La histórica discoteca sanjuanina El Cortijo cumplió este año 26 años de vida. En su versión de verano, bajo el nombre Melmac, su funcionamiento se detuvo repentinamente, por la llegada de la pandemia. Su propietaria, Cecilia Cuello, analizó el presente y futuro del local bailable, en esta quinta nota de Canal 13 con el sector.

'Al día de hoy estamos súper complicados, por más que el negocio lleva muchos años trabajando no tenemos ahorros como para vivir medio año sin hacer nada, manteniendo un lugar tan grande', remarcó Cecilia, quien heredó la discoteca de su padre, Carlos Cuello, reconocido empresario que mantuvo activo su local durante 25 años.

Por otro lado, la joven empresaria, que también es parte de la Cámara de Discotecas Sanjuaninas (CADISA) sostuvo que le da mucha angustia pensar en el futuro y también ansiedad de saber qué va a pasar, cuándo se va a reactivar el sector. 'La esperanza es volver a trabajar como se pueda, volver a activar la diversión nocturna'...

¿Cómo los sorprendió la cuarentena?

El Cortijo este año cumplió 26 años de vida, siempre funcionó en invierno porque es una casona antigua grande. Hace tres veranos probamos abrir afuera bajo el nombre Melmac y la cuarentena nos agarró con Melmac, que funciona en la parte de adelante de El Cortijo. La verdad que iba mucha gente en los últimos fines de semana, nos iba súper bien. 

Pero el fin de semana del 7 de marzo, el anterior al arranque de la cuarentena, lo vimos complicado y directamente no abrimos. Y desde ahí no pudimos abrir más. Al día de hoy estamos súper complicados, por más que el negocio lleva muchos años trabajando no tenemos ahorros como para vivir medio año sin hacer nada, manteniendo un lugar tan grande. 

No alquilamos porque el lugar es propio pero las boletas llegan a montos que son una locura, casi igual que cuando estábamos abiertos así que la verdad que se complica. Al local lo manejó mi papá 25 años y él falleció el año pasado y desde ahí lo manejo yo con la ayuda de nuestra mano derecha, Martín Guzmán, que es el encargado.

Sumado a esta dificultad económica que estamos viviendo quienes tenemos discotecas, en agosto tuvimos un incendio muy grande en todo lo que está alrededor de la casona. Por suerte la casa no se incendió pero hasta el día de hoy estamos limpiando y eso implica gastar lo poco que tenemos en cuidar esa parte, limpiando y sacando todo lo quemado.

¿Qué hicieron para atravesar esta coyuntura?

Sin dudas lo más complicado de la situación es la de la gente que trabaja en la discoteca y también de quienes lo hacen indirectamente durante todo el año como los proveedores, es mucha gente la que se mueve en este negocio. No es fácil ayudar económicamente a los empleados, desde la Cámara hemos pedido subsidios pero está complicado.

De hecho creo que la respuesta del Gobierno ha sido un 'no', así que la situación es crítica. Por suerte muchos empleados tienen sus propios trabajos o han logrado reinventarse pero es muy complejo. Es muy difícil en este país tener un negocio propio con empleados, históricamente se le hacen las cosas difíciles a quienes quieren invertir en el país.

No nos hemos reinventado simplemente porque eso requiere mucha plata, al lugar lo tenemos preparado para boliche. Hacer un bar por ejemplo, que podría ser una opción, requiere comprar sillas, mesas, cocina, y la verdad que eso es mucha plata. Sumado a la burocracia de habilitar el lugar, que requiere tiempo y plata. 

A nosotros, como a todos, ya se nos vencieron las habilitaciones, y renovarlo requiere mucha plata. Todo es dinero que hoy no tenemos, lo único que tenemos está destinado a pagar los servicios para que no los corten y ya tenemos una deuda importante porque no estamos al día, pagamos lo que podemos. Entonces es muy complicado reinventarse.

¿Qué opinión le merecen las fiestas clandestinas?

Las fiestas clandestinas se podrían haber evitado perfectamente haciendo un protocolo estrictico en las discotecas, habilitándolas bajo decisión del Gobierno y el Comité Covid con controles extremos, declaración jurada y lo que ellos decidan. De paso sería un alivio para nuestras familias, todo el mundo está harto de estar encerrado, la cuarentena ha sido y está siendo muy larga.

La gente necesita la parte de ocio, divertirse, no los quiero justificar pero con medidas acertadas se podría haber evitado. No digo que en un primer momento pero ahora se podría hacer, con cumplimiento de protocolos, con menos gente, como quieran pero habilitando las discotecas se pueden evitar las fiestas clandestinas que son un desastre en cuanto a lo sanitario. 

En cuanto a las penas a quienes han organizado o asistido a estas fiestas, me parece que es fundamental que reciban el castigo que merecen, una condena rápida. Que no estemos después de un mes leyendo en los diarios que todavía no se llega a un cierre porque es algo ejemplificador. 

Si el Gobierno está decidiendo que no se pueden abrir las discotecas, ni realizar fiestas, que quienes las realizan tengan la condena correspondiente. Nosotros tenemos una gran condena al no poder tener abiertos nuestros negocios, estar perdiendo mucho dinero y estar viviendo una situación económica casi trágica.

¿Cómo podrían volver a la actividad con nuevos protocolos?

Me parece que tomando las medidas necesarias, haciendo un protocolo estricto. No somos nosotros los que estamos capacitados para tomar esas decisiones o hacer lo necesario para volver. Creo que hay gente idónea en el tema para que lo resuelva. Me parece que es una decisión política que, una vez que se tome, los expertos en salud sabrán cómo resolverlo para volver. 

Con un protocolo estricto, con una capacidad de gente limitada, en un momento se pensó hacer corralitos, que sería delimitar espacios chicos para que no se junten distintos grupos de amigos, como pasa en un bar o restaurante que te ponen mesas de máximo 4 personas. 

Creo que pensándolo y analizando bien la situación se puede lograr un buen protocolo que nos permita volver a nuestros trabajos y volver a nuestros locales, siempre cuidando la salud lógicamente, con un ingreso controlado como hacen en todos lados, con medición de temperatura, toma de datos, declaración jurada y lo que quieran.

¿Nada será como antes?

Realmente durante gran parte de mi vida mi padre se ha dedicado a este negocio y ahora estoy yo, me da mucha angustia pensar en el futuro y también ansiedad de saber qué va a pasar, cuándo se va a reactivar. No creo que hayan muchos cambios sinceramente, no por pesimista sino porque veo que en los otros rubros tampoco ha cambiado mucho. 

Uno va al supermercado y es exactamente lo mismo, nada más que te ponen alcohol en la puerta, uno va a un velorio y hay un montón de gente en la sala, uno va a un shopping y hay un montón de gente circulando. Más que alcohol en gel y barbijo, no siento que vaya a cambiar mucho más la situación. 

Lógicamente que ya cuando todos estemos vacunados esto va a ser lo mismo que una gripe, vamos a tener la vacuna y estaremos cubiertos para esto. Pero la verdad que son suposiciones, no sé cómo seguirá la situación pero la esperanza es volver a trabajar como se pueda, volver a activar la diversión nocturna que en mi familia lleva muchos años ya.