La historia de Naiara López es más que admirable. Esta pequeña de apenas 8 años de edad, sufrió un accidente muy grave en su casa. El 27 de julio del 2020 ella intentó cerrar la puerta de una salamandra que hay en su vivienda. Sin embargo, en ese preciso momento se produjo una entrada de aire que produjo que las brazas saltaran hacia su cuerpo.

Esto le generó serias quemadura en varios sectores. Cuando se dieron cuenta de lo que sucedió, inmediatamente sus familiares la trasladaron hasta el hospital Rawson. Ese día comenzó una lucha que hasta hoy, viernes 29 de enero se mantiene. Una vez que fue ingresada en el nosocomio, los profesionales le dijeron a los seres queridos de la paciente que la situación era muy complicada.

Si bien no les dieron un diagnóstico muy detallado, les dejaron en claro que la situación de Naira era delicada. En ese momento fue alojada en el sector de Terapia Intensiva. La nena no lograba reponerse ni un poco con el paso de los días. Tenía fiebre unas tres veces por día y ningún antibiótico hacía efecto. 

Así pasaron 50 días y la paciente no presenta ni siquiera una leve mejoría. "Estuvimos con mucha incertidumbre y muy angustiados porque en 50 días no tenía una evolución positiva. No regeneraba la piel, seguía con fiebre tres veces al día", comentó Jonas López quien es el padre de la afectada.

144 días internada y 32 transfusiones: la lucha interminable de una niña sanjuanina

Sumado a esto, una nueva complicación se les presentó. Hasta ese momento, desde que llegaron al hospital, se le realizaron un total de 13 transfusiones de sangre. Esto se debía a que las heridas continuaban abiertas. Al no regenerar su piel, perdía mucha sangre constantemente.

Luego de dicha intervención, personal de Hemoterapia entró a la habitación donde estaba internada para hablar con Jonas. Los trabajadores le comentaron que el IPHEM (Instituto Provincial de Hemoterapia) se encontraba en una situación de emergencia. Esto quiere decir que no tenía más sangre disponible para su hija y si quedaba un poco no iba a encontrarse en óptimas condiciones.

En pocas palabras, se le recomendó a este padre de 31 años que saliera por sus propios medios buscar donadores. A raíz de esto tuvo la idea de realizar una publicación en su cuenta de Facebook. "Fue un momento difícil porque los médicos decían que ella iba a necesitar muchas transfusiones. Salí a pedir a las redes sociales. Fue un manotazo del miedo que tenía. Gracias a Dios tuvimos una respuesta increíblemente favorable. A mi teléfono llegaban mensajes de gente de todos los departamentos que querían pedir turno para ir a donar", recordó el sarmientino.

Gracias a esta colaboración de la comunidad, a Naira nunca le faltó sangre. Es más esto ayudó a otros pacientes ya que la donación fue inmensa. A raíz de esto, los médicos determinaron que la nena ya se encontraba en condiciones de ser sometida al primer injerto. Si bien ella se encontraba internada en el hospital Rawson, estas intervenciones se realizaron en el quirófano del Marcial Quiroga.

"Con ella probaron 15 planes de antibióticos y no podían quitarle la fiebre. Cuando empezaron con los injertos empezó a tener una evolución positiva, tenía menos fiebre. De tres veces que tenía todos los días, tenía dos o una. Empezó a verse un poco la mejoría hasta el día que no tuvo fiebre por 24 horas. Fue un alivio, habían empezado a funcionar los antibióticos y el cuerpo estaba reaccionando mejor", contó el papá.

A pesar de esta gran noticia, nuevamente la vida tenía una nueva complicación para ellos. Naiara no resistió el cuarto injerto, ya que era muy grande la zona que intentaron cubrir. Esto generó una gran pérdida de sangre nuevamente, por lo que fue ingresada otra vez en Terapia Intensiva. 

Sin embargo, nada parece ser capaz de derrumbar el espíritu luchador de esta menor de edad. Con el apoyo incondicional de su papá y un gran trabajo de los especialistas, Naiara superó también este palo en rueda. A partir de allí la recuperación fue en ascenso y las demás intervenciones se desarrollaron con normalidad.

Esto permitió que los profesionales del hospital Rawson, le dieran una gran noticia a Jonas. Si bien sería sólo por una semana, podría llevarse a su hijita a su casa. Así que de esta manera luego de 144 días consecutivos de internación, 32 transfusiones de sangre y 10 injertos, la luchadora volvió a su querido hogar.

"Después de 144 días nos dijeron que podía traerla a casa por una semana. Después tenía que volver a internarse una semana más porque le iban a hacer un tratamiento con titanio para unos puntos que faltaban en las piernas, para que regeneraran bien las heridas", rememoró emocionado este padre joven.

Luego de afrontar este nuevo tratamiento, la pequeña recibió el alta definitiva. Sólo debe visitar centros médicos de manera ambulatoria para sus sesiones de curación y para el cambio de vendas. Actualmente acude regularmente a un kinesiólogo y ya ha logrado dejar su silla de ruedas atrás.

144 días internada y 32 transfusiones: la lucha interminable de una niña sanjuanina

"Anda caminando mejor, tiene mucho movimiento en todo el cuerpo. En este momento esta jugando con las primas, esta sin la silla de ruedas, la tengo acá cerca mío. Somos muy optimistas en que no le van a quedar secuelas, en que va a regenerar la piel que le falta", dijo Jonas.

Si bien aún le queda alrededor de un año de visitar consultorios, Naiara actualmente puede tener una vida normal. Esta pequeña en 144 días, logró superar casi en su totalidad las complicaciones que le trajeron las quemaduras que sufrió desde abajo de sus rodillas hasta el pecho. A pesar de que reconoce que esto ha sido lo pero que les ha pasado en la vida, Jonas López reveló que esto les ha dejado una reflexión muy positiva.

"Es como si volviéramos a vivir, porque ella es la luz de mis ojos. Más allá de que ha sido lo peor que nos pasó, nos ha dejado una reflexión muy positiva. Ella estuvo muy delicada, al borde de ir a tocarle la puerta a San Pedro en un momento. No se de donde sacó fuerzas pero la remó y salió. La reflexión es que nunca hay que darse por vencido y dejar todo. Ser positivo", sentenció.