos o los europeos quieren ir a África entran fácilmente en cambio cuando nosotros queremos salir nos ponen muchas trabas. Es complicado porque salimos para quedarnos, para buscar laburo y para traernos a la familia después. Es difícil por eso y porque en ese momento no teníamos plata. Para pasar legalmente te piden muchos requisitos, es gente que tiene hambre y le piden muchos documentos', admitió.
Si bien esta situación con sus documentos era un dolor de cabeza constante, otro factor comenzó a afectarlo más y más. Maktar siempre ha sido una persona muy apegada a sus seres queridos, más que nada a su mamá y a la familia que fue formando. Ya en Brasil fue que él empezó a ser consciente de lo que era tener a las personas que más amaba a más de 5000 kilómetros de distancia.
'Cuando llegué a Brasil fue un choque con una cultura muy distinta, ahí me perdí. Soy muy fuerte pero lloraba muchas veces porque extrañaba a mis hijos, a mi mujer y a mi madre. Me preguntaba qué es lo que estaba haciendo ahí, me fui a otro continente directamente. Sufrí mucho, empecé a vender en la calle pero la Policía me quitaba todo. Fue difícil, pero después gracias a Dios encontré trabajo en un supermercado donde trabajé unos 3 o 4 meses', manifestó.
'Papilo' había sido contratado en una sucursal de 'Walmart' donde sus superiores estaban sumamente contentos con su desempeño. Él trabajaba de la mejor manera todos los días para poder mantenerse. No obstante, a pesar de que el panorama había mejorado considerablemente en comparación a su llegada. había algo que no lo llenaba. Fue en ese momento en que otro consejo de un amigo diferente también le caló hondo.
'En ese momento hablé con un amigo que vive en San Juan que se llama Bamba, me dijo que tenía que venir para acá porque era tranquilo. Me dijo que quizás la plata no valía mucho pero por lo menos era tranquilo. Empecé a pensarlo y después de 2 o 3 meses le dije a mis jefes que me quería ir a Argentina. Ellos me quería mucho porque trabajaba bien y hasta me querían subir el sueldo para que me quedara pero yo ya estaba decidido. Uno de ellos se llama Marcelo, esto fue en 2016, me dijo: '¿Qué vas a hacer allá? La plata allá no sirve ¿qué te vas a hacer allá?'', reveló.
Además de la lejanía de su familia, Maktar no estaba viviendo tranquilo debido al repugnante racismo que se vive constantemente en Brasil. La discriminación está a la orden del día casi en cada ciudad según lo que mencionó el entrevistado sobre su experiencia personal. En ese sentido Bamba le aseguró que esto casi no ocurría en San Juan, algo que lo puso a pensar. Él puso en la balanza si era más importante vivir una vida en paz o la estabilidad económica que consiguió con su empleo en el supermercado. La primera opción pesó más, por lo que armó sus valijas para encarar un nuevo viaje.
San Juan, el nuevo hogar de 'Papilo' y su familia
Luego de su agridulce experiencia en Brasil, Maktar Lo llegó a Argentina, parando primero en Corrientes por unos días porque lo estaba esperando un amigo. Luego de su corta estadía en esa provincia, el finalmente llegó a San Juan, un lugar que se convertiría en su nuevo hogar tiempo después casi sin que él mismo se diera cuenta.
Si bien en su paso por Ecuador y Perú él había aprendido algo de español, poco le sirvieron estos términos en nuestro país. Debido a que los argentinos utilizan miles de modismos que no tienen una traducción literal, él debió aprender un idioma nuevo desde cero prácticamente. Hasta el momento hablaba francés, inglés y 'Wolof' que es la lengua que se habla principalmente en Senegal.
'Al principio al español sabía leerlo gracias al francés, podía pronunciarlo sin entenderlo mucho. Ya en Argentina hablan otro idioma directamente, fue muy difícil la verdad porque el primer obstáculo es el idioma, para poder comunicarte con la gente porque intentaba hablar y no me entendían nada. Tenía que hacer gestos para que me entendieran. A veces me ayudaba con mi celular escribiendo palabras en francés y las traduzco en español, estuve los dos primeros año aprendiendo a hablar', mencionó.
En este nuevo capítulo de su travesía, él no pudo encontrar un trabajo vinculado a lo que había estudiado, Debió buscar un ingreso económico de la manera más veloz posible. Así fue como los compatriotas que se encontró en San Juan comenzaron a ayudarlo. Ellos comenzaron a regalarle algunos productos como relojes y pulseras para que él comenzar a vender para así generar sus primeros pesos argentinos.
