A 9 años del ataque de bullying que le costó la visión de un ojo a Florencia
Fernando Merino viajó al pasado y relató el difícil momento que le tocó atravesar cuando su hija fue víctima de violencia escolar.
Fue hace 9 años y parece que hubiese sido hoy, el dolor continúa intacto. Fernando Merino se animó a contar aquel duro momento que vivió el 27 de abril de 2013. Aquella tarde su hija Florencia perdió la visión en uno de sus ojos, debido a un ataque de bullying.
'Por esas cosas de la vida estaba en la puerta del colegio, esperando que abriera el lubricentro vecino. Cuando a las 16.05 se para un móvil de ECI, pero nunca pude pensar que sería mi hija porque es tranquila. Cuarenta minutos más tarde salió la vice directora y me avisó del hecho', momento en el que se le vino todo el mundo abajo.
Fernando continuó su relato, 'cuando ingresé el colegio, encontré a mi hija en un banco de cemento en el patio con sus compañeros y una servilleta de papel en el ojo. La médica del ECI me dijo la superó la consulta. En ese instante mi hija se quita el papel y veo sus ojos expuestas. Ahí la llevé a urgencias de oftalmología de la Clínica de Santa Lucía. Entramos a las cinco de la tarde y salimos a las dos de la mañana'.
El resultado de la operación no fue el esperado y ahí tuvo que digerir la peor noticia, 'tenía un corte de 12 milímetros, algo muy grave en el ojo. Se le amputó parte de la pupila por un corte muy grave. Después de idas y vueltas, llegamos a llevarla Estados Unidos, pero no hubo solución y terminó perdiendo la visión total en uno de sus ojos'.
Hoy Florencia trata de olvidar la pesadilla y llevar una vida normal. Con mucha esfuerzo de superación ella sigue adelante. 'Tiene 22 años y está en quinto año de Abogacía. Tiene una fuerza y superación admirable, como padre me emociona. Siempre fuimos padres presentes, que le inculcamos valores desde chicos'.
En el final manifestó que las secuelas son innegables, 'a todos los integrantes de la familia nos quedaron secuelas emocionales. Ella dejó de vivir por mucho tiempo, se guardó dos años y le costó salir adelante. A veces duele verla en silencio y pensativa', terminó de contar su cruel vivencia Fernando.