Una mole de hierro. 96 toneladas es su peso. Y con 214 metros de altura. Un ícono. No sólo de una radiofonía, sino de la provincia. En mal estado. Y con escasos signos de mantenimiento en las riendas tensoras en altura y su balizado.  

Esa es la situación actual de la Antena Graffigna o más bien conocida como la Antena de LV1 Radio Colón. Una monstruosidad en medio de la urbe, que pareciera recibir poco cuidado desde que el terreno en el que se encuentra fue expropiado para construir la Ciudad Judicial.

La estructura que para nada es chica y que se emplaza en las inmediaciones de Scalabrini Ortiz y Sargento Cabral, Capital, a simple vista desde la zona y dejándose mostrar desde cualquier punto elevado de la Capital y alrededores.

El clima en la provincia viene padeciendo una transformación desde hace años (algo que sucede en todo el mundo) y esto repercute en el estado del tiempo. Cuando años atrás los viento Zonda solían durar media jornada o poco más y luego se esperaba el viendo Sur, ahora la intensidad del viento que baja desde la cordillera dura dos días o más. Lo huracanado y la intensidad también juegan un papel preponderante, y una estructura como la de la torre en mención, a la altura superior a 200 metros de la superficie, debe tener un mantenimiento o revisión periódica.

Ante esta situación, el drone de Canal 13 sobrevoló diversos espacios en la provincia y realizó un importante hallazgo: el estado en el que se encuentran las riendas que sostienen la mole de hierro y el balizado.

Los tensores se ajustan con las riendas y uno de los tensores (todos cumplen su función), se encuentra en un estado de deterioro que pone en alerta a la población, dada la peligrosidad que presenta una estructura de 64 mil kilos y más de 200 metros de alta, apoyada en un punto y sujetada por las riendas mencionadas.

El cable deshilachado de un tensor, colgando desde la altura, con una rienda que tensa pero sin la misma efectividad que el resto. Y para su visibilidad nocturna, una baliza que no enciende en su punto más alto, sólo una intermitente pero que emite luz en el Ecuador de la torre, dejando la mitad superior completamente invisible, al menos que no sea desde una distancia cercana.

Este deterioro no es propio de algo sucedido durante el último tiempo, sino una acumulación de acciones no preventivas o reparadoras que condujeron al estado.

Esa es la forma en la que se encuentra un ícono de la provincia, parte de la historia de San Juan y de la radiofonía pero que hoy significa una amenaza de 66 toneladas.