Fue un año difícil. Inflación, devaluación y dólar hicieron estragos en la economía de cada sanjuanino. Sin embargo, hay cosas que no tienen valor y vale la pena el esfuerzo, o por lo menos así piensan algunos. Se trata de mantener viva una vieja tradición que alegra a más de uno: entregarle una sidra al recolector de residuos.

Es que, desde muy temprano este martes 31 de diciembre, los vecinos salían a entregarle sidra a los recolectores que circulaban por los distintos barrios de San Juan. Al son de la bocina, los agasajados de año nuevo recibían una gran cantidad de bebidas. Risas, saludos, buenos deseos y adiós.

Algunos entienden este gesto como el "compartir" con el otro la celebración, otros entienden que es "caridad" para aquellos que quizás tengan una noche más complicada para brindar, sea cual fuere la razón, vale la pena entonces mantener en pie la tradición.