Maida Recabarren sufrió discriminación a lo largo de toda su vida. Desde que iba al jardín la miraban con desprecio y rechazo por el simple hecho de tener unos kilos demás. Cientos de veces regresó a su casa llorando desconsoladamente. Sus compañeros la hacían sentir menos por no tener un cuerpo "ideal". Por este tipo de situaciones más de una vez le pidió entre lágrimas a su mamá, no regresar a la escuela.

A medida que fue creciendo, este tipo de situaciones comenzaron a suceder fuera del contexto educativo. Cada vez que acudía a un local de ropa, los encargados la trataban diferente a las demás por su contextura física. Sin importar que fuera sólo una adolescente, estas personas la rechazaban de la peor manera. Si bien le sucedió en más de una ocasión, uno de estos espantosos momentos quedó grabado a fuego en su mente.

"Fui a comprar ropa con mi abuela a un centro comercial. Debo haber tenido 12 años y mi cuerpo estaba cambiando. Entré a un local, pregunté por una remera y me miraron despectivamente de arriba abajo. Me dijeron: “Mirá para vos no tengo nada, fíjate en el local de al lado que son talles especiales”, recordó Maida. Cuando ingresó a esta segunda tienda, se dio cuenta que solamente vendían ropa para mujeres mayores.

Desde ese momento comenzó a sentirse excluida de la sociedad. Parecía que no había nada que estuviera destinado a chicas que no fueran delgadas. Tristemente con el paso de los años estas reprochables actitudes no cesaron. Es por eso que hace meses que decidió no comprarse más ropa para evitar salir llorando por la mala atención.

Bikinis en un cuerpo real: la historia de Maida

"Desde marzo que no compró nada. No sólo no encontraba talle en pleno centro, sino que la atención en los locales puede ser muy discriminatoria", reveló. Esto comenzó a convertirse en un problema, ya que no conseguía ropa en su talle. En varios lugares habían prendas que en las etiquetas aseguraban cumplir con sus medidas, pero realmente no era así.

"Vos sabés que ese es tu talle de pantalón por ejemplo, en la etiqueta dice tu talle, pero no tiene la confección que debería tener. Es espantoso, es bastante fea esa situación". Para dejar de pasar estos traumáticos momentos Maida, o "Mimi" como le dicen sus seres queridos, comenzó a buscar en redes sociales tiendas o emprendedores que hicieran ropa en talles grandes.

La joven se llevó una gran sorpresa al ver que prácticamente no existían. Sólo habían locales que en sus perfiles de Instagram posteaban fotos con modelos de cuerpo perfecto. Entonces, no sabía si esa ropa le iba a quedar bien, por que ella no tiene medidas 90-60-90. Para buscar una solución aprovechó la llegada que tiene en redes sociales para pedir ayuda a sus seguidores. Las respuestas la hicieron sentir aún peor.

"Muchas chicas me hablaban indignadas porque sólo suben fotos de modelos y no todas tenemos el mismo cuerpo. Nosotras también queremos saber cómo nos van a quedar esas prendas", expresó. Con el paso de las horas se dio cuenta que este problema empeoraba sobre todo con los trajes de baño. Nadie pensaba en quienes estaban un poco excedidos de peso y querían pasarla bien en el verano.

Bikinis en un cuerpo real: la historia de Maida

Afortunadamente días después un mensaje llegó a su Instagram personal y la hizo muy feliz. Las propietarias de una marca de bikinis le ofrecieron convertirse en su modelo durante una producción de fotos. La finalidad era mostrarle al mundo lo que son los cuerpos reales, no la "perfección" que se muestra en la mayoría de tiendas.

A sus 19 años Maida tomó la decisión de dejar de lado los prejuicios y estereotipos de belleza, para aceptar esta importante proposición. De esta manera se probó distintos trajes de baño y se sintió totalmente libre como pocas veces le pasó en la vida. "No todas somos 'Pampita', tenemos piernas, brazos y panzas grandes".

Una vez que estas fotos se postearon en la cuenta de la marca de ropa, dos cosas comenzaron a suceder de manera simultánea. El número de seguidores de Mimi comenzó a bajar muy velozmente. Pero a su vez cientos de mujeres comenzaron a agradecerle por el coraje que tuvo para hacer públicas esas imágenes. Algunas incluso le aseguraron que se animaron a usar bikinis gracias a ella.

Bikinis en un cuerpo real: la historia de Maida

"Me bajaron como 700 seguidores y no me sorprende que fueran todos hombres. Así como bajaron me empezaron a seguir un montonazo de chicas. La verdad que estoy súper orgullosa de todas aquellas que se están animando a ser felices". De esta manera se convirtió en una suerte de portavoz de quienes luchan por el simple hecho de poder conseguir ropa de su talle en los locales. No sólo de las mujeres, ya que muchos de sus amigos le manifestaron que viven situaciones similares a diario.

Gracias a las piedras que aparecieron en su camino, pero sobre todo por el apoyo incondicional de su madre a quien definió como "su fiel defensora", Maida ha logrado aceptarse a si misma. Algo que puede sonar sencillo pero que cuesta años y años de madurez. Al haber superado todos estos palos en la rueda, hoy en día puede decir que es feliz con su cuerpo y que se ama tal cual es.

"Me acepté el día que me di cuenta que no necesito a nadie más para ser feliz, yo me voy a querer, cuidar y valorar como nadie más en el mundo. Me pongo frente al espejo, me abrazo y me digo: “Sos hermosa, capaz y muy suficiente. Sos la mujer más importante e influyente en tu vida”, reflexionó.