A 4 días de la travesura que le amputó sus pies, Alan tiene silla de ruedas
El pasado martes un niño fue arrollado por un tren en la localidad de La Cañada. Familiares y vecinos relatan lo vivido luego del accidente.
Parece mentira, pero en La Cañada de Albardón se respira un paisaje silencioso 4 días después de la travesura que le amputó los pies a Alan. Si bien aún se encuentra internado, desde Desarrollo Humano le dieron una silla de ruedas con la que deberá encarar su recuperación luego de que este último martes el niño intentara treparse al anteúltimo vagón del Belgrano Cargas en movimiento hasta que se resbaló y la formación le pasó por encima de sus pies.
En ese sentido, su hermana Juliana dijo que su hermano se encuentra en mejor estado y en sala común luego de los momentos de desesperación que vivieron el pasado martes. “Nos pusimos a llorar cuando vimos la silla de ruedas, nunca pensamos pasar por algo así. Fue una travesura de niños que no terminó bien, no hay que culpar a nadie. Tenemos que agradecer que mi hermano sigue vivo y ayudarlo en su recuperación", señaló.
"El día jueves mi mamá le contó que no va a poder caminar y se puso a llorar. Está con acompañamiento psicológico para superar este momento y lograr así su recuperación integral. Mi hermano siempre ha sido bastante inquieto. Por momentos se olvida y quiere levantarse, pero mi mamá le vuelve a explicar lo que le pasó. Pero por suerte reaccionó de buena manera, está cicatrizando muy bien”, indicó.
Además agradeció la atención del Hospital Rawson por la atención que le está brindado el personal a Alan. También confirmó que desde el nosocomio le van a prestar las prótesis que podrá usar hasta sus 18 años cuando termine de desarrollarse. "Los médicos nos han dicho que entre el día jueves o viernes seguramente le van a dar el alta. Mi hermano no va a estar solo, tiene mucha gente que lo quiere y lo vamos a acompañar", explicó.
El pequeño de 13 años sufrió un accidente que le cortó el pie izquierdo, mientras que el derecho se lo cortó a la mitad y le quedó el talón. Tras el hecho los vecinos del lugar, al igual que su familia, quedaron en shock, de hecho se observa en el lugar un silencio que apenas es interrumpido por los ruidos de la naturaleza.
Luis, un vecino de la localidad fue de los primeros en asistir al niño accidentado. “Escuché los gritos, vino mi sobrino y me avisó que estaba el chico tirado. Yo lo agarré, lo sostuve y lo senté en la silla de mi casa. Los demás chicos no querían ver lo que había pasado”, relató.
“Ahora estamos tranquilos porque sabemos que está bien a pesar de que ha perdido sus pies. Hemos hablado por teléfono y todos los vecinos lo vamos a acompañar”, agregó. Luis comentó que el tren suele pasar 3 veces a la semana pero no tiene un horario fijo. Al mismo tiempo dijo que los niños del lugar cuando no se suben a algún vagón, le tiran piedras al tren. "Son burros estos niños, uno les dice que no lo hagan pero lo hacen igual", concluyó.