'Vender cosas es la salida más rápida, yo llegué acá sin nada y mis compatriotas me daban cosas, como bijouterie, relojes y esas cosas. Gracias a ellos nosotros pudimos adaptarnos un poco más rápido, mi primera venta fue un gorro en la Feria de Rawson. Empecé a vender de a poquito, la bijouterie era lo más barato no necesitabas tanto capital para dedicarte a vender. Después conseguí un lugar en la esquina de Torino y Avenida España cerca de la plaza, ahí empecé a poner una mesa', expresó.
A través de la venta ambulante, Maktar se dio cuenta que lo que le había prometido su amigo Bamba era real. El trato con la gente era completamente distinto en comparación a lo que ocurría en Brasil, Si bien en ocasiones se cruzaba con algún irrespetuoso, afortunadamente siempre fueron la minoría.
'Hay gente que a veces te tratan mal pero entiendo que viene desde la ignorancia. Esas personas te hacen sentir que no estás en tu país, pero son pocos, miro más la gente que nos quiere y nos ama. Por ejemplo mi familia argentina que son los Montero que viven en Villa Krause, ellos prácticamente me adoptaron. Oscar Montero y Viviana Costa son mi padres, ellos me trataron como si fuera su propio hijo. Directamente mis hijos les dicen 'abuelos'. También toda la gente de alrededor de Villa Krause nos trató muy bien, reflexionó.
Con el apoyo de su familia sanjuanina, sus compatriotas y las horas que él dedicaba al trabajo, Maktar pudo cumplir su sueño de pasar de la venta ambulante a alquilar un local. El mismo se encuentra situado en Villa Krause y está centrado en la venta tanto de ropa como de calzados, algo que comenzó a comercializar en pandemia, Curiosamente en ese contexto de encierro fue cuando él comenzó a generar más dinero ya que vendía zapatillas por Facebook y las iba a entregar domicilio por domicilio.
¿El inicio de dos cracks senegaleses en el 'Verdinegro'?
Luego de más de 5 años de puro trabajo ya asentado en San Juan, provincia donde incluso nació su hijo menor llamado Musa, 'Papilo' pudo recaudar el dinero necesario para volver a Senegal a visitar a su familia. Él volvió a la tierra que lo vio nacer junto a su pareja y su pequeño nacido en Argentina. Allí se encontró con sus seres queridos, pero sobre todo con sus hijos que era a quien más extrañaba con diferencia.
'Ellos estaban en África, no los pude traer al principio porque necesitaba tener documentos y no los tenía. Gracias a Dios ahora somos ciudadanos argentinos por opción. En agosto fui con mi mujer y mi hijo Musa que nació acá entonces es argentino. Vi a mis hijos jugando a la pelota en la calle con sus primos y vecinos. Yo tengo un hermano que fue futbolista profesional. Él me contó que a mi hijo Mohamet le gustaba y que jugaba bien. Le pregunté si quería ser jugador profesional. Me dijo que si, que adoraba el fútbol. Le dije que se viniera a Argentina conmigo, que yo le iba a buscar el mejor club, contó.
Esta respuesta de su hijo hizo que Maktar recordaba su propia infancia y juventud, ya que él mismo soñó con ser futbolista. Él se desempeñaba como arquero, teniendo grandes rendimientos a nivel amateur. Lamentablemente, si bien Senegal es un país que vive mucho al fútbol y se demuestra en cada mundial al que clasifican, son pocos los que realmente pueden pagar por mantenerse en divisiones formativas y llegar a profesionalizarse. Al gasto se suma que este país africano no cuenta con muchos estadios o infraestructura deportiva en general en buen estado.
'Llegamos a San Juan y empecé a buscar por internet pero no llegué a encontrar algo, empecé a preguntarle a la gente. Me dijeron que los llevara a Unión o a otros clubes, pero la mayoría me dijo que San Martín era el club más grande que había en San Juan, entonces ahí podían tener una oportunidad importante. Intenté y los llevé gracias a un cliente que se llama Luis. Un día fui al club y hablé con el señor Héctor Naveda, junto con otros chicos del Club San Martín que nos dieron la oportunidad y no nos rechazaron', relató.
Mohamet es el más grande, tiene 12 años, y el más chico se llama Mbacke. de 9 años recién cumplidos. Ambos se encuentran ahora formándose en la escuelita que tiene el 'Verdinegro', teniendo como gran ídolo a Lionel Messi y soñando con algún día poder vivir de sus carreras futbolísticas.
'Ellos nos dieron esa chance porque vieron que tienen talento, pero les falta técnica y disciplina que lo tienen que aprender. Después veremos si tienen la suerte de ser profesionales porque esto no se los garantiza, es el destino. Yo se que ellos pueden, si yo pude vivir acá con el obstáculo del idioma y la cultura, ellos también pueden lograr su sueño de ser profesionales en el fútbol. Ojalá que tengan éxito en esta nueva etapa de su vida. Se puede decir que yo ya soy un sanjuanino más, de corazón y de alma', sentenció.