Alegra al ofrecer melodías de flauta a la gente que baja del colectivo
Desde hace 5 años Fernando Elizalde toca sus quenas y zampollas en General Acha y Libertador para sacarle una sonrisa de buen día a la gente.
Hacer lo que a uno le gusta no tiene precio. Aunque trillada la frase, se encarna a la perfección en Fernando Elizalde, que a sus 28 años de edad, solo lo alegra y conmueve la gratitud de la gente después de que interpreta alguna de sus melodías andinas.
Con quenas y zampollas como argumento musical, este artista callejero se inspira todos las mañanas o siestas en la esquina de Libertador y General Acha, con el objetivo de darle una alegría a la gente. Rara vez se lo puede ver en el corazón de Capital, por las calles céntricas ofreciendo su arte.
La ecuación de Fernando en la esquina ejecutando sus instrumentos es simple. El artista callejero toca sus melodías (siempre apoyado en bases) con quenas o zampollas y pide como colaboración 'la voluntad'. Lo que la gente cree que valió ese instante de felicidad que él le regaló cuando se bajó del colectivo para caminar las calle. A la gorra, así funciona el.
El único trabajo que tiene este artista callejero es tocar para ‘sus vecinos’ como le dice a la gente que se para a verlo. A veces se las arregla haciendo una que otra changa, pero la música siempre reina en su vida.
‘Soy una persona que el crecimiento económico no es mi prioridad, me aboco a compartir algo nuevo y bonito con la gente’, contó y luego agregó que ‘la devolución de la gente, que te dan una palabra, es lo mejor, con ellos felices todo está bien’, cerró.