Lograron reinventarse pero no es lo mismo. Estamos hablando de las discotecas Jufré y Le Blond - Le Garden, que pasaron a ser solo resto - bar. Mientras apuestan a este formato, su propietario, Pablo Valverde, propone poder volver a hacer fiestas.

'Ese es un tema que he pensado mucho porque ¿cómo van a hacer el 24 y 31 de diciembre para que no haya fiestas clandestinas? El Gobierno tiene que seguir trabajando con nosotros en armar propuestas controladas con protocolos ', planteó.

En esta décima nota de Canal 13 con el sector, el empresario sostuvo que es la única manera de prevenir los eventos ilegales, ya pensando en las fiestas de Navidad y Año Nuevo. ‘Que las fiestas sean donde tienen que ser, en nuestros locales’…

¿Cómo los sorprendió la cuarentena?

Yo tengo dos discotecas, Jufré y Le Blond - Le Garden, y la cuarentena nos cortó la inspiración y las piernas obviamente. El rubro nocturno de discotecas, que es el nuestro, se ve muy perjudicado con la cuarentena así que nos cortó las piernas.

Teníamos muchos proyectos, veníamos haciendo las cosas muy bien. En cuanto a las discotecas supimos darnos vuelta y reinventarnos como restaurante y bar. Gracias a Dios los lugares que tengo están bien ubicados y pude abrir.

Había pensado renovarnos y actualizarnos con eventos sociales que tenía programados, con bandas, con DJs, y nada de eso se pudo llevar a cabo. Fue reinventarse primero como negocio porque no sabíamos qué iba a pasar, ni cuánto iba a durar.

Buscamos llegar a un arreglo con todos: empleados, dueño del inmueble, proveedores, etcétera. Estamos pudiendo llevar adelante estos arreglos gracias a que abrimos como bar y restaurante pero fue reinventarnos y tratar de acordar con todos.

¿Qué hicieron para atravesar esta coyuntura?

Nosotros fuimos unos de los primeros en abrir y apostar como bar y restaurante porque la idea de todos era que no iba a funcionar. Se pensaba que la gente no iba a salir por miedo a contagiarse. Lo hicimos porque necesitamos pagar alquiler, empleados, etcétera.

Nos la fuimos rebuscando, los primeros días salimos rápido a alquilar las cocinas a delivery y ahí la fuimos llevando. Yo no me dedico a otra cosa, tuve unos meses muy malos, de hecho todavía lo estoy atravesando porque no es lo mismo un bar que una discoteca. 

Pero bueno supimos anticiparnos a todo esto al abrir como restaurar y bar cumpliendo con protocolos. Estamos saliendo adelante también gracias a cómo ha llevado el Gobierno este tema de los protocolos, eso nos dio una apertura. Estamos poniéndole muchas ganas.

La hemos estado pasando muy mal porque durante 7 u 8 meses no hemos podido realizar nuestra actividad principal que son las discotecas. La estamos peleando y remando con fuerza para tratar de perder lo menos posible y tratar de quedar bien con todo el mundo.

¿Qué opinión le merecen las fiestas clandestinas?

Las fiestas clandestinas van a seguir existiendo porque la diversión en las personas es fundamental. Eso tendría que ser parte de esto porque muchos jóvenes sufren tantos meses encerrados y sin hacer nada.

Desde nuestro lado hay que proponer en vez de fiestas clandestinas algunas fiestas con protocolos. Sería más o menos controlar las fiestas clandestinas de parte de nosotros con protocolos.

Ese es un tema que he pensado mucho porque ¿cómo van a hacer el 24 y 31 de diciembre para que no las haya? Entonces me parece que el Gobierno tiene que seguir trabajando con nosotros en esto.

Tenemos que armar propuestas controladas con protocolos y todo lo que se deba. Las fiestas clandestinas no van a desaparecer, van a seguir llevando gente presa y van a seguir generando problemas. 

Creo que el Gobierno ni nadie quieren tener problemas por el solo hecho de bailar o de escuchar un rato música. Obviamente que ante todo esto se entiende que estamos en pandemia y bajo las órdenes de un gobierno. 

Hay enseñanzas y protocolos y nadie quiere pasar por encima de nadie. Ellos son los que estudian, saben y disponen, y nosotros tenemos que adecuarnos pero me parece una solución a las fiestas clandestinas. 

Para más adelante puede ser que las fiestas sean donde tienen que ser, que son nuestros lugares. Ahí pueden ser controladas y con protocolos cómo ocurre con los bares y con los restaurantes.

¿Cómo volvieron a la actividad con los nuevos protocolos?

Nosotros como bar y como restaurante ya teníamos algo armado porque, si bien hemos sido discoteca, siempre teníamos el bar. Fue más o menos encasillarnos en eso que no era la actividad principal de nosotros pero tuvo que pasar a serla.

Obviamente que hubo meses de mucha incertidumbre porque no sabíamos qué iba a pasar. ¿Qué íbamos a hacer si apostábamos y nos cerraban? Nos fundíamos aún más. Pero bueno nosotros optamos por invertir más que nada tiempo y ponerle el pecho.

Hubo que hablar con proveedores y con empleados. Mejoramos el servicio con buenos precios porque la gente también necesita pasarla bien. Tal vez esto nos sirvió mucho para perfeccionar este tema al que no le dábamos tanta importancia.

¿Nada será como antes?

Una reflexión positiva personal y en cuanto al negocio fue que supimos reinventarnos y tener la capacidad de poder crear otro negocio distinto del que teníamos. Para mí por un tiempo nada va a volver a ser igual porque esto viene para largo me parece, pero bueno tenemos que aprender a convivir con esto. 

Debemos conformarnos con lo que nos permiten los protocolos para poder divertirnos sin contagios ni peligro. Todo esto es una enfermedad que hoy en día en San Juan ha explotado, hay mucha gente enferma que la está pasando mal y nosotros somos conscientes de eso y creemos que nada será igual por un tiempo